Ni Guillermo del Toro se salva del rechazo en Hollywood
A estas alturas cualquiera creería que Guillermo del Toro tendría carta blanca en la industria del cine. Que después de ganar tres premios Oscar y ser adorado por el público con películas que aportaron más de 6,400 millones de dólares a las arcas de la industria, todos los estudios, productores y compañías morirían por contar una de sus fantasías cinematográficas. Pero no es el caso. Porque incluso el cineasta tapatío, con toda su experiencia visionaria, tiene que lidiar con un lado más cruel de Hollywood.
Porque, ¿qué puede ser más cruel para cualquier artista que pasar meses, incluso años, tramando historias para terminar siendo descartadas como si no tuvieran valor ninguno? Eso mismo es lo que está viviendo el director de Hellboy. Y a escala masiva.
Sí, Guillermo del Toro. El mismo que ayudó a Peter Jackson con los guiones de El Hobbit, el que nos emocionó con El laberinto del fauno y nos contagió su amor al cine a través de La forma del agua.
El director está tan decepcionado y frustrado con la industria cinematográfica que ha sacado toda su garra para dejarla en evidencia. Durante su reciente paso por el Festival de Animación de Annecy, al sureste de Francia, dijo que el negocio está “orientado a moler mierda y destruir tu arte" (vía The Hollywood Reporter).
“Todavía me dicen que no”, dijo el director de Pinocho. “En los últimos dos meses dijeron que no a cinco de mis proyectos. No desaparece [el rechazo]. Hacer cine es comerse un sándwich de mierda. Siempre hay mierda, solo que a veces obtienes un poco más de pan con el tuyo”, dijo reflejando su frustración evidente.
“La tasa de productividad frente a tus esfuerzos seguirá siendo frustrantemente difícil y frustrantemente larga. Y siempre encontrarás imbéciles. Pero ten fe en las historias que quieres contar y espera a que alguien quiera comprarlas”, añadió con algo de esperanza.
A priori cuesta creerse que el rechazo inevitable que forma parte del negocio artístico siga lloviéndole con tanta fuerza. Es cierto que se trata de un factor conectado con la industria desde todos los sectores, que no solo viven miles de intérpretes a través de castings por todo el mundo. A los creativos también les pasa. Después de todo, no todo los productores o jefes de estudios van a compartir la misma visión que pueda tener un guionista o director, confiando e invirtiendo en una idea solo porque el creativo lo pida. Sin embargo, que Guillermo del Toro siga viviendo el rechazo tras su larga trayectoria, siendo adorado por la industria y contando con el aprecio del público y de manera tan masiva, es para quedarse con la boca abierta.
Sobre todo cuando tenemos en cuenta que el director mexicano ha sentido en sus propias carnes la decepción de tener que abandonar sus ideas en muchas ocasiones en el pasado. Cuando cada una, en mayor o menor medida, requiere de implicación personal, esfuerzos creativos, reuniones y compromiso.
Una de ellas fue la tercera película de Hellboy. El director estaba muy interesado en finalizar la historia del personaje pero, como explicó en una sesión de Reddit en 2014, fueron a “cada estudio y pedimos financiación, pero no están interesados”. Dijo que las dos primeras entregas generaron grandes ingresos en el negocio del DVD y vídeo, pero tras la pérdida de este sector ante el avance del streaming, los estudios veían al proyecto como económicamente “peligroso”.
A su vez, entre los muchos proyectos en los que estuvo involucrado se encuentra una adaptación de La Bella y la Bestia con Emma Watson previa al remake de Disney. Así como decenas de adaptaciones de novelas e ideas que fueron guardándose en baúles de proyectos nunca consumados. Otro de los más famosos fue un remake de Mansión embrujada en el que estuvo trabajando durante varios años, visionando la idea desde todos los ángulos artísticos, escribiendo el guion y lidiando con la posibilidad de hacerlo durante, al menos, diez años. Incluso se estaba negociando con Ryan Gosling para el papel protagonista. No solo nunca se hizo, sino que actualmente existe una versión en desarrollo que no tiene nada que ver con Guillermo del Toro.
Al final pudimos regalarle una marioneta oficial de #Frankelda a Guillermo Del Toro @RealGDT. Dio la conferencia más especial que nos ha tocado presenciar en @annecyfestival. ¡Gracias por inspirarnos y ayudarnos tanto, Guillermo! pic.twitter.com/642Y1tgOYh
— Cinema Fantasma (@CinemaFantasma) June 13, 2023
Aunque la historia más increíble es la de En las montañas de la locura. El director iba a dirigir la adaptación de la novela de H.P. Lovecraft para Universal junto a James Cameron como productor y, posiblemente, Tom Cruise como protagonista. Era un proyecto soñado para del Toro. Tenían todo el concepto creado y un presupuesto de $150 millones, pero los ejecutivos quería rebajar el tono para que estuviera dirigida al público mayor de 13 años y, así, exprimir la taquilla al máximo.
La verdad es que lo que vivió el director con esta experiencia fue deprimente. “Mucha gente piensa en los directores como César sentados en una tumbona como si alguien les estuviera dando uvas, y dices: ‘Me gustaría hacer En las montañas de la locura ahora’. Y no es así. Eres un tipo de cuello azul trabajando a tu manera, presentando números a los estudios, juntando estrellas, paquetes, lo que sea, y tienes cosas que mover”, explicaba a Collider en 2017.
Pero el proyecto no salió adelante ante las diferencias de visión e interés comercial, después de pasar años ideándolo, creando “más de 300 piezas de arte”, “guiones gráficos”, “modelos”…
Por todo esto, porque Guillermo del Toro tiene experiencia de sobra con la parte más cruel de ser creativo en la industria del cine, viendo cómo decenas de proyectos en los que estuvo involucrado no terminaban de cuajar (por diferencias creativas, por falta de financiación, por desinterés de los estudios, etc.), impacta que todavía lo siga experimentando. Que siga teniendo que remar desde abajo para sacar adelante sus ideas, escuchando más veces la palabra ‘no’ que ‘sí’.
Evidentemente, el caso del director refleja que el éxito no es sinónimo de continuidad en Hollywood. Que incluso cineastas celebrados como él deben seguir luchando por sus ideas, convenciendo a los estudios para que apuesten y financien sus visiones creativas. Que ni el Oscar ni una buena taquilla dan nada por sentado.
De todos modos, el mexicano tienen un plan. Porque después de hacer “un par de películas de acción real más” se pasará exclusivamente al cine animado.
Tal y como hizo durante la temporada de premios cuando estuvo nominado por Pinocho, mantiene que la animación es “la forma más pura del arte”, que “ha sido secuestrada por un grupo de matones” y necesita ser “rescatada”. Y él pretende ser el héroe que vuelva a elevar el mundo de la animación a lo más alto. “Puedes hacer un drama de fantasía para adultos con stop-motion y conmover emocionalmente al público”, sentenciaba.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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