Paso a paso: todos los movimientos de Jennifer Lopez y Ben Affleck desde el 26 de abril
Jennifer Lopez y Ben Affleck se separaron en secreto a mediados de este año, concretamente el pasado 26 de abril, según ha dado a conocer el portal TMZ, pero continuaron manteniendo las apariencias como si todavía fueran una pareja durante varios meses, hasta que este pasado martes 20 de agosto la cantante ha presentado el divorcio en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles.
Aunque sus apariciones públicas se fueron reduciendo hasta ser completamente inexistentes y ambos dejaron de ser la viva imagen del amor sobre las alfombras rojas, ahora son muchos los que se preguntan cuáles han sido los movimientos de la pareja ha llevado a cabo durante estos últimos cuatro meses, cuando tan solo ellos, y quizás sus más allegados, conocían que su particular cuento de hadas había llegado a su fin. Pero… empecemos por el principio.
Abril, el mes decisivo
Aquel día de finales del mes de abril en el que ambos decidieron tomar caminos separados, JLo fue fotografiada saliendo de su apartamento en la ciudad de Nueva York tras haber realizado un viaje en solitario a su ciudad natal.
Para esta salida la cantante optó por un look informal con un suéter oversize en color beige, jeans anchos y botas Ugg con plataforma y aunque su cómodo vestuario llamaba especialmente la atención más lo hacía su semblante serio y su rostro sin apenas una gota de maquillaje.
Se comenta que por esas fechas, la actriz estaba intentando deshacerse de su amplio ático dúplex de Manhattan para comprar algo junto a Ben en las ciudad de los rascacielos, y aunque acabó vendiéndolo finalmente en julio por 20 millones de euros, los planes de adquirir un nuevo nidito junto a su pareja no se cumplieron.
Mayo: JLo aparece sola en la Gala MET y busca nueva casa en solitario
El mes de mayo no fue mucho mejor que el mes de abril y los rumores sobre una posible ruptura entre la pareja fueron cobrando cada vez más fuerza. La pareja llevaba ya 47 días sin ser fotografiada junta (fueron vistos por última vez cogidos la mano en la ciudad de Nueva York el 30 de marzo) y la ausencia de Affleck en la alfombra roja de la gala MET no hizo nada más que acrecentar los rumores.
Fuentes cercanas al actor confirmaron a medios estadounidenses que Ben no pudo asistir porque estaba ocupado filmando su película, El contable 2. Sin embargo, la estrella de Batman si pudo asistir al estreno de The Roast of Tom Brady la noche anterior a la gala.
Tras esta significativa aparición en solitario, Jennifer puso tierra de por medio y se marchó con Emme, uno de los mellizos que ha tenido junto a Marc Anthony, a Paris mientras Affleck continuaba su rodaje en Los Ángeles.
Por si todo esto fuera poco, durante ese mes la intérprete de Estafadoras de Wall Street comenzaba a buscar un nuevo hogar en Beverly Hills, algo que resultaba un tanto extraño después de que el año pasado se compraran una espectacular mansión por casi 55 millones de euros en esa misma zona.
Cada movimiento de la pareja es analizado al milímetro y a la búsqueda en solitario de la cantante se suma la adquisición por parte de Ben de una nueva casa en el barrio de Brentwood, en Los Ángeles. Lo que parece indicar que ambos han decidido dejar de vivir bajo el mismo techo.
Sin embargo, una aparición pública de la pareja en la función escolar de Seraphine - apodada como Fin - la hija de 15 años de la estrella de El indomable Will Hunting, fruto de su anterior relación con la también actriz Jennifer Garner, alimentan la esperanza de que no todo está perdido, aunque ellos ya sabían que no era así.
Después, el domingo asistieron a un evento cinematográfico en el Aero Theatre en Brentwood junto a sus hijos y la exmujer de Ben, la también actriz Jennifer Garner. En esta ocasión, llegaron por separado pero después se dejaron ver juntos en su coche. La intérprete de On the floor le estuvo esperando en la acera hasta que Affleck llegó para recogerla.
Pero mayo parecía ser infinito y aún quedaba en la agenda un evento muy relevante, el estreno de la última película de la diva del Bronx, Atlas, en el que Affleck tampoco estuvo presente. Sin embargo, sí se les vio juntos en la graduación de la escuela secundaria de Violet, la hija de 18 años del director de cine, porque si por algo han luchado tanto juntos como por separado ha sido por su familia.
Junio: La cantante cancela su gira y se siente 'desconsolada'
Tantos meses de tensión y de problemas familiares acaban pasando factura a Jennifer Lopez quien decide cancelar la gira This is me... Live que comenzaba el 26 de junio en Orlando con el objetivo de pasar más tiempo “con sus hijos, su familia y amigos cercanos", tal y como rezaba el comunicado hecho público por representantes de la organización.
Tras el anuncio, ella misma mandaba un mensaje personal a todos sus fans expresando su profunda tristeza por haber tenido que tomar esta difícil decisión. "Estoy completamente desconsolada y devastada por haberos decepcionado. Por favor, sabed que no haría esto si no sintiese que es absolutamente necesario. Prometo que os lo compensaré, que volveremos a estar juntos de nuevo. Os quiero mucho a todos. Hasta la próxima"
Horas después del comunicado, la artista era fotografiada sola y cabizbaja haciendo unas compras en una boutique de lujo de Los Ángeles. Pero la historia daba un giro inesperado y hacía que los fans de Bennifer respiraran aliviados con las imágenes del matrimonio caminando de la mano junto a sus respectivos hijos, con los que hicieron durante el fin de semana diferentes planes familiares como un partido de baloncesto de Samuel, el hijo pequeño de Affleck.
A las puertas del recinto llegaron por separado y se saludaron con un beso en la mejilla, mientras que a la salida se dejaron ver sonrientes, relajados y cómplices mientras charlaban y se dirigían andando hasta el coche del intérprete.
Cuando todo parecía estar solucionado, llegó un nuevo movimiento que apuntaba directamente a una crisis difícil de solucionar: la lujosa mansión de Beverly Hills con 17 habitaciones y 30 baños en la que habían estado viviendo juntos, y que consideraban la casa de sus sueños, aparecía nuevamente publicada en varios portales inmobiliarios estadounidenses. Algunos rincones de esta residencia los habían mostrado a través de sus perfiles públicos y también en el documental de JLO, La mayor historia de amor jamás contada, donde mostraba por primera vez la parte más privada de su vida con Ben.
Los planes continuaron por separado y la intérprete de temas como On the floor o salía a cenar a un restaurante italiano de Santa Mónica y causaba sensación con un diseño largo de crochet con manga acampanada, cuello redondo y una pronunciada abertura lateral. Antes, estuvo con uno de sus hijos en el centro comercial de lujo 'The Groove' y no pasó desapercibido el hecho de que llevara de nuevo su anillo de compromiso.
Además, tras saber que su película Atlas estaba arrasando en Netflix dijo: " No dejes que las voces de unos pocos ahoguen el hecho de que hay muchísimo amor ahí fuera". Estos gestos alimentaron la esperanza de sus fans de que la crisis con Ben Affleck se superaría.
En ese momento la prensa norteamericana se dividía en dos: los que apuntaban a que el divorcio sería inminente y los que afirmaban que Jennifer y Ben habían estado yendo a terapia de pareja para superar los obstáculos y continuar juntos."
A ella le gusta compartirlo todo de su vida. Él es más introspectivo y reservado. Jennifer necesita eso, pero a Ben eso no lo hace feliz y le provoca mucho estrés", dijo una persona de su entorno a People, apuntando a que la exposición mediática y sus diferentes formas de afrontarla serían la clave de su crisis sentimental.
Samuel Affleck volvió a ser el punto de unión de la pareja en su fiesta de fin de curso, a la que Jennifer y Ben llegaron por separado y luciendo la alianza de boda. También estuvo la madre del actor y su exmujer, Jennifer Garner, con la que siempre ha tenido una excelente sintonía por el bien de sus hijos. Días antes, el protagonista de Batman había visitado durante unas horas la casa familiar que había compartido con su mujer, quien seguía viviendo allí.
El 15 de junio, coincidiendo con el Día del padre en Estados Unidos, llegó lo que parecía confirmar que el matrimonio había superado definitivamente su crisis. JLo publicaba una foto de su marido, al que definía como "nuestro héroe". Además, horas antes de la felicitación pública le visitaba en la mansión que ha alquilado en el barrio de Brentwood.
Pero las ilusiones se disipaban con la marcha de la artista a Italia, donde pasó unos días de desconexión con un grupo de amigos antes de acudir a los desfiles de la Alta Costura de Otoño/Invierno 2024-2025 celebrados en París. Mientras, Ben pasaba tiempo con sus hijos sin la alianza de casado y protagonizaba un desagradable altercado con varios periodistas a las puertas de su vivienda.
Al regresar a Estados Unidos, el matrimonio se reunía en las oficinas que Ben Affleck tiene en Beverly Hills, lo que daba pie a pensar que habían tomado una decisión y que estaban pensando de qué manera comunicar su decisión de no seguir juntos.
Julio: un giro de los acontecimientos cuando todo parecía perdido
La distancia también volvió a marcar su relación a lo largo de julio, cuando JLo puso rumbo a Los Hamptons junto a sus hijos un grupo de amigos entre los que se encontraba Stevie Mackey, su vocal coach. En este privilegiado enclave cercano a Nueva York, posaba sonriente junto a unos campos de lavanda, acudía al gimnasio y salía a montar en bici. Además, coincidió con Violet, con quien visitó una exposición y se fotografió entre sonrisas. También muy contento se dejaba ver Affleck en una terraza con sus hijos, en los que está completamente volcado.
Y llegaron dos fechas clave que se esperaba con impaciencia. Por un lado su segundo aniversario de boda, que pasaron por separado, lo que invitó a pensar que no había vuelta atrás. Por otro lado, el cumpleaños de la cantante, que inició una nueva vuelta al sol lejos de Ben Affleck y celebró una impresionante fiesta temática inspirada en Los Bridgerton. Llamó la atención que, durante sus semanas en Los Hamptons, Jennifer volviera a lucir un collar con su nombre que rescató de su joyero después de dos años luciendo piezas con el nombre de su marido.
A final de mes se produjo un inesperado movimiento. Se hablaba ya de que la pareja había firmado los papeles del divorcio, pero una persona de su entorno explicó que habían decidido darse una última oportunidad: "Estaban dispuestos a tirar la toalla. Los papeles del divorcio ya están listos y listos para ser presentados, pero quieren darle una última oportunidad. Están escribiéndose cartas, que es lo que les hizo enamorarse al principio". En ese contexto, Ben completó la transacción de compra de una nueva casa en el barrio de Pacific Palisades, en Los Ángeles. Para su mujer esto fue "una puñalada en el corazón".
Agosto y un aniversario en forma de divorcio
A principios de agosto, tras casi un mes en Los Hamptons y unos días en Nueva York, JLo regesó a Los Ángeles. Dolida con Ben por la adquisición de una nueva vivida, movimiento que los alejaba definitivamente, ella tomó la iniciativa de buscar también su propio hogar para empezar de cero. En sus salidas por la ciudad, un gesto hablaba por sí solo: ya no lucía ni la alianza de boda ni el espectacular diamante de color verde con el que Affleck le pidió matrimonio.
Pero de nuevo se asomó la posibilidad de un posible acercamiento cuando la cantante se desplazó a la casa de alquiler en la que estaba el actor y a la mañana siguiente salió de compras con el hijo pequeño de Affleck. Los que la conocen comentaron entonces que el deseo de Jennifer es pasar tiempo con los jóvenes antes de retomar sus obligaciones académicas porque los quiere mucho y le importa su bienestar. Además, el cariño es recíproco y ellos también adoran a la artista.
Entre rumores y teorías, a mediados de mes llegaba otra importante celebración: el cumpleaños de Ben Affleck, que soplaba 52 velas en un acto muy discreto e íntimo en el que le acompañaron sus tres hijos. Más tarde llegó a felicitarle JLo, que estuvo muy poco rato en la vivienda. La cantante culminó el día lejos del actor, divirtiéndose con unas amigas en la actuación que Bruno Mars y Lady Gaga ofrecieron en el pabellón Intuit Dome en Inglewood (Los Ángeles).
Desde ese día, Jennifer y Ben han seguido adelante con sus rutinas por Los Ángeles, en todo momento por separado. Este martes se despejaban finalmente todas las incógnitas al conocer que la artista ha pedido el divorcio a su marido coincidiendo con el segundo aniversario de su impresionante boda en Georgia. Un final que nadie esperaba para un cuento de hadas que nos había hecho soñar.