Yahoo Estilo "No prueben la ozonoterapia rectal": la advertencia de los médicos sobre lo que hizo Gwyneth Paltrow
Muchos famosos, en su infinito afán de preservar la juventud -o de facturar- no miden las consecuencias que pueden tener sus sugerencias sobre terapias alternativas que pueden resultar perjudiciales para la salud.
Ya hace varios años se encendieron las alarmas cuando Gwyneth Paltrow vendía su famoso (y peligroso) yoni egg en su portal de “salud”. Ya se había pasado por la mala idea del vapor vaginal, más tarde practicado públicamente por Jada Pinkett Smith y hasta hoy son muchas las propuestas de bienestar alternativo que siguen surgiendo como promesas de belleza, juventud eterna, salud natural, empoderamiento femenino y paremos de contar.
Esta vez le tocó el turno al recto. Sí. Tras hacerse viral que la actriz dijo en una entrevista que se alimenta de vegetales y caldo de huesos, lo cual ha desatado duras críticas de expertos que advierten que no se puede fomentar la práctica de dietas restrictivas, ahora surge su opinión sobre la ozonoterapia rectal, que consiste en insuflar el recto con gas.
La actriz dijo que es de las cosas más extrañas que ha hecho en la vida, pero que ha sido bastante útil. Este tratamiento ha sido promocionado por ser, supuestamente, eficaz para combatir virus y la inflamación, estimular la circulación sanguínea e impulsar el sistema inmune, e incluso se sugiere su uso en mascotas.
Mientras tanto, siendo las redes sociales la vía más inmediata de alertas incluso para los médicos, ya algunos profesionales de la medicina se manifestaron indicando que esta terapia puede ser peligrosa. Es más, la FDA advirtió que el ozono “es un gas tóxico sin aplicación médica útil conocida en terapia específica, coadyuvante o preventiva. Para que el ozono sea eficaz como germicida, debe estar presente en una concentración muy superior a la que pueden tolerar con seguridad el hombre y los animales”.
Gastroenterologist here:
Not that you would but please don’t get “rectal ozone therapy.”
Also, don’t put coffee in your butts either. https://t.co/FWAXkHMQJI— Kaveh MD (@thehouseofpod) March 14, 2023
Los intereses detrás de las cuestionables recomendaciones de famosos
La razón por la cual muchos famosos insisten en recomendar tratamientos experimentales y sin base científica que pueden ser perjudiciales para la mayoría de las personas no está completamente clara. Puede ser su propia convicción de que lograrán la juventud y la salud eterna, pueden ser incluso trastornos no diagnosticados, como la ortorexia, o cualquier otro trastorno de conducta alimentaria, o puede ser el dinero, pero lo que sí es cierto es que el público los sigue, confía en estas propuestas a pesar de lo peligrosas que pueden ser.
La doctora Sara Altuna, médico oncólogo, explica que son muchos los pacientes que se sienten atraídos por estas alternativas a la medicina convencional porque lo ven como una solución rápida a sus problemas, aunque no siempre sea la más efectiva ni la más segura.
"Muchas veces las personas desconfían de la medicina convencional por temas de logística, o de costos, pero estas alternativas de moda, a la larga pueden resultar mucho más caras que un tratamiento basado evidencia científica, porque pueden ser contraproducentes, peligrosas e incluso puede empeorar una condición", dice la médico.
Altuna afirma que la medicina convencional está basada en estudios, en investigaciones científicas, en ensayos clínicos, que dan aval a los tratamientos recetados por los médicos; mientras que estas propuestas alternativas están auspiciadas por celebridades que ganan mucho dinero por impulsarlas, sin luego hacerse responsables por las consecuencias que sus recomendaciones pueden tener.
"Los médicos nos hacemos responsables de las consecuencias que tienen nuestras recomendaciones y procuramos brindar seguridad al paciente, mientras que un famoso no puede hacerse responsable estos tratamientos que no suelen tener respaldo científico", dice y agrega que muchas veces se han estas recomendaciones como algo inofensivo y sin saber las consecuencias que pueden tener, los riesgos y las secuelas que pueden generar, pero seguirá pasando porque es una industria sumamente lucrativa.
Estas tendencias suelen no estar reguladas, de hecho la ozonoterapia rectal obviamente no está aprobada por la FDA, pero ante la necesidad de la gente de encontrar soluciones rápidas y mágicas para sus problemas se hace difícil ejercer control sobre esta industria.
"A veces hay condiciones de salud que son incurables o intratables, y evidentemente las personas no quieren hacer frente a esa realidad, por lo cual recurren a terapias alternativas que en lugar de mejorarlos, les restan calidad de vida y bienestar que puede proporcionarle un tratamiento de medicina convencional”.
En su opinión, el gran problema es que estos tratamientos alternativos le dan al paciente una sensación de seguridad, de que están haciendo algo por su salud y están burlando a la ciencia ahorrándose gastos, pero realmente puede que se estén haciendo daño. “Me opongo seriamente a todas esas alternativas porque a la larga si cuestan dinero y pueden costar hasta la vida”.
¿Funciona o no la ozonoterapia?
Hay pocos estudios realizados con los parámetros adecuados para determinar que las terapias de ozono pueden ser realmente efectivas. De hecho, se dice que la poca evidencia que puede haber es de "baja calidad y limitada", según refieren en un artículo de la Clínica Cleveland, y se destaca que se necesitan más datos sobre los posibles efectos secundarios, que podrían ser graves, antes de que esta terapia pueda ofrecerse como un tratamiento convencional.
En el caso de la ozonoterapia rectal, lo que se hace es que se insufla con el gas, que ha sido tratado por un dispositivo generador para crear una versión médica, con el fin de ofrecer beneficios antiinflamatorios y antioxidantes. Aunque inhalar el ozono es muy peligroso, también se usa en otras partes del cuerpo como los oídos, la vagina, la piel, e incluso pequeños estudios han señalado que al ozonizar la sangre puede ser eficaz para la recuperación del covid-19, aunque no hay suficientes evidencias para asumirlo como tratamiento.
