'Mi primo Vinny': el aterrador viaje que inspiró la película y las peleas que involucraron a Marisa Tomei
Mi primo Vinny comienza con un viaje, con la premisa de una comedia de enredos en la que el protagonista, el Vinny (Gambini) del título interpretado por Joe Pesci, se convierte en sapo de otro pozo al viajar desde Brooklyn a Alabama para brindarle asistencia legal a su primo Bill ( Ralph Macchio ), quien fue injustamente encarcelado junto a su amigo Stan (Mitchell Whitfield) por un asesinato que no cometió. El as bajo la manga de Gambini, aunque él no le daba el crédito que se merecía en el inicio, es su prometida, Mona Lisa Vito (Marisa Tomei), quien lo acompaña en su cruzada y cuya ayuda termina siendo invaluable para él y sus representados.
La comedia de Jonathan Lynn escrita por Dane Launer, todo un especialista en el género como podemos comprobar con títulos como Dos pícaros sinvergüenzas y Love Potion No. 9, se estrenó hace 30 años y en ese momento se erigió como una gran sorpresa en taquilla: se filmó con un presupuesto de 11 millones de dólares y recaudó más de 64, le valió un Oscar como mejor actriz de reparto a Tomei y es considerada, hasta el día de hoy, como una de las producciones que mejor han representado el engranaje del sistema legal, explicado por abogados y fiscales que fueron consultados a posteriori.
Esto no solo demuestra cómo las grandes comedias siempre logran salir intactas de cualquier prejuicio y adquieren un prestigio que parece serle siempre adjudicado a los dramas, sino que también arroja luz sobre cómo Mi primo Vinny venció escollos para ser tomada en serio incluso antes del rodaje que se llevó a cabo en Monticello, Georgia.
La historia del búho, el punto de partida
La película de Lynn tiene varias secuencias hilarantes que funcionan gracias a la reiteración de un mismo gag, como el del ruido del tren que molesta a Vinny cuando intenta dormir, la constante mudanza para encontrar algo de paz y la omnipresencia de un búho que, justamente, no le permite al abogado concentrarse. Esta última situación fue enfrentada por el guionista del film, quien aseguró haber experimentado un hecho “aterrador” cuando emprendió un viaje por el sur de los Estados Unidos para inspirarse para la concepción de esta historia.
Launer, también productor de la comedia junto a Paul Schiff, se fue hospedando en hoteles de Mississippi y Alabama, y de sus estadías extrajo experiencias que terminó incorporando al guion. Entre ellas, cuando su auto se quedó estancado en el barro y la “persecución” de ese infame búho que le provocó un temor al que el escritor (quien fue criado en Los Ángeles) no estaba acostumbrado, tal como le sucede a Vinny en el film.
Launer describió el sonido del búho como “fantasmal” y sintió pánico cuando percibía que ese “llanto desesperado” no cesaba. Esas vivencias fueron el puntapié de un guion inoxidable para el que su factótum también entrevistó a habitantes de estados del sur de su país y a abogados y fiscales.
Uno de esos fiscales residía en el condado de Butler, Pensilvania, y le brindó ayuda para términos y argumentaciones que luego serían verbalizados por Lane Smith como Jim Trotter III. Por lo tanto, aunque esos memorables tête à tête que tiene Vinny con el juez Chamberlain Haller (Fred Gwynne en su última actuación) resulten inverosímiles (la inexperiencia del protagonista lo lleva, entre otras cosas, a vestirse de una manera inapropiada para la mirada de Chamberlain, con ropa rimbombante), la dinámica del juicio contiene idas y vueltas que efectivamente tuvieron lugar en la corte estadounidense, lo que explica el aval que recibió el largometraje por su fehaciente retrato de ese proceso legal.
Con el guion finalizado, se empezó a buscar al actor ideal para el personaje de Vinny y Pesci no fue precisamente la primera opción. Desde su rol de productor, Launer les sugirió a los ejecutivos de 20th Century Fox que convocaran a Robert De Niro.
“Los noté incómodos ante la propuesta”, declaró el guionista a Unboxed años después. “No comprendían por qué estaba sugiriendo el nombre de un actor de su calibre, incluso me dijeron que no les resultaba gracioso y ahora todos sabemos que también puede serlo, así que con el tiempo me sentí reivindicado”, sumó. Por lo tanto, con De Niro descartado, se procedió a convocar a otro actor del universo scorsesiano, a quien sí le tenían fe para liderar esta comedia: Joe Pesci.
El intérprete venía no solo de obtener el Oscar por Buenos muchachos sino también de demostrar sus dotes para momentos de humor con Mi pobre angelito. La actuación que brinda en Mi primo Vinny -que fue nominada en los extintos galardones American Comedy Awards- es brillante. El actor personifica a ese underdog que se resiste a ser el punchline de la broma y se sobrepone a sus inseguridades de cara a un juicio al que llega con mucho para demostrar, pero con miedo en el momento de hacerlo. “Me inspiré en personas con las que crecí toda mi vida”, contó Pesci, oriundo de Newark, Nueva Jersey. “Puse a muchas de esas figuras en mi mente y así salió Vinny”, agregó el actor que formó una dupla extraordinaria con Tomei, cuya presencia en el film (y el impacto posterior) amerita un capítulo aparte.
Mona Lisa Vito: el rol que nadie quería y que el público amó
El rol de la prometida de Vinny causó controversia cuando la película llegó a su instancia de montaje, a cargo de Stephen E. Rivkin. Según su productor, se suscitaron peleas respecto de si el personaje debía ser incluido en el corte final, decisión que, en retrospectiva, resulta completamente inexplicable ya que se trata del corazón del film y la contrafigura ideal para Vinny.
“A los ejecutivos no les gustaba que Mona Lisa fuera experta en autos ni que fuera peluquera, no les parecía que eso iba a convencer al público”, contó con honestidad. Por lo tanto, debió pulir algunas secuencias para darle un protagonismo aún mayor y Tomei se lució en esos momentos. “Le puso ese corazón que uno encuentra en la película en el momento del rodaje, Marisa elevó el material y finalmente Mona Lisa Vito permaneció en la historia”.
Otra figura que se involucró en esa disputa fue nada menos que Joe Pesci. En diálogo con la publicación The Guardian, Tomei le agradeció a Pesci por haberla elegido para el papel [si bien el realizador Jonathan Lynn también fue parte de ese proceso] y por haberla ayudado en un rodaje clave para ella. “Era mi primera gran película”, declaró la actriz. “Y Joe estuvo siempre allí, guiándome en cada paso”, añadió.
Asimismo, en el programa Watch What Happens Live, reveló que ambos tuvieron una química instantánea y que pasaban muchas horas cantando temas juntos en los descansos del rodaje. El actor es también músico (tiene en su haber varios discos, incluidos Little Joe Sure Can Sing y el más reciente Still Singing) y llevó la guitarra al set sin saber que Tomei iba a ser su compañera de duetos, lo que no hizo más que reforzar esa camaradería que se trasladó a sus personajes.
Mona Lisa Vito no solo es quien empuja a Vinny a esforzarse para ganar el caso y recuperar la confianza en sí mismo sino también quien brinda ese gran testimonio que termina siendo significativo para la sentencia, demostrando así quién llevaba verdaderamente las riendas de la historia, esa mujer que se rehusaba a ser subestimada o juzgada por su apariencia, una excelente arista del guion.
Si hablamos de prejuicios, lo que sucedió con ese personaje se replicó en el lugar menos pensado: la entrega de los premios Oscar de 1993. Tomei fue nominada a la estatuilla por primera vez en la categoría secundaria -luego sería candidata en dos ocasiones más, por los dramas En la habitación en 2002, y El luchador en 2009- y terminó levantando el premio y venciendo a actrices de mayor trayectoria como Joan Plowright, Judy Davis, Miranda Richardson y Vanessa Redgrave.
Cuando dijeron su nombre, Tomei se sorprendió por razones lógicas: la Academia no suele inclinarse a premiar actuaciones en comedia. Sin embargo, su interpretación fue tan arrolladora y carismática que los votantes decidieron darle el galardón, lo que despertó un mito que tardó años en erradicarse: que Jack Palance se había equivocado al leer el nombre de la ganadora.
El rumor fue eventualmente desestimado, pero no dejó de ser una prueba más de cómo el género cómico no era considerado de peso, visión obtusa que empañó, al menos en ese momento, el gran triunfo de Tomei y de Mona Lisa Vito. Ambas, a fin de cuentas, debieron vencer la estrecha visión de terceros con sus respectivos talentos. Al recibir el Oscar, Tomei se expresó con el carisma que la caracteriza. “Es un gran honor para mí recibir este premio en el año que reconocemos, celebramos y honramos a las mujeres. Quiero agradecer al elenco y equipo de producción de Mi primo Vinny, especialmente al señor Joe Pesci por su apoyo infinito y su gran talento”, remarcó la actriz, quien nunca tuvo que probarle nada a nadie.
La secuela que llegó de la forma menos pensada
Todo gran éxito parece pedir a gritos una secuela. Sin embargo, cuando surgió esta idea, tanto Pesci como Tomei no se mostraron de acuerdo ya que les parecía que el film era perfecto sin una continuación propuesta por Launer, quien quería llevar al abogado y a Mona Lisa al Reino Unido, concepto que no prosperó.
De todas formas, el personaje de Vinny Gambini y su trabajo como abogado le interesó al escritor Lawrence Kelter, quien en 2017 empezó a concebir una saga literaria sobre el rol que Pesci inmortalizó en pantalla. My Cousin Vinny: Back to Brooklyn [Mi primo Vinny: de regreso a Brooklyn] fue la primera novela editada en 2017 y la más reciente, Wing and a Prayer [expresión que implica hacer algo con Dios y ayuda extra], se publicó hace tan solo dos años.
A pesar de su reticencia a una secuela, Pesci demostró que nunca quiso soltarle la mano al personaje y en 1998 lanzó el disco Vincent LaGuardia Gambini Sings Just for You, que tiene un tema dedicado al encantador abogado titulado: “Yo, Cousin Vinny”. En una entrevista radial, Ralph Macchio, la estrella de Karate Kid y Cobra Kai, recordó cómo fue la experiencia de trabajar en la comedia, compartió que Pesci llevó el Oscar que ganó por Buenos muchachos al rodaje y remarcó algo irrefutable: “Si bien no sabíamos qué iba a pasar cuando se estrenara, hubo algo que era notorio en el set: que cada vez que Joe y Marisa estaban juntos, la película era pura magia”.