Para foodies: platos que debes probar en nuestros Pueblos Mágicos mexicanos

La gastronomía mexicana es tan extensa que quizá no conocías estos 10 platos que son la excusa perfecta para conocer sus Pueblos Mágicos.

Recorre los sabores de México a través de sus Pueblos Mágicos. Foto: Getty Images
Recorre los sabores de México a través de sus Pueblos Mágicos. Foto: Getty Images  

Guacabaqui

En El Fuerte, Sinaloa, hay que probar este plato (que también se puede escribir guacabaque, huacavaque, uacabaqui o wakabaki), cuyo nombre significa cocido de vaca Básicamente es un potaje o puchero de carne con verduras de origen yaqui mayo – yoreme, que tradicionalmente se prepara en ceremonias y fiestas grandes y lleva más de 10 ingredientes, lo que lo hace todo un ritual.

Nopal en su madre

En Cadereyta, Querétaro este plato de origen otomí es toda una tradición que se suele servir para cenar. No es otra cosa que un nopal servido dentro de su penca (su madre), y relleno de carne o mariscos.

Olla podrida

En Pinos, Zacatecas, este plato es tradicional, y aunque su nombre suene raro, se trata de una especie de birria agridulce. Básicamente se deja la carne de borrego o chivo a hornear en una olla de barro enterrada, pero le agregan frutas a la mezcla, lo que le da su toque particular.

Tatemado

Del pueblo de Comala, Colima no puedes irte sin probar el tatemado, que en realidad es emblemático de todo el estado, y sería el equivalente al mole, pero algo más caldoso y con menos especias. Lo tradicional es que sea con carne de cerdo.

También te puede interesar: Pueblos Mágicos ideales para una escapada invernal

Lengua en pebre

Tradicional de Comitán, en Chiapas, se trata de lengua de res acompañada con una salsa que lleva canela, tomillo, orégano, azafrán, jitomate, cebolla y pan, y que se llama pebre. Claro que la carne no va sola, pues también se prepara con verduras, como chayote y zanahorias.

Chichilo

El mole es una especialidad de todo el estado de Oaxaca, pero el pueblo de Capulálpam de Mendez esconde un secreto particular a su sabor y color: chile chilhuacle negro, chile pasilla, mulato y tortillas quemadas. Es considerado uno de los siete moles más célebres, pero también el menos conocido. Va bien con carne, pollo, enchiladas, tostadas y lo que se te ocurra.

Gorditas de maíz quebrado

En casi todo el estado de Querétaro se puede encontrar esta variedad de nuestras tradicionales gorditas, pero en Bernal son una tradición que no te puedes perder. Se caracterizan por ser más crujientes pues el maíz va martajado (es decir que se muelen a mano los granos, pero algunos se dejan enteros). Las clásicas van rellenas de carne de cerdo, pero hay para todos los gustos.

Bocoles de frijol

Si vas a Huauchinango, en Puebla, esta garnacha tradicional de la Huasteca Potosina es una obligación. Son similares a las gorditas, pues son ‘tortillas’ gruesas de masa de maíz mezclada con manteca. Si bien el más tradicional de esta localidad va relleno de frijol, también puede ser de queso fresco, huevo, pollo, carne de cerdo y más.

Jumiles

Una tradición de Taxco, Guerrero, son estos insectos, cuyo particular sabor enamora a muchos paladares (algunos dicen que tiene tintes de canela o anís). Se suelen comer asados con sal y algo de ajo y cebolla. Pero, también hay quien se los come vivos, o los hacen salsa. Si no tienes reparo en comer insectos, no te los puedes perder.

También te puede interesar: Pedos de monja y hasta frijoles con veneno entre los nombres más raros de la comida mexicana

Zacahuiles

Toda una tradición de Xilitla, en San Luis Potosí son estos tamales ‘gigantes’. Y es que, a pesar de que la base es igual, aquí todo es más grande, incluso se pueden rellenar con pollos enteros. Eso sí, la masa de maíz va martajada, y se hornean hasta medio día envueltos en hojas de plátano.

@travesabarros