LA NACIÓN +Cerca, Protagonistas: Guillermo Francella y un mano a mano el que habló de su infancia, su paso por el periodismo y de los tragos amargos de su vida como actor

LA NACIÓN +Cerca, Protagonistas: Guillermo Francella y un mano a mano el que habló de su infancia, su paso por el periodismo y de los tragos amargos de su vida como actor
LA NACIÓN +Cerca, Protagonistas: Guillermo Francella y un mano a mano el que habló de su infancia, su paso por el periodismo y de los tragos amargos de su vida como actor

En la redacción de LA NACIÓN hay clima de ansiedad. Se acerca la hora en la que debe llegar Guillermo Francella y muchos lo esperan con evidente expectativa. Es que a Guillermo, responsable de interpretar a una generosa cantidad de personajes icónicos de la cultura argentina, es imposible no verlo más como si fuera un viejo amigo que un actor. Y eso se pone en manifiesto, apenas él llega al piso del diario.

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A medida que el intérprete avanza, muy sonriente y dispuesto a charlar con Pablo Sirvén en la previa de la entrevista en LA NACIÓN +Cerca, Protagonistas, en los pasillos se escuchan voces que susurran algunas de sus frases más conocidas, en la línea de “Hermosa mañana, ¿verdad?”. Pero eso no molesta a Guillermo en lo más mínimo. “Y a estoy un poco acostumbrado. Me divierte ver que frases o cosas que he dicho se conviertan en memes o en ringtones, como sucedía antes. Y esas frases incluso me las dicen de coche a coche, y me río porque no puedo creer lo mucho que quedaron en la gente ”, asume.

Aunque no tenga cuentas oficiales en redes, es indudable que Francella está muy al tanto de su protagonismo en el universo de los memes, y con una sonrisa que no esconde picardía confiesa: “Me puse nombres de fantasía para un Instagram y un Twitter, porque me divierto con los reels, me encanta esa inmediatez. Aparte, ¿cómo no voy a ver lo de los memes si aparezco en todos lados?”.

Guillermo Francella en la sala de maquillaje, antes de grabar la entrevista
Guillermo Francella en la sala de maquillaje, antes de grabar la entrevista

Camino al estudio en el que grabarán la entrevista, Francella y Sirvén continúan su charla, mientras que los curiosos que no estaban al tanto de la visita no pueden evitar sonreír al ver al protagonista de Casados con hijos, un hombre que a su paso evoca muecas cómplices. El invitado se muestra amable y cálido, y a su alrededor hay un clima de complicidad por parte de quienes saludan a ese hombre con el que están tan familiarizados a través de la pantalla. “A mí me emociona”, comenta el actor en referencia al lugar que la risa le dio en el corazón de los argentinos. “Y me emociona mucho porque eso lo vivo. Vienen chicos o pibes grandes y me dicen ‘yo crecí con vos’, o ‘nunca escuché a mi papá reírse tanto como cuando te veía a vos’, y eso es algo indescriptible . Hasta me han venido a dar un beso con los ojos vidriosos”.

Finalmente llega la instancia de la entrevista y, durante poco más de cincuenta minutos, Sirvén y Francella mantienen un imperdible ida y vuelta. A lo largo de esa nota, el intérprete repasa su infancia, su interés por el periodismo y su experiencia en una redacción, y también cómo su incondicional amor por la actuación lo llevó a protagonizar una carrera todoterreno, inicialmente vinculada a la comedia pero eventualmente también al drama. Y desde su posición de actor que comprende la complejidad de hacer reír, Francella defiende a la comedia como un género difícil que, bajo ningún punto de vista, es menos relevante que el drama.

"Vienen chicos o pibes grandes y me dicen ‘yo crecí con vos’, o ‘nunca escuché a mi papá reírse tanto como cuando te veía a vos’, y eso es algo indescriptible", dice el actor.
"Vienen chicos o pibes grandes y me dicen ‘yo crecí con vos’, o ‘nunca escuché a mi papá reírse tanto como cuando te veía a vos’, y eso es algo indescriptible", dice el actor.

En el marco de la charla, Francella tiene gestos que parecen sacados de sus personajes, movimientos de manos o latiguillos que resulta fácil relacionar con alguno de sus personajes. Y, según reconoció una vez terminada la nota, eso tiene que ver con que el personaje y la persona a veces forman parte de un mismo todo. “ Cuando me ves en un reportaje no es que tenga que caretearla, yo soy así, hay algo innato en mí que es esto, y que muchas veces cuando hay un texto detrás, lo incorporo y quizá mi personalidad se manifiesta a través de los personajes. A veces hago ciertos trabajos en los que me tengo que alejar de lo que soy, y eso me permite tocar otra cuerda. Pero cuando emparentan los personajes conmigo, es que soy yo”.

Su amor por Racing, su vida en familia, lo mucho que significa para él su esposa, Marynés Breña, y el orgullo que siente por sus hijos, Nicolás y Yoyi, son otros de los tópicos que surgen en ese mano a mano que revela el lado íntimo de un actor que aún guarda en su anecdotario muchas historias por contar.

El actor y Pablo Sirvén, minutos después de terminar la entrevista
El actor y Pablo Sirvén, minutos después de terminar la entrevista

Finalizada la entrevista, los saludos al invitado resultan inevitables. La tentación por pedirle selfies, hablar de Racing o recordarle algún personaje icónico es más fuerte que la necesidad por mantener las formas. Claro que, desde luego, el respeto persiste y alrededor de Francella se improvisa un círculo en el que todos lo escuchan atentamente. Y un gesto revela la humildad del actor. Primero charla con todos sin llegar a bajarse de la escenografía del estudio, que se encuentra a unos centímetros de altura; esa imagen es como la de un maestro que da cátedra, pero a medida que todos charlan con él, Francella desciende ese escalón y se ubica a la misma altura que sus interlocutores, hablándoles de igual a igual. Porque si bien quienes lo escuchan son ante todo periodistas, por unos minutos se despojan de ese traje y se convierten en sus fans.

El actor se despide, saluda a todas las personas que en ese punto parecen hacer fila para decirle unas palabras y acepta con una sonrisa las fotos que le piden (incluso una junto a una hincha de su club, que se puso especialmente su camiseta para eternizar esa ilustre visita racinguista). Francella parte rumbo a otro compromiso y, luego, a su intimidad. “ Tengo una casa de fin de semana, ahí no hablo, me meto en mí. Cuando hice Casados con hijos me fui a vivir a ese lugar para estar todo el día conmigo. Yo necesito ese tiempo conmigo ”, reconoce antes de abandonar la redacción de LA NACIÓN. Y quizá en ese darle importancia a los momentos de privacidad, él encuentre el equilibrio que le exige el difícil trabajo de ser, fuera de la pantalla, igual de encantador que en cada uno de los personajes que lo convirtieron no en un artista, sino en un entrañable amigo para varias generaciones de argentinos.

La entrevista a Guillermo Francella en LA NACIÓN + Cerca, Protagonistas está disponible solo para los suscriptores de LA NACIÓN.