Yahoo Estilo Ninel Conde y el predecible fiasco de una boda que terminó a escondidas
Por Luis Moreno
Bien dice el dicho que lo que mal empieza, mal acaba. Ninel Conde decidió remar contra la corriente durante los últimos meses al aferrarse hasta el último momento a casarse con Larry Ramos y tener una fiesta, sin importarle que México y el mundo estuvieran inmersos en una pandemia que hacen sumamente riesgosas las reuniones multitudinarias.
Pese a las críticas y cuestionamientos, ella siguió adelante incluso cuando las autoridades le pusieron un freno. La alcaldía Miguel Hidalgo en Ciudad de México intervino y de plano anunció que el evento no podría llevarse a cabo en el Museo Casa de La Bola como estaba planeado debido a que las condiciones sanitarias no lo permitían y que, en caso de seguir adelante, habría sanciones. Finalmente, Ninel se echó para atrás de último minuto… pero no canceló la boda sino que la pasó al Estado de México en un fraccionamiento de Atizapán donde le ofrecieron facilidades, según reporta el diario El Universal.
De esto se supo hasta hoy, un día después, toda vez que Ninel jugó al despiste a través de sus redes sociales diciendo que tras el imprevisto ya se casaría hasta 2021. Pero resultó que no, alguien le prestó un nuevo lugar y de inmediato los organizadores trasladaron las flores, muebles, cristalería y hasta la comida al nuevo e improvisado espacio.
Aún así el error de fondo persiste y es claro que Ninel tuvo una insistencia que rayó en lo irresponsable. El área metropolitana vive actualmente un repunte en medio de los contagios por COVID-19 ante los que se vislumbra un posible regreso al semáforo rojo epidemiológico.
Con prisas y forzando la situación, lo que pudo ser una boda memorable y tranquila quedó en el recuerdo como algo atropellado y peligroso para los cerca de cincuenta invitados que estuvieron en el lugar de acuerdo con algunos medios.
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Este fiasco se pudo evitar si hubieran hecho como tantas parejas de novios que desde hace meses pospusieron sus bodas hasta nuevo aviso.
A lo largo de los años, Ninel ha mostrado dar pasos erráticos en lo que respecta a su vida amorosa. La unión con Larry Ramos sería ya su tercer matrimonio, todo un récord para alguien que apenas tiene 44 años de edad. A ello habría que añadir la relación que sostuvo por más de seis años con el empresario Giovanni Medina, con quien tuvo un hijo, y que también estuvo al borde de llegar al altar.
De hecho, la relación entre Ninel y su ex Giovanni Medina está convertida en otra telenovela debido a la pelea por la custodia de Emmanuel, el niño que procrearon juntos. Desde hace tiempo el pequeño vive con su papá y Ninel no lo puede ver ya que él no lo permite. Ella tiene una demanda en curso para recuperar a su hijo.
La magnitud del problema quedó clara este año luego de que Ninel desheredara al niño, esto por recomendación de sus abogados para así evitar que Giovanni pueda reclamar a través de él alguna de las propiedades que el “Bombón asesino” ha adquirido a lo largo de su trayectoria. De acuerdo con Ninel, el niño ha sido puesto en su contra y convivir con él tan solo a través de videollamadas de 20 minutos ha afectado mucho la relación. Giovanni, por su lado, la acusa de desobligada y de preferir “la vida loca que a sus hijos”.
El trago de su antigua relación ha sido muy amargo para Ninel quien dice recibir amenazas y tener el rencor de su ex basado en intereses económicos. “Tampoco voy a permitir que me pidan una pensión porque esto es una venganza. No quiero estar más con él, todo inició desde que me dijo en una comida ‘vamos a volver’, yo no le dije que sí. Regresé y había una denuncia de abandono de menor, eso es una mentira”, aseguró Ninel a UnoTv.
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