Premios Goya: la “omisión” de la Academia española que revive viejas heridas en Pedro Almodóvar

Premios Goya: la “omisión” de la Academia española que revive viejas heridas en Pedro Almodóvar
Premios Goya: la “omisión” de la Academia española que revive viejas heridas en Pedro Almodóvar

Desde hace unos días, en España, La habitación de al lado está disponible en streaming; fuera de España, la película ya ha recogido ovaciones y varios galardones. Una empresa (Movistar Plus) se apuró a adquirir los derechos para la explotación del film por esa vía en su país de origen cuando faltan escasos días para la entrega de los Premios Goya, circunstancia ideal para las polémicas, sobre todo las previas. En el pasado, el realizador del film, Pedro Almodóvar, generó controversias por estas distinciones y, si bien los rutilantes premios obtenidos hace un lustro por Dolor y gloria limaron viejas asperezas, en la edición de este año han renacido a causa de las candidaturas. Su más reciente título acumula unas cuantas, incluidas las que merecen las resonantes actuaciones de Tilda Swinton y Julianne Moore en el rubro correspondiente, pero la más codiciada por los productores y los cineastas, la de Mejor Película, le fue negada. Un escándalo . Algunos cronistas del espectáculo lo han respaldado.

¿Será, en verdad, “un sacrilegio”, como sostuvo un cronista? Vale recordar que los Goya, otorgados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España en una ceremonia semejante a la de los Oscar, comenzaron a entregarse en 1987, cuando aquel joven Almodóvar estaba iniciando su carrera como realizador, y que apenas dos años después ya se alzaría con el trofeo principal, el que se otorga a la Mejor Película.

La entrega de los Goya de este año, que se realiza este sábado en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada, incluye la comparecencia de La habitación de al lado con candidaturas en una decena de rubros, algunos de ellos centrales, como Actuación Femenina (dos, como se dijo antes), Dirección, Fotografía, Dirección de Arte y Guion Adaptado.

Tilda Swinton, Pedro Almodóvar y Julianne Moore en el Festival de Venecia
Tilda Swinton, Pedro Almodóvar y Julianne Moore en el Festival de Venecia - Créditos: @MARCO BERTORELLO

A la historia de triunfos, decepciones y resquemores surgidos entre Almodóvar y la Academia en el pasado, se suma ahora la queja por esta llamativa omisión de su film en el rubro principal.

Según pasan los años

“La relación de Pedro Almodóvar con los premios nacionales sigue siendo inestable. Nunca es fácil predecir cuándo van a abrazar una película suya de sobremanera y a cuál decidirán ignorar”, sostiene el cronista Pedro Gallego. Es cierto, pero vista la cuestión en perspectiva, a distancia de los entreveros domésticos, uno podría preguntarse cuánto agregaría esa candidatura (la “omitida”) a una trayectoria en la que prácticamente no falta nada , y a un film que, entre otras distinciones, hace unos meses se alzó con el León de Oro en la Mostra de Venecia. Y, además, en qué se resiente el prestigio del realizador manchego, precozmente agasajado con la gema principal de la competencia ya desde 1989, cuando obtuvo el Goya a la Mejor Película por Mujeres al borde de un ataque de nervios.

En 2000 (14ª edición de los premios) recibió la misma distinción por Todo sobre mi madre, más el bonus de un ex aequo en el rubro Mejor Dirección. La misma doble premiación la mereció por Volver (2007, 21ª edición), y finalmente por Dolor y gloria, en 2020 (34ª edición). La suma de trofeos y nominaciones a la categoría principal (cuatro premios y diez candidaturas) avala esa difundida estimación –casi un lugar común- de que se trata del realizador español con más destacada proyección desde los tiempos de Luis Buñuel.

Como dato adicional, apuntemos que el equivalente de los Goya en Italia es el David di Donatello, distinción anual con la que el voto de los jurados italianos lo favoreció siete veces con otras tantas estatuillas, tres de las cuales correspondieron al codiciado rubro Mejor Película Extranjera.

Almas femeninas, confrontadas

“He ido cambiando de un modo natural, de un modo casi orgánico en cuanto a las películas que hacía, y también en cuanto a la vida que he hecho”, aseguró hace unos meses el inefable Pedro al recibir de manos de Tilda Swinton el segundo Premio Donostia, conferido a La habitación de al lado en el Festival de San Sebastián.

Pedro Almodóvar en San Sebastián
Pedro Almodóvar en San Sebastián - Créditos: @ANDER GILLENEA

Su evolución no ha pasado inadvertida; el devenir histórico-estético es algo que atañe no solo a este cineasta español. Y, por lo demás, a veces no depende tanto del sujeto artista como de las circunstancias que van moldeando una trayectoria, en la que suelen intervenir factores de la industria internacional.

En ese sentido no es arbitrario asociar ese cambio con el del napolitano Paolo Sorrentino quien, después de desplegar un palimpsesto fílmico profundamente itálico (romano, más bien) en La grande bellezza y ganar un Oscar con ese film, se vio proyectado a una aventura internacional, con un elenco de lengua inglesa y un escenario neutro en los Alpes suizos, para consumar ese atípico film que fue Youth (Juventud), un “retiro” de accidentado relax, en la ficción.

Julianne Moore y Tilda Swinton presentan un elogio profundo a la amistad a través de toda circunstancia de la vida.
Julianne Moore y Tilda Swinton presentan un elogio profundo a la amistad a través de toda circunstancia de la vida.

Como se sabe, La habitación de al lado parte de un relato de la narradora estadounidense Sigrid Nunez, Cuál es tu tormento (cuya traducción al castellano ya había publicado Anagrama en 2021), que reúne a dos mujeres, una de las cuales, Martha, padece una enfermedad terminal, mientras que la otra, Ingrid, es una escritora que acepta acompañarla en un secreto trámite de “final digno”. La confrontación de dos almas femeninas en situación de encierro o reclusión reconoce propuestas previas instituidas en canónicas (como la de Ingmar Bergman en Persona, un modelo que Almodóvar parece no haber ignorado) y que se proyectan a un horizonte universal al recalar en los códigos de la amistad y, sobre todo, la acechanza de la muerte. El cineasta español valorizó una veta secundaria, en la trama, cifrada en los conflictos entre madres e hijas, que alimentaron los conflictos de alguno de sus más preciados títulos. Pero la tonalidad serena con que conduce los estados de los personajes y el ritmo del desarrollo difieren de los de su filmografía pasada.

A diferencia del de su par napolitano, el salto de Almodóvar a la “internacionalización” mantuvo chispazos hispánicos , sea en la producción como en la inclusión de actores de ese origen, así como en la localización del rodaje: después de registrar exteriores de Nueva York, la casa en la que transcurre el tramo más tenso del film alude, en la ficción, a un paraje vecino a Woodstock, pero el rodaje se verificó, en verdad, en la famosa Casa Szoke, un diseño de dos arquitectos españoles, construido en San Lorenzo de El Escorial, junto al Monte Abantos, a una hora de Madrid.

“He ido descubriendo que las emociones también están en determinadas rutinas y de esas es de las que empecé a hablar en las últimas películas, donde he ido cambiando”, reflexionó Pedro en ese mismo discurso de San Sebastián. Para algunos observadores, esa “atenuación” de la tonalidad y de los tiempos, esa sobriedad en la exposición del drama, contribuye a que “este” Almodóvar no se parezca al que arrasaba con el premio central. “Se ha tenido que ‘conformar’ con diez nominaciones –dice Randy Meek en un sitio digital español-, y ha quedado exceptuada la de mejor película. Y es cierto que no es su mejor obra, que puso el listón muy alto con Dolor y gloria (…), pero aun así darle de lado siempre parece, de alguna manera, un sacrilegio ”.

Julianne Moore y Tilda Swinton, en una escena de La habitación de al lado
Julianne Moore y Tilda Swinton, en una escena de La habitación de al lado

Hay más voces de respaldo al manchego “defraudado”: “Al final, La habitación… se ha hecho con diez nominaciones, pero su ausencia en la categoría principal se ha sentido como una verdadera bofetada a Pedro Almodóvar", dice el periodista y crítico Javier Navío. Parecería, en fin, que se trata de una cuestión de principios, una especie de tradición en los certámenes y en los premios nacionales, más que una discusión en términos estrictamente fílmicos.

La habitación de al lado no es un film perfecto, es verdad, y no importa si ha merecido, a juicio de las jerarquías académicas de turno, competir con sus pares (o no) por haber plasmado “la mejor” de las obras en concurso. Lo que sí importa es que en el rapport que entabla con sus actrices y con los conflictos que algunas artistas sensibles deben asumir profesionalmente en la ficción, Almodóvar sigue siendo –tal vez- el que mejor induce al espectador al éxtasis de una emoción que perdura.