Cómo Robert De Niro sale perdiendo del juicio contra su asistente más de la cuenta

La compañía del actor deberá pagar a la exasistente más de un millón de dólares en daños

La compañía de Robert De Niro deberá pagar más de 1 millón de dólares a su exasistente Graham Chase Robinson. (Foto de David Dee Delgado/Getty Images)
La compañía de Robert De Niro deberá pagar más de 1 millón de dólares a su exasistente Graham Chase Robinson. (Foto de David Dee Delgado/Getty Images)

La saga judicial que enfrentó a Robert De Niro con su exempleada ha llegado a su fin. La compañía del actor, Canal Productions, había demandado a Graham Chase Robinson en agosto de 2019 por $6 millones, señalándola de haber robado millones de millas de viajero frecuente y mirar compulsivamente Friends y otros contenidos de Netflix en horario laboral. La exasistente respondió con otra demanda de $12 millones, alegando acoso verbal y discriminación de género. Cuatro años más tarde, el jurado llegó a su veredicto, haciendo responsable a la empresa que deberá pagar una compensación de $1.264.285,72 por daños a Robinson (vía Variety).

Y si bien Robert De Niro fue declarado no responsable de discriminación de género (y a Robinson no responsable del incumplimiento del deber fiduciario y de lealtad mientras era empleada de Canal), no existe ninguna duda de que, al final, es la figura que más ha salido perdiendo.

Porque la estrella predilecta de Martin Scorsese -con permiso de DiCaprio- será un actor que lleva 60 años deleitando al público con su presencia en la gran pantalla, ganando premios Óscar y disfrutando de los aplausos de la crítica. Su talento no permite lugar a dudas. Es uno de los actores más emblemáticos de su generación y de la historia del cine. Uno de los actores favoritos para muchos cinéfilos. Sin embargo, han sido tan llamativos los trapos sucios ventilados en el juicio, que no solo su empresa perdió económicamente con la compensación impuesta, sino que ahora podría quedar asociado al aura de tipo cascarrabias.

El jurado compensó a Graham Chase Robinson con una compensación de más de un millón de dólares. (Foto de David Dee Delgado/Getty Images)
El jurado compensó a Graham Chase Robinson con una compensación de más de un millón de dólares. (Foto de David Dee Delgado/Getty Images)

Robert De Niro siempre mantuvo una clara división entre su vida privada y profesional, siendo una figura intocable gracias al pedestal que construyó con su talento en la meca del cine. Sus romances, matrimonios, hijos y divorcios son etapas que vive en privado. Prácticamente no habla de ello ni tampoco ha participado en ninguna de las biografías escritas sobre su vida. Pero el reciente juicio rompió con esta tradición, abriendo una ventana hacia una faceta personal que desvela a un tipo duro de roer como algunos de sus personajes más celebrados.

LA IMAGEN QUE PINTÓ EL JUICIO

A lo largo de los días que duró el juicio civil se pudieron escuchar testimonios de sus empleados y conocer mensajes de texto privados que revelaron que De Niro valoraba la lealtad por encima de todo. Pero que también lanzaba advertencias que pueden sonar a amenaza de despido, incluyendo malas palabras, que se traducen como la imposición de su poder como jefe de su séquito y estrella de Hollywood.

En el juicio se supo que De Niro lleva décadas rodeándose de los mismos abogados, asistentes, entrenadores y contadores. Pero, según el testimonio de Robinson, durante los 11 años que trabajó para el actor, la habría sometido a realizar tareas degradantes. Su colaboración había comenzado en 2008 cuando fue contratada como asistente ejecutiva para, más tarde, ascender al titulo de vicepresidenta de desarrollo y finanzas de Canal en 2017. Sin embargo, según Robinson, el actor la sometía a realizar tareas que estaban por dejado de su rango, como rascarle la espalda -que ella resumió como “horrible” y “asqueroso-, arreglarle la ropa, anudar sus corbatas y cerrar los botones de sus caminas. De Niro negó las acusaciones (Variety).

No obstante, cuando se dieron a conocer las demandas en 2019, los abogados de Robinson lanzaron un mensaje de voz que el actor había enviado a su exempleada, como evidencia de su “actitud hostil, abusiva e intimidante”. En el audio se puede escuchar a De Niro llamando a su ex asistente “mocosa mimada”, diciendo “¿cómo te atreves a faltarme el respeto?” y gritando “eres jodidamente historia” porque, aparentemente, no le había contestado una llamada. Si cierran los ojos al escucharlo es como estar en presencia de su personaje de El Padrino 2.

“Que se joda, ¿cómo te atreves a faltarme el respeto?”, repite con aires de aparente grandeza. “¿Quieres otra maldita posición [laboral]? Quieres otra posición, entonces cambia y vete a otro lado”.

“No te enojes conmigo porque estoy enojado porque no tengo una cosa simple que necesito ahora mismo en California cuando estoy aquí menos de 24 horas. Tienes que estar bromeando mocosa mimada, vete a la mierda. Renuncia cuando quieras, maldita sea, ¿cómo puedes malditamente no responder? Estas enojada porque estás viviendo en España, maldita mocosa mimada”, continuaba.

Y si bien podemos hacer un ejercicio de empatía y comprender que Robert De Niro pudiera estar molesto ante una necesidad que su exasistente, al parecer, no le estaba proveyendo o no le atendiera el teléfono; cualquiera que es o haya sido empleado, podrá reconocer que no son los modos ni la manera que esperamos que un jefe se dirija a nosotros.

LA ADMISIÓN DE ROBERT DE NIRO

Durante el interrogatorio del abogado de Robinson, el actor sorprendió al admitir que había reprendido a Robinson, llamándola “petulante”, “inquisitiva” y “jodida mocosa malcriada”. Y si bien mantuvo que nunca le había levantado la voz ni sido abusivo, la historia cambió cuando poco después le gritó a través de la sala y delante de todos, “¡Qué vergüenza, Chase Robinson!”

El actor pidió disculpas a la Corte pero el daño quedó en el aire a través de titulares que se hicieron eco del bochorno y una situación que, según la percepción de cada uno, podría mostrar una cara diferente a la que estaba defendiendo.

Robert De Niro con su novia Tiffany Chen y madre de su séptimo hijo, una niña llamada Gia. (Foto de Angela Weiss/AFP via Getty Images)
Robert De Niro con su novia Tiffany Chen y madre de su séptimo hijo, una niña llamada Gia. (Foto de Angela Weiss/AFP via Getty Images)

Chase renunció a su puesto en abril de 2019 después de que le encargaran amueblar la casa del actor y su novia, Tiffany Chen, en Nueva York. La exasistente alegó que Chen influyó en su jefe para que la despidiera debido a varios desacuerdos sobre las renovaciones de la casa. Y para exponer la animosidad se presentaron mensajes de texto en el juicio enviados entre la pareja en julio del mismo año. “Se pensaba que era tu novia, lo vie desde el principio”, escribía Chen a su novio según los mensajes presentados en el juicio (vía Independent). “Las bolas. El nervio. El descaro. El sentido de sentirse en derecho. ¿Cómo se atreve?”, le contestaba De Niro.

En otro mensaje, Chen le decía al actor: “Si la mantienes, tú y yo vamos a terminar teniendo problemas” porque creía que Robinson había “saboteado” su viaje de avión de cuatro horas de regreso a Nueva York en jet privado pidiéndole a las azafatas que no les sirvieran refrescos.

En resumen, una cosa es ver a Robert De Niro adueñarse de la pantalla con sus interpretaciones de tipos rudos e imponentes y otra muy distinta sería cruzarse con ellos en la vida real. Eran hombres que cualquiera preferiría mantener bien lejos por la bravura y prepotencia que destilaban en general. Sin embargo, viendo el resultado del juicio, la victoria de Robinson y sus testimonios, sumado a la reacción del actor en mitad del pleito, se transmite una sensación de conectividad entre la ficción y la realidad, pintando un aura conflictiva que deja a un actor reservado expuesto a las percepciones y habladurías desde un ángulo controvertido.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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