Resolvemos todas tus dudas sobre la reconstrucción mamaria tras una mastectomía
Cuando una mujer tiene que someterse a una reconstrucción mamaria, debido a haber padecido un cáncer de mama que ha implicado la realización de una mastectomía, sin duda, son muchas las preguntas que se puede plantear. Hemos hablado sobre ellas con el doctor Alessandro Thione, cirujano plástico y estético, en la Unidad de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario i Politécnico La Fe en Valencia y en el Instituto de Cirugía Plástica del Mediterráneo. “Las principales preguntas que se hacen las pacientes implican tomar decisiones, siempre informadas con el apoyo de su equipo médico”, nos detalla el especialista, que nos las resume en las seis siguientes.
1. ¿Qué opciones tengo?
El especialista nos detalla que existen técnicas con implantes o utilizando tejido propio (autólogo). “La elección depende de su caso específico, del tipo de mastectomía que se haya realizado, de sus preferencias personales y las recomendaciones del equipo médico. Hablando en concreto de las opciones, las dividiremos, como decía antes, en dos grandes grupos”, detalla.
La reconstrucción con implantes tiene estas opciones:
Implantes de silicona o solución salina. Se colocan debajo del músculo pectoral u son una opción relativamente sencilla y con una recuperación más rápida en comparación con otras técnicas.
Uso de expansores. En algunos casos, se coloca un expansor de tejido temporal antes del implante definitivo para estirar gradualmente la piel y los tejidos.
Por su parte, las distintas opciones de reconstrucción con tejido autólogo o colgajos, serían las siguientes:
Colgajo TRAM (Transverse Rectus Abdominis Myocutaneous). Utiliza tejido del abdomen, incluyendo piel, grasa y músculo. Ofrece una apariencia y sensación más natural, pero es una cirugía más compleja.
Colgajo DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator). Similar al TRAM, pero preserva el músculo abdominal, lo que reduce el riesgo de debilidad en esa zona.
Colgajo LD (Latissimus Dorsi). Utiliza tejido de la espalda. Es menos invasivo que los colgajos abdominales, pero a menudo se combina con un implante.
Colgajo SGAP (Superior Gluteal Artery Perforator). Utiliza tejido del glúteo, ideal para pacientes que no tienen suficiente tejido abdominal.
“Cada opción tiene sus ventajas, desventajas y riesgos, por lo que es fundamental discutirlas en detalle con tu cirujano plástico y oncólogo para determinar cuál es la más adecuada para tu caso particular”, indica.
La reconstrucción puede ser inmediata o diferida, según el plan de tratamiento y la necesidad que se tenga de radioterapia y quimioterapia
2. ¿Cuándo es el mejor momento para hacer la reconstrucción mamaria?
Puede ser inmediata o diferida, según el plan de tratamiento y la necesidad que se tenga de radioterapia y quimioterapia. La reconstrucción inmediata se realiza al mismo tiempo que la mastectomía. Permite ahorrar tiempo y evitar cirugías adicionales, pero no siempre es posible porque en la mayoría de los casos es preferible esperar el resultado definitivo del estudio anatomopatológico para poder evaluar si es necesario un tratamiento de radioterapia o quimioterapia posterior a la mastectomía.
Por su parte, el doctor nos cuenta que la reconstrucción diferida se lleva a cabo meses o incluso años después de la mastectomía, lo que permite la completa recuperación de otros tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia.
3. ¿Cuáles son los riesgos y beneficios?
Como toda cirugía, tiene riesgos, sobre todo en la reconstrucción autóloga. Puede haber sangrado, infección, pérdida del colgajo o contractura capsular de la prótesis, pero también mejora la autoestima y calidad de vida.
Los riesgos y las complicaciones de una reconstrucción mamaria tras una mastectomía, aunque poco frecuentes, existen y deben ser considerados antes de la cirugía. “Como en cualquier cirugía, existe el riesgo de infección en la zona operada, que puede requerir tratamiento con antibióticos o, en casos graves, una intervención adicional. Si se utilizan implantes, pueden surgir problemas como la contractura capsular, que es el endurecimiento del tejido alrededor del implante, o la necesidad de reemplazo debido a desgaste o rotura. En el caso de la reconstrucción con tejido propio, existe el riesgo de que el tejido no reciba suficiente flujo sanguíneo y se necrose -muera-, lo que puede requerir una nueva intervención. Estos riesgos deben ser discutidos con el cirujano antes de la operación, para que la paciente tenga una visión clara y pueda tomar una decisión informada”, concluye el especialista.
4. ¿Cómo será la recuperación?
No es extraño que las pacientes quieran saber el tiempo de recuperación y los cuidados necesarios. En los casos de reconstrucción con implantes, la hospitalización dura entre uno y dos días, generalmente. Luego se tarda de cuatro a seis semanas en retomar las actividades habituales. Sobre todo, se deben evitar ejercicios intensos, como levantar objetos pesados o realizar movimientos bruscos de los brazos durante las primeras semanas. Y para ver el resultado final habrá que esperar unos meses, hasta que la inflamación disminuya y la forma definitiva de la mama sea visible.
Por su parte, cuando se trata de reconstrucciones con tejido propio, la hospitalización es de tres a cinco días, ya que se trata de un procedimiento más complejo. La recuperación inicial puede irse a las seis u ocho semanas debido a que estamos hablando de una doble cirugía, en la mama y en la zona donante, como el abdomen, la espalda o los glúteos. Las actividades físicas vigorosas, en este caso, deben evitarse durante al menos ocho semanas y luego retomarlas lentamente, con ejercicios más suaves indicados por el médico. En este caso, la calidad de la reconstrucción se hace visible en seguida.
La cirugía reconstructiva debe ser compatible con cualquier tratamiento posterior necesario para el control del cáncer
5. ¿Qué aspecto y sensación tendrá?
Con la mama reconstruida la paciente puede no recuperar la sensibilidad total en ella, pero restaurará la forma; sobre todo cuando la reconstrucción sea autóloga.
6. ¿Afectará mi tratamiento?
Es fundamental que la reconstrucción no interfiera con futuros tratamientos oncológicos. Es decir, la cirugía reconstructiva debe ser compatible con cualquier tratamiento posterior necesario para el control del cáncer, como la quimioterapia, radioterapia o el seguimiento de posibles recurrencias. Esto es esencial para garantizar que los tratamientos oncológicos continúen siendo eficaces y seguros.
Si tenemos que someternos a radioterapia, estos pueden ser los efectos de una reconstrucción de mama:
Impacto en los tejidos: Si la paciente necesita radioterapia después de la reconstrucción, especialmente si se utilizan implantes, la radioterapia puede causar fibrosis (endurecimiento de los tejidos), contractura capsular (formación de tejido cicatricial alrededor del implante) o cambios en la textura y apariencia de la mama reconstruida.
Complicaciones en la reconstrucción con implantes: La radioterapia posterior a la colocación de implantes puede aumentar el riesgo de que estos se deterioren, se muevan o presenten un resultado estético no óptimo. En estos casos, se puede considerar la reconstrucción diferida (después de finalizar los tratamientos oncológicos) o el uso de técnicas con tejido autólogo (colgajos) que toleran mejor la radioterapia.
En caso de quimioterapia afectaría al tiempo de recuperación. Si la reconstrucción implica una recuperación prolongada, como en el caso de colgajos o tejidos propios, podría retrasar el inicio de la quimioterapia. Es crucial que la cirugía reconstructiva permita una recuperación suficientemente rápida para no interferir en el plazo necesario para iniciar la quimioterapia, que es esencial para prevenir la proliferación de células cancerosas restantes.
En el seguimiento oncológico, una reconstrucción mamaria podría presentar dificultades en las pruebas de imagen. Algunos tipos de reconstrucción, especialmente aquellos con implantes, pueden interferir en la realización de mamografías o resonancias magnéticas necesarias para el monitoreo de recurrencias del cáncer.
Aunque los implantes no impiden las pruebas, pueden dificultar la visualización completa del tejido mamario, por lo que se requiere una planificación cuidadosa para asegurar que los estudios diagnósticos no se vean comprometidos.
¿Cuál es el objetivo de la reconstrucción mamaria?
Una vez que tenemos en cuenta cuáles son las principales dudas que pueden surgir a una paciente que tiene que someterse a una reconstrucción mamaria, nos planteamos también cuál debe ser el principal objetivo de una reconstrucción mamaria tras haber padecido un cáncer de pecho que ha obligado a realizar una mastectomía.
El doctor nos confirma que se trata de restaurar la forma y simetría del pecho. Se busca devolver la apariencia natural del busto para mejorar la imagen corporal de la paciente. Pero también se tienen en cuenta otros objetivos:
Mejorar la calidad de vida. La reconstrucción puede ayudar a la mujer a recuperar confianza en sí misma y sentirse más cómoda con su cuerpo tras el tratamiento.
Mantener la seguridad oncológica. Es muy importante subrayar que el procedimiento debe garantizar que no interfiera con la detección o el tratamiento de una posible recurrencia del cáncer.
Ofrecer resultados funcionales y estéticos duraderos, tanto en apariencia como en funcionalidad, adaptados a las expectativas y necesidades de la paciente y, sobre todo, que no moleste.
“Estos objetivos buscan equilibrar la salud emocional, estética y física de la mujer tras un proceso de cáncer de mama”, apunta.
¿Quién y cuándo puede reconstruirse la mama?
El doctor nos cuenta que cualquier mujer que se haya sometido a una mastectomía o lumpectomía puede ser candidata, siempre y cuando su estado de salud general lo permita. Esto incluye mujeres de todas las edades, siempre que cuenten con la aprobación de su equipo médico.
“Luego habrá que decidirse si se realiza de manera inmediata -en el momento de la mastectomía- o diferida -en una cirugía posterior-, dependiendo de otros factores: si necesita tratamientos adicionales como la radioterapia, que se hace inmediatamente después de la resección oncológica, o el estado físico de la paciente. El equipo médico evaluará el momento adecuado para hacerla, considerando el estado oncológico, el tipo de tratamiento y las preferencias de la paciente, priorizando siempre su seguridad y bienestar”, nos detalla el especialista, que añade que la reconstrucción mamaria es una opción disponible y personalizable, adaptada a cada caso.
La idea de someterse a una nueva operación, como la reconstrucción mamaria, puede generar temor por los riesgos quirúrgicos, el dolor y el proceso de recuperación
La importancia del componente emocional
Otro aspecto que no hay que perder de vista es que al miedo por la intervención se suma el componente emocional, tras haber perdido un pecho. “La mastectomía no solo afecta físicamente, sino que también impacta profundamente en la autoestima, la identidad corporal y la feminidad de muchas mujeres. La idea de someterse a una nueva operación, como la reconstrucción mamaria, puede generar temor por los riesgos quirúrgicos, el dolor y el proceso de recuperación”, indica el experto.
Y es que el proceso de aceptar la pérdida del pecho y los cambios corporales puede ser complejo, llevando a emociones como tristeza, ansiedad o incluso depresión. Contar con un equipo médico y psicológico que apoye a la paciente es fundamental para ayudar a superar estos miedos y el impacto emocional asociado.
En opinión del doctor, el componente emocional es tan relevante como el físico en este tipo de situaciones, y debe abordarse con sensibilidad y el apoyo adecuado. Es cierto que el momento de la reconstrucción es el único en todo el proceso en el que se reciben buenas noticias, y es importante resaltarlo a la paciente.
¿Prótesis o tejido propio?
La elección entre prótesis o tejido propio para una reconstrucción mamaria depende de varios factores y no existe una opción universalmente "mejor". Tal y como nos cuenta el cirujano, cada técnica tiene sus ventajas y desventajas, y la decisión debe adaptarse a las necesidades y circunstancias de cada paciente.
“Las prótesis o implantes son una opción menos invasiva, con una recuperación más rápida y que no necesitan de cirugía en otras partes del cuerpo. Sin embargo, pueden requerir reemplazos a lo largo del tiempo y conllevan un riesgo leve de complicaciones como contractura capsular”, indica.
Mientras, el tejido propio o reconstrucción autóloga utiliza tejido de otras áreas del cuerpo, como el abdomen o los glúteos, para crear una nueva mama. Ofrece resultados más naturales en cuanto a apariencia y tacto, y no requiere reemplazos. Sin embargo, implica una cirugía más compleja, con un tiempo de recuperación más largo y cicatrices adicionales. Este procedimiento deben realizarlo cirujanos expertos en microcirugía. Requiere precisión en la reconexión de vasos y nervios, así como en la cirugía del área donante. Solo un cirujano y un equipo altamente especializado puede ofrecer resultados satisfactorios, minimizando los riesgos asociados.
La elección entre prótesis o tejido propio para una reconstrucción mamaria depende de varios factores y no existe una opción universalmente "mejor".
Reconstrucción con tejido del abdomen
Como decíamos, una de las alternativas es la reconstrucción mamaria con tejido del propio abdomen, conocida como reconstrucción autóloga mediante colgajo abdominal, utiliza piel, grasa y vasos sanguíneos del abdomen para crear una nueva mama. Este procedimiento es ideal para mujeres que desean una reconstrucción sin implantes y con un resultado natural.
“La mama reconstruida tiene una apariencia más similar al tejido mamario original, con un tacto más suave y natural que los implantes. Además, al utilizar tejido propio, la reconstrucción es permanente y no requiere reemplazos futuros, como ocurre con los implantes”, nos cuenta.
Eso sí, la paciente tendrá cicatrices tanto en el abdomen, similar a una abdominoplastia -mejorando además el aspecto del abdomen-, como en el pecho; aunque con los avances actuales estas cicatrices suelen ser discretas. “Al ser una cirugía más compleja que implica dos zonas del cuerpo -pecho y abdomen-, el tiempo de recuperación es mayor que con otros métodos, pero creo que los resultados son mejores que con una prótesis. Considero que la reconstrucción autóloga representa la auténtica reconstrucción mamaria. En general, ofrece excelentes resultados a largo plazo, especialmente en términos de naturalidad”, añade el doctor.
¿La reconstrucción mamaria es un tratamiento definitivo?
El doctor indica que las reconstrucciones mamarias tras una mastectomía pueden ser consideradas definitivas en muchos casos, pero esto depende de la técnica utilizada y de factores individuales de la paciente. “En el caso de la reconstrucción autóloga, al emplear tejido propio, los resultados suelen ser permanentes y no requieren intervenciones adicionales a largo plazo, salvo ajustes estéticos menores que puedan ser necesario con el tiempo. Sin embargo, si se utilizan implantes, es posible que con los años sea necesario reemplazarlos o realizar revisiones para mantener el resultado deseado, debido al desgaste natural de los materiales. Además, el envejecimiento natural del cuerpo o cambios en el peso pueden afectar la apariencia de la reconstrucción, lo que podría requerir algún retoque”, detalla.