Paola Rojas y cómo el episodio más humillante de su vida le enseñó el poder de la vulnerabilidad

Paola Rojas
Paola Rojas

Fue en junio de 2018, en el marco del Mundial de Rusia, que Paola Rojas debió enfrentar uno de los capítulos más arrasadores de su vida, luego de que se hiciera público un video íntimo protagonizado por su esposo en aquel momento, el exfutbolista y comentarista de deportes, Luis Roberto Alves ‘Zague’. La periodista se enfrentó no solo a la polémica generada por el morbo, sino a uno de los más grandes dolores del alma que ha sentido en su vida.

Han pasado 5 años desde que el famoso clip se viralizara y de que su matrimonio terminara en divorcio. Desde entonces es inevitable que Paola sea cuestionada sobre el tema. En noviembre de 2018, en entrevista para Hoy, confirmó que estaba soltera, y dejó claro que nada estaba por encima de proteger a sus hijos, Leonardo y Paulo. Aunque en lo profundo su objetivo no ha cambiado, con el paso de los años se dio cuenta de que además de los gemelos, su prioridad también era ella misma.

Una casa sin puertas por donde entrar

Durante su participación con Romina Sacre, la conductora quiso hablar de su vulnerabilidad y para hacerlo recordó lo que vivió con sus hijos después de la publicación del famoso video. Paola evocó lo triste, adolorida, humillada y apenada que estaba por el capítulo tan desagradable que atravesó. Aunque todo estaba siendo “muy humillante”, no quiso dejarse vencer por Leonardo y Paulo. Sin embargo, ahora sabe que mostrar tanta fortaleza no ayudó a sus gemelos, ni a ella.

En los siguientes meses del escándalo Paola decidió no llorar frente a sus hijos, “tenía la creencia de que tenía que estar bien” para ellos, dijo. Relató que entonces lloraba en la regadera o donde nadie la viera, “con mis quereres, en momentos muy seleccionados”.

Se dio cuenta de su error cuando la psicóloga le mostró cómo su hijo la representaba con el dibujo de una casa muy bonita, fuerte y grande. Ella la cuestionó: “¿Pero te das cuenta de que no tiene puertas? Tu hijo no sabe cómo llegar a ti porque te ve tan entera que no sabe por dónde entrar”. Aquello la dejó en shock.

La presentadora entendió que podía llorar de tristeza aún teniendo a su hijo a un lado, pues bastaba con explicarle qué estaba pasando. También comprendió que el llanto no solo la ayudaba a desahogarse sino a no enfermarse. Mencionó que, precisamente por haber contenido su dolor, debió someterse a dos operaciones de útero: “Lo que no lloré, lo somaticé. Error”. Mencionó que ahora se siente conmovida al ver cómo su cuerpo expresó su dolor.

Tras aquel aprendizaje, Paola Rojas pudo atravesar un nuevo episodio doloroso con más empatía a sí misma. Esta vez sí lloró frente a sus hijos: “Y sí les expliqué: ‘Mi amor, estoy triste por esto’”. Aclaró que se dejó llevar por las emociones porque no quería volver a enfermarse y porque les estaba enseñando a sus hijos a expresar sus emociones, “no a tragárselas”.

Después de la tormenta, viene la calma

Paola ha mencionado que lo pública que se volvió su separación hizo que todo fuera “más doloroso, más vergonzoso y más difícil de procesar“. En varias entrevistas ha hablado del mismo tema, pues no solo se trató de enfrentar una supuesta infidelidad sino de lidiar con lo que se decía en las redes sociales.

"Lo más terrible, la verdad, fueron los ataques en el mundo digital. Me enfurecí contra todo. Fue todo tan brutal y tan espantoso… Estaba como en todas partes, de entrada tener a toda una sociedad opinando, saber que todo el mundo está hablando de ti, pero además, algunos me parece que con mucha ligereza sin tomar en cuenta que ahí hay una mujer, una madre, eso fue muy brutal”, mencionó en el programa de Oso Trava.

Salir adelante no ha sido fácil para la presentadora, aunque en abril de este año dijo que ya había perdonado a Luis Roberto Alves, en noviembre del 2022 no pudo contener el llanto durante una entrevista con Isabel Lascurain, con quien insistió haber sentido una “vergüenza profunda”, pero a la que le confesó cómo logró superar aquella crisis: “Si hay algo valioso, y que le recomiendo a todos que hagan, yo tengo una red de amor. Construyan una red de amor; o sea, es toda la diferencia. Lo que sea que tengas que vivir si tienes a tu alrededor a personas que te aman profundamente, con las que has sido incondicional y son incondicionales para ti es otra cosa”.

La presentadora también señaló que no le gusta victimizarse porque sería “súper mezquino siendo una mujer tan afortunada”, también dijo que no le gustaban los melodramas; “Si he tenido tanto en la vida, yo creo que que lo que toca es ver a un episodio desafortunado como una posibilidad de aprendizaje y en mi caso además me dio una gran empatía con muchas mujeres”.

Tras el complicado proceso que vivió en 2018, Paola Rojas mencionó en abril pasado que había perdonado a su ex: “Ya acabó ese proceso, ya sané; ya me perdoné, lo perdoné. Estamos en otro momento, y le tengo cariño, agradecimiento. Ya el corazón dejó de estar roto, y sanó”. También dijo no considerar esa relación como un fracaso, pues se tratará de su “socio” durante toda la vida a través de sus hijos.

La conductora de Netas Divinas dejó claro que estaba viviendo un nuevo episodio de su vida, que le guardaba cariño al exfutbolista, con quien se había casado estando muy enamorada, y a quien le reconoció ser un papá cercano, atento y responsable.

Paola Rojas no quiere ser un modelo a seguir

Paola Rojas es reconocida como una mujer que ha roto muchos esquemas. Ante la cámara creó una identidad mediática única en la que no es la típica presentadora con actitud solemne que imposta la voz, se hace la interesante o trata de verse varonil para tener veracidad, como ella misma mencionó. Su personalidad la ha llevado de protagonizar uno de los dos principales noticieros matutinos de Televisa a integrarse al programa nocturno ‘Netas divinas’.

A lo largo de estos años ha mostrado su diversidad de facetas, pero ahora también quiere dejar claro su nivel de sensibilidad: “Yo supongo que me fui creando esta imagen que a muchos les impone. Yo no sé si lo fui creando inconscientemente, esta especie de coraza o de blindaje, para que no me lastimaran en un mundo muy hostil, muy competitivo, muy varonil, siendo yo tan sensible”.

Tampoco le interesa abonar "en absoluto" con que la consideren "un modelo a seguir" pues no quiere crearse la imagen de ser una mujer que no se equivoca, que puede con todo, y que no se cansa, porque sí lo hace: "No está bien asumir tantas tareas, no es sensato vivir con cansancio crónico, ni mucho menos propiciar que las demás aspiren a eso".

Como muchos, Paola está en plena deconstrucción, combatiendo incluso a quien era ella en el pasado. Por ejemplo, la Paola Rojas de ahora se da permiso de equivocarse, de no ser perfecta ni aspirar a serlo y de no compararse todo el tiempo, porque eso sería hacerse la vida miserable: "Cuando cometía un error, me regañaba, me lo recalcaba insistentemente. Cosa que solo quita energía".

Para enfrentar los estereotipos en los que han querido encasillarla, enfatizó: “También se vale mentar madres. También se vale decir ya no puedo. También se vale levantar la mano y decir: ‘Ayúdenme, por favor’. Y yo creo que también por eso es tan importante rodearnos de gente que nos arrope y nos diga: ‘Aquí estoy para ti’”.

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