Recomendado de cine: Alberto de Mendoza, el actor que supo combinar indómita rudeza con una inefable estampa de seductor
Fue galán del cine español, pistolero del western spaghetti, rostro del cine de terror, protagonista de películas de acción y, por sobre todas las cosas, un pendenciero seductor que se aprovechaba de la bondad ajena. Pero todos esos perfiles sólo existían en la pantalla grande, porque en el trato directo era puro refinamiento y cordialidad. Un día como hoy, Alberto Manuel Rodríguez Gallego González –o simplemente Alberto de Mendoza- cumpliría 100 años. Y aunque sus grandes papeles nutrieran el imaginario popular con historias para la gran pantalla, la propia vida de Alberto de Mendoza era “de película” .
Nacido en el barrio de Belgrano, quedó huérfano a los cinco años y fue enviado a España para ser criado por una abuela que moriría a poco de comenzada la Guerra Civil. Fue entonces cuando, con sólo 14 años, el buque Tucumán lo trajo de regreso: “ Fui repatriado a la Argentina y volví en barco. Entre los refugiados estaba Carlos Cajaravilla, un actor, bailarín, galán uruguayo. Yo lo observaba cómo ensayaba, cómo zapateaba. Ahí me entró el bichito. Comencé como bailarín y a partir de ahí, mi vida se fue dando arriba de los escenarios ”, contó el actor en su última entrevista con LA NACION.
Participó como extra en …Y mañana serán hombres (1939) y El viejo hucha (1942), y comenzó a tomar relieve cuando compuso a Enrique Moreno en Su mejor alumno (1944), de Lucas Demare. Intervino en otros clásicos del cine argentino como El retrato (1947), Historia de una mala mujer (1948), Don Juan Tenorio (1949), y adquirió peso propio en Marihuana (1950), de León Klimovsky. Pero su consagración se dio cuando compuso a Ricardo, uno de los hijos de la Filomena Marturano que delineó Tita Merello en nuestro cine. Y desde entonces se sucedieron sin pausa La calle del pecado (1954), en la lente de Ernesto Arancibia, junto a Zully Moreno; como “Adrián Villar” secundando a la “Wanda” de Laura Hidalgo en Caídos en el infierno (1954), de Luis César Amadori; o acompañando a Ana María Lynch y Massimo Girotti en La bestia humana (1957), que dirigió Daniel Tinayre.
De Mendoza también protagonizó Barrio Gris (1954), de Mario Soffici, y estelarizó con la volcánica Tilda Thamar La mujer desnuda (1955). Pero luego vendrá la primera producción del sello Aries Cinematográfica Argentina, el primer crédito otorgado por un Instituto Nacional de Cine recién creado por la denominada Revolución Libertadora, y un papel que lo convertirá en uno de los rostros de la renovación del cine nacional con El Jefe (1958), de Fernando Ayala. Entre tanto, se consolida como una figura en el cine mexicano y en un astro del cine español. Actuó junto a Alberto Closas, Lucho Gatica, Carmen Sevilla, Analía Gadé, Lino Ventura, George Hamilton, Sara Montiel, Maximilian Schell, Raf Vallone, Jack Palance, Telly Savalas, Irene Papas, Peter Cushing, Christopher Lee y Silvia Pinal, entre tantos nombres que iluminaban marquesinas.
Luego del éxito de El Rafa en los ´80 se volcó a la televisión, aunque también brindó uno de los mejores papeles de su carrera en Noches sin lunas, ni soles (1984), dirigida por José Antonio Martínez Suárez sobre la acertada novela de Rubén Tizziani. Un año antes de su fallecimiento, sucedido en 2011, recibió el Martin Fierro de honor a 30 años de la exitosa El Rafa. Pero su primer premio había sido con el cine, en 1958, cuando obtuvo el Cóndor de Plata al mejor actor por El jefe, premio que conquistó nuevamente en 1982 por El infierno tan temido, de Raúl de la Torre. En Estados Unidos por el programa El oriental (1982), recibió el premio al mejor actor de habla hispana en TV de la Asociación de Críticos de Nueva York.
Pero mucho antes de alzar estatuillas ya tenía el enorme reconocimiento del público que, desde la pantalla grande o en la inefable “caja boba”, reconocía en Alberto de Mendoza a un actor que supo trascender fronteras, construir uno de los primeros y más fecundos diálogos entre el cine argentino y el cine español, y componer a esos personajes que combinaban una indómita rudeza con la inefable estampa de un seductor.
A continuación, cuatro películas disponibles en streaming para celebrar a Alberto de Mendoza.
¡Que seas feliz! (1956)
Una cantante se enamora y se casa con Pablo Suárez. Pero Andrés no está de acuerdo con este enlace porque no saben nada sobre él. Pablo es un jugador que roba a su supuesto amor mientras es perseguido por el hampa.
Una de las perlas de la película es ver a Lucho Gatica cantando “No me platiques ya”. La otra, el perfil de bribón de Alberto de Mendoza como ese enamorado que esconde una vida tumultuosa. Julián Soler dirigió en México esta película protagonizada por Rosita Quintana y Miguel Aceves Mejía y que tuvo una nominación a los premios Ariel de la Academia de Cine mexicana.
El jefe (1958)
Berger es un líder del mundo criminal que dirige una pandilla de jóvenes delincuentes a base de carisma y violencia. Pero para El Jefe solo existe una fidelidad, y es consigo.
Alberto de Mendoza brindó uno de sus grandes papeles como ese líder concebido como alegoría del caudillismo político. Con un elenco integrado por Duilio Marzio, Orestes Caviglia, Leonardo Favio, Luis Tasca, Graciela Borges y Pablo Moret, triunfó en el Festival de Cine de Mar del Plata y reveló a Fernando Ayala como una de las voces más importantes de la renovación del cine argentino del post-peronismo.
Pánico en el Transiberiano (1973)
Mezcla de ciencia ficción y película de terror, esta coproducción entre Inglaterra y España contó con la dirección de Eugenio Martin y un elenco impresionante encabezado por el gran Christopher Lee que compone al profesor Saxton, que decide trasladar en tren los restos congelados de un humanoide. Antes de partir, el monje católico Pujardov (Alberto de Mendoza), le advierte de la maldición que se cierne sobre la operación.
Aunque tuvo críticas horrorosas al momento de su estreno, hoy se la considera una película de culto. En la Argentina además estuvo prohibida hasta 1982.
La mala verdad (2011)
Dos semanas antes de la muerte de Alberto de Mendoza se estrenaba en los cines argentinos la película por la cual recibió el premio al mejor actor en el Festival de Málaga.
Miguel Angel Rocca dirige con sobriedad y sin efectismos un duro relato sobre los secretos familiares que salen a la luz a través de Bárbara, una niña triste y temerosa, cuyas actitudes no pasan desapercibidas para la psicopedagoga de la escuela. En la familia pesa la figura del abuelo Ernesto, un hombre autoritario que tiene un vínculo lleno de secretos con ese entramado familiar. Malena Solda, Carlos Belloso, Analía Couceyro y Norman Briski completan el elenco que encabezan Alberto de Mendoza como el abuelo Ernesto, y la niña Ailén Guerrero como Bárbara.