En medio de los fuertes rumores de divorcio de Benjamin Millepied, Natalie Portman lució un espectacular “vestido de la venganza” en un programa de televisión. En una nueva etapa de su vida, la actriz se mostró radiante con un outfit que no pasó desapercibido.

Al mejor estilo Lady Di, quien en 1994 decidió vestir un osado diseño en un acto público en medio de los rumores de infidelidad del príncipe Carlos, la ganadora del Oscar de 42 años habría querido demostrar con este gesto a su exmarido que ella también estaría dispuesta a pasar página frente a las informaciones que vincularon a su expareja con una joven ambientalista francesa.

Portman y Millepied, que comparten a sus hijos Aleph y Amalia, se casaron en 2012, pero el año pasado comenzaron a circular rumores que apuntaban que el bailarín y coreógrafo de 46 años había engañado a su esposa con una conocida activista de 25 años, Camille Etienne.

Tras algunas insinuaciones con respecto a la separación definitiva de la pareja, Portman protagonizó esta semana una aparición en el late night Jimmy Kimmel Live! que la ubicó en el foco mediático en los últimos días. Mientras posaba encantada por el estudio de Los Ángeles frente a los fotógrafos, la célebre intérprete enseñó su figura con un minivestido negro strapless que acompañó con un corpiño transparente a tono y stilettos. Los paparazzi no demoraron en nota la ausencia de anillos matrimonial en la mano izquierda de la actriz .

La estrella de Hollywood habría confirmado la separación de su marido después de afirmar en una entrevista con The Wall Street Journal que vive en París con sus dos hijos sin mencionar al bailarín. A mediados del año pasado y luego de 11 años de matrimonio, la pareja puso punto final a su relación luego de atravesar una fuerte crisis matrimonial que no logró superar.

“ Después de que salió a la luz la noticia de su aventura, han estado tratando de trabajar en su relación, pero actualmente están separados ”, dijo una fuente en agosto pasado al medio Us Weekly. Según la prensa estadounidense, la actriz se enteró en marzo del supuesto affaire que su esposo había tenido con la joven activista francesa. Desde entonces, ambos habrían intentado superar la crisis, aunque sus buenas intenciones no habrían sido suficientes.

La intérprete y el coreógrafo se conocieron en 2009 después de cruzarse en el set de la película Cisne negro, que se estrenó un año después. El bailarín desempeñó un papel fundamental en la producción compartiendo su experiencia en la danza con quien se convertiría en su futura esposa. Portman y Millepied se casaron en 2012, después de tres años de relación y del nacimiento de sus hijos. En una entrevista con SiriusXM Town Hall en 2018, la protagonista de Thor: amor y trueno reflexionó sobre la chispa que había surgido entre ellos durante aquellos años iniciales del vínculo y expresó su felicidad por el tiempo compartido junto a su pareja. “Definitivamente fue emocionante y divertido conocerlo en profundidad, fue entonces cuando pensé: ‘Sí, esta es la persona’”, manifestaba entonces.

El vestido que Lady Di usó para “vengarse” del príncipe Carlos

Lady Di solía transmitir a través de su vestimenta su estado de ánimo. Numerosos atuendos pasaron a la historia por la elegancia que caracterizaba a la princesa, pero uno de ellos tuvo un protagonismo muy especial por el contexto en el que lo vistió.

El pequeño vestido de color negro que Diana de Gales vistió la tarde del 29 de junio de 1994 para asistir al Serpentine Gallery en los jardines de Kensington le permitió protagonizar una entrada triunfal que fue retratada por todas las cámaras del evento y de la que se habló durante días.

Su esposo, el príncipe Carlos, había hecho unas declaraciones devastadoras en los medios que humillaban nuevamente a la madre de sus hijos al reconocer públicamente un secreto a voces, su relación con Camilla Parker Bowles.

Sobre ello, confesaba: “ Fui fiel hasta que tuve claro que nuestro matrimonio estaba irreparablemente roto ”. Sus dichos fueron tapa en toda la prensa al día siguiente tras el episodio, en el que Diana jugó muy bien sus cartas al acaparar, como de costumbre, toda la atención mediática.