Robert Downey Jr. gestó una venganza desagradable en el rodaje extremo de 'Zodiaco'

Muchas veces los métodos de trabajo de directores y actores no van en consonancia, sobre todo cuando los cineastas se empeñan en llevar sus películas al máximo exponente e imponen estilos de trabajo extremos. Fue lo que ocurrió cuando Robert Downey Jr., Mark Ruffalo y Jake Gyllenhaal trabajaron con David Fincher en 2007, cuando el director de El club de la pelea, Seven o Red social se adentró en el caso real del asesino del zodiaco con el thriller Zodiaco, uno de sus primeros trabajos rodados en digital.

Precisamente el adentrarse por primera vez en esta tecnología fue lo que motivó a Fincher a forzar el ritmo del trabajo, puesto que las ventajas del digital le permitían agilizar el trabajo respecto al celuloide y poder rodar mayor número de tomas sin preocuparse por malgastar material analógico.

“La idea no era ser tan 'digital' como pudiéramos por sí mismo. La idea es utilizar todo lo que está a nuestra disposición para hacer que el proceso de realización de películas sea más limpio, mantener a todos informados y comunicarnos mejor para que podamos obtener más de lo que queremos”, contó Fincher en una entrevista a CineMontage sobre cómo abordó esta tecnología en Zodiaco.

Sin embargo, estos objetivos se le fueron de las manos, porque, por mucho que el digital le permitiera obtener más material, la energía de los actores era limitada, sobre todo cuando apenas se les dejaba descansar entre tomas o ir al baño. De hecho, solo hay que leer las declaraciones que el elenco realizó en diversos medios para percatarse de que las grabaciones fueron realmente extremas.

“David sabe lo que quiere, lo tiene muy claro y es muy, muy, muy inteligente”, contaba Jake Gyllenhaal en una entrevista con sus compañeros de reparto para The New York Times donde abordaron la dureza del rodaje de Zodiaco. “Pero a veces hacíamos muchas tomas y él se giraba y decía, porque tenía una computadora allí: ‘Borra las últimas 10 tomas’. Y como actor eso se hace duro de escuchar”.

Robert Downey Jr. destacó que lo vivió con el mismo sofoco, admirando las decisiones creativas de Fincher pero sin ocultar que se sintió superado por el ritmo imparable. "A veces es realmente difícil porque puede que no parezca colaborativo, pero en última instancia, hacer cine se consigue a través del director", destacó para The New York Times. “Simplemente decidí, aparte de varias veces que quise garrotearlo, que le iba a dar lo que quería. Creo que soy una persona perfecta para trabajar para él, porque entiendo los gulags”.

Pero, por mucho que entendiera a David Fincher, Downey Jr. fue posiblemente quien peor llevó la situación de todo el elenco. En una intervención en el documental Side by Side (a través de Cheat Sheet), estrenado en 2012, el cineasta destacó que el actor de Iron Man y Sherlock Holmes acabó tan saturado que gestó una venganza contra él, lo que incluyó un acto bastante desagradable en protesta por no tener si quiera espacio para ir al baño.

Según el cineasta, Robert Downey Jr. le avisó en varias ocasiones de que no podía seguir rodando a ese ritmo, que necesitaba al menos pequeños descansos para poder ir a su camerino a hacer sus necesidades. El director le hizo caso omiso y siguió empeñado en grabar tomas de Zodiaco hasta que la falta de energía pudiera con él, a lo que el actor respondió dejando esparcidos botes con su orina por todo el set de rodaje.

“Robert Downey se me acercó y me dijo: 'No puedo trabajar así. Nunca puedo ir a mi camerino, nunca puedo arreglar mis cosas, estoy 14 horas de pie al día’”, dijo Fincher en el documental Side by Side. “De hecho, dejaba tarros de orina en el set, como en un rincón. Orinaba y los traía como forma de protesta”.

Por suerte, estos contratiempos entre el director y los actores no entorpecieron el resultado de la película. La cinta llegó a buen puerto, se paseó por festivales como el de Cannes, la crítica volvió a caer rendida ante el trabajo de Fincher y el reparto se llevó buenas alabanzas. Además, como bien dejaron caer en sus declaraciones a los medios, los intérpretes, a pesar del sufrimiento, admiraron el talento del responsable de El asesino o El curioso caso de Benjamin Button.

Aunque eso sí, pese a que el esfuerzo finalmente fue compensado, no se puede negar que fue una metodología de trabajo extrema que tal vez se podría haber evitado. De hecho, de haber ofrecido al elenco el tiempo de descanso que requerían incluso se hubiera podido lograr mejores resultados, puesto que con los actores enérgicos y de buen humor es más fácil alcanzar la perfección que tanto buscaba Fincher.

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