La princesa Lalla Khadija: planes, anécdotas y curiosidades de la nueva estrella de la Familia Real de Marruecos
En la cultura árabe-musulmana, el nombre Khadija es uno de los más respetados y queridos. Según la tradición, si un hogar no cuenta con ninguno, debería ser inscrito en una pared de la vivienda, ya que representa una bendición. Es difícil no pensar en la princesa Lalla Khadija, hija de Su Majestad el Rey Mohammed VI y la princesa Lalla Salma, cuando uno escucha hablar de esta antigua tradición. Este nombre, que lleva como una valiosa corona, simboliza toda la gracia y el encanto de una joven cuyo recorrido fascina a todo Marruecos y representa un verdadero motivo de orgullo, brillando como una estrella en el firmamento de la dinastía alauí.
Nacida el 28 de febrero de 2007, creció en un ambiente lleno de dulzura y ternura. A su nacimiento, fue presentada a los medios de comunicación con desbordante orgullo, un gesto único del Rey y su mujer, quienes quisieron compartir su alegría con la nación. Mohammed VI, hombre de simbolismos, invitó a capturar ese momento para transmitirlo a los hogares marroquíes como un homenaje declarado a los valores familiares del reino. Las primeras fotografías muestran a un bebé rodeado de amor, una adorable princesa con una sonrisa encantadora. Lalla Khadija tuvo la suerte de crecer en un entorno lleno de sencillez, cuidado y cariño.
Una vida alejada de Palacio
La voluntad de su padre fue ofrecerle una vida alejada de palacio y pasó sus primeros años en una casa familiar tranquila, protegida de las exigencias del protocolo. Esta casa fue un refugio de tranquilidad donde la princesa pudo crecer libre y serenamente. Aunque pertenece a la esfera real, conservó un espíritu natural y espontáneo. Su primer día en el colegio queda grabado en la memoria de los marroquíes: sus padres la acompañaron a pie, en un gesto de cercanía que conmovió al pueblo, ya que evocaba las prácticas de las Familias Reales europeas. También se la pudo ver frecuentemente a lo largo de su infancia en celebraciones familiares: festivales de fin de año, cumpleaños, ceremonias de graduación y las bodas de su tío S.A.R. el príncipe Moulay Rachid y de su prima Cherifa Lalla Soukaina. Desde su más tierna infancia, acompañó a su padre en numerosas recepciones oficiales, como las ofrecidas en honor a las visitas de los Reyes de España Felipe VI y Letizia. También se la vio inaugurando el vivero del jardín zoológico de Rabat. En esa ocasión, se percibió un brillo especial en su mirada, un verdadero amor por los animales que refleja su naturaleza alegre y una pasión compartida con su padre, gran amante de los perros y los caballos.
Tiene un papel representativo más visible junto a su padre, el Rey Mohammed VI, operado recientemente de una fractura de húmero tras una caída, y su hermano, el príncipe heredero Moulay Hassan
Además del árabe, domina el inglés, el francés y el español, y muestra una gran curiosidad por las artes y la cultura
Estudiante del Colegio Real, recibe una educación refinada, la misma que su hermano, S.A.R. el príncipe heredero Moulay Hassan, una combinación de rigor académico y apertura cultural al mundo. Perfectamente políglota, domina, además del árabe, el francés, el inglés y el español, y encarna esa gracia discreta y naturalidad que son su madre, S.A.R. la princesa Lalla Salma, ha heredado una gracia y elegancia innatas. De su padre, un carácter bondadoso y tranquilo. Este vínculo con el Rey es particularmente conmovedor y cada fotografía y aparición pública ofrece una visión de un amor y una admiración recíprocos.
La separación de sus padres
En 2018, cuando tenía once años, un gran cambio impactó la vida de Lalla Khadija: la separación de sus padres. Un momento difícil para cualquier niño, pero que ella atravesó con una resiliencia ejemplar. Una separación llevada a cabo con discreción, seguida de un periodo de transición durante el cual toda la familia se enfocó en su bienestar y equilibrio. Siempre se recordará su aparición, en febrero de 2019, en el cortejo de la Familia Real durante la recepción a los Reyes de España. Vestida de rojo, se mantenía erguida, con una mirada tímida. Unos meses después, durante la visita del Papa, volvió a conquistar al pueblo marroquí. Ataviada con un caftán azul bordado, se presentó serena, elegante y dominando perfectamente los códigos y protocolos de la corte real.
En la adolescencia, marcó una pausa, alejándose un tiempo de la escena pública para dedicarse a sus estudios y pasiones. En julio de 2023, fue vista fugazmente en el asiento trasero del coche del cortejo real en Tetuán, junto a su hermano y su padre, vestida con un caftán delicadamente bordado y luciendo un impresionante collar de diamantes. Una foto que se volvió viral al instante. Apareció nuevamente el verano pasado, en Grecia, junto a su madre y su hermano, en un vídeo que circuló por las redes sociales y que descubrió que la adorable niña se había convertido en una joven mujer.
Más recientemente, el 28 de octubre pasado, hizo una sorprendente reaparición durante la visita oficial de Emmanuel y Brigitte Macron a Marruecos. Su presencia sorprendió y añadió una dimensión afectiva a este encuentro histórico, convirtiéndose en un evento dentro del evento. Vestida con una elegante chaqueta de pata de gallo blanco y negro firmada por Dior, cautivó a todos. Encarnando la distinción en todo su esplendor, se convirtió esa noche en un nuevo símbolo de elegancia en la corte real, sumándose al distinguido séquito formado por sus tías.