Murió el cantante Martín Elizalde, exintegrante de Falsos Profetas, en un accidente de tránsito
Tras sufrir un accidente de tránsito, Martín Elizalde, de 45 años, referente de la música independiente en la Argentina con más de 20 años de carrera tanto solista como al frente de la agrupación Falsos Profetas, murió en las primeras horas del domingo tras un choque fatal en la autopista Panamericana.
Si bien aún no fueron esclarecidas las causas del siniestro, se sabe que el músico se desplazaba en un automóvil Renault Logan junto a Mili, su mujer, en dirección a la ciudad de Buenos Aires, cuando desafortunadamente una camioneta Toyota Rav4, que se desplazaba desde el carril opuesto impactó de frente contra su vehículo y provocó su muerte instantánea.
Entre el trabajo con su banda y la veta solista, el compositor, cantante y pianista había registrado once álbumes dedicados a la canción rioplatense y el tango. Una muerte imprevista y muy triste para la escena independiente de Buenos Aires.
Su acompañante sufrió heridas de gravedad y fue trasladada de urgencia al Hospital Central de Pilar para recibir atención médica y someterse a una intervención quirúrgica. Las ocupantes de la camioneta Toyota también resultaron gravemente heridas. La conductora fue ingresada en la unidad de terapia intensiva en situación crítica, mientras que la otra ocupante, aseguraron fuentes policiales, también corre riesgo de vida.
El trágico accidente ocurrió en el kilómetro 48 de la mencionada autopista, en la localidad de La Lonja, perteneciente al partido de Pilar, aproximadamente a las 3 de la madrugada del domingo.
Admirador de Charly García, Luis Alberto Spinetta, Bob Dylan y Tom Waits, entre muchos otros, por estos días venía de lanzar “Por qué rías”, una canción con la colaboración de Jorge Serrano (Los Auténticos Decadentes), que integraría su próximo álbum. A través de la formación Falsos Profetas, desde 1996 sus composiciones se identificaron con una música bien porteña. Justamente, en plena crisis de 2001, la banda lanzaba su primer álbum, marcado por la temeridad y confianza de sus jóvenes integrantes. A partir de su disolución, en 2014, Elizalde continuó su prolífica carrera como solista. Deja un legado de casi doscientas canciones, repartidas en aquellos discos que lo posicionaron como un autor de culto entre el rock independiente y la canción rioplatense.
Entre los que lo recordaron en las redes sociales, el cantor de tango Cucuza Castiello se despidió de su admirado colega con el que supo compartir escenarios: “Uno tendría a veces que no ponerse optimista, ver el vaso medio vacío nomás... el mundo, las cosas tendrían que parar para que uno se lamente, llore, patee, putee tranquilo. Putear y recontraputear por lo chota que puede ser la vida a veces, estas veces, esta vez: murió Martín Elizalde, un queridísimo, un admirado cantautor, alma máter de un montón de música, un hermoso tipo al que disfruté como público y muchas veces en un escenario, él siendo invitado mío o yo de él”, señaló.
En una reciente entrevista con El show de La Viola (TN), Elizalde había hablado de su último trabajo discográfico, su sexto disco de estudio, titulado A la hora del calor, inspirado en su infancia en la Patagonia. “A la hora del calor es una frase que está en el tema que cierra el disco, ‘Mi Kibutz’. En esa canción hablo de un lugar al que iba cuando era chico y vivía con mi familia en el sur. El lugar se llama Bahía Creek y queda ahí nomás de Viedma. Como casi todo en la Patagonia, el clima allá es muy intenso: cuando hay viento, te volás; cuando hace frío, te helás y cuando hace calor... bueno, te metés adentro, porque es lo único que podés hacer. Entonces el título hace referencia al momento de la siesta, en especial en verano, un momento en el que hacemos lo que más nos gusta puertas adentro, lejos de la mirada de los demás. En mi caso eso siempre fue hacer canciones”, describió.
En una entrevista con LA NACION, en 2015, tras lanzar La distancia perfecta, su tercer disco en solitario, Elizalde fue consultado sobre el hecho que despertó al solista en medio de la vida de Falsos Profetas y cómo fue la separación. “Tenía muchas canciones y algunas no tenían que ver con la propuesta de la banda. No tenía sentido archivarlas ni forzarlas para que entraran en el formato de la banda. En 2010 saqué Amores de trinchera, que produjo Acho Estol (La Chicana). Tenía una intención más acústica. Acho tuvo mucha presencia en el disco. Yo tocaba acordeón y tenía un aire más folklórico. Luego vino Chaparrón, lo produje yo y me propuse usar el estudio como un instrumento más. No soy alguien de vanguardia, pero ese disco es lo más experimental que hice. Con ese disco terminé de entender el proceso de grabación. Antes mi objetivo era hacer una buena canción; luego hacerla y ver cómo producirla para que sonara lo mejor posible”, señaló.