Yahoo Estilo Rosie Perez expone el desprecio a su apariencia latina en su camino hacia Hollywood
Antes de pisar suelo hollywoodense y llegar lejos con nominaciones a los premios Oscar y Emmy, Rosie Perez sufrió el desprecio de una industria cegada por los estereotipos. El color de su piel y rasgos físicos dejaban en evidencia su ascendencia latina y, durante sus inicios, cuando buscaba oportunidades como actriz, se convirtió en víctima inesperada de las exigencias de un negocio dominado por los prejuicios arcaicos de la visión imperantemente blanca.
Rosie Perez nació en 1964 en Brooklyn, Nueva York, siendo hija de inmigrantes puertorriqueños. Y aunque ahora disfrute del éxito y reconocimiento como una de las actrices latinas que lleva décadas abriendo el camino para las nuevas generaciones, su ascenso hacia el estrellato no estuvo servido en bandeja de plata. Su historia es la de una mujer que supo salir adelante tras una infancia difícil, sorteando obstáculos como el racismo de la industria. Y nada menos que de su propia agente.
“No quiero que la cancelen, pero ella me dijo que si me teñía el pelo de rubio y me operaba la nariz, 'puedo conseguirte más trabajos, porque no eres negra'”, reveló en una entrevista para Variety al recordar a su agente. “No podía creerlo. Mi reacción fue de 'Oh, Dios mío. Como, gracias pero estás despedida'”. Esa misma agente incluso la animó a “pasar por blanca” en una ocasión, intentando borrar su naturaleza latina, tal y como contó la actriz en otra entrevista de 2014 para HuffPost.
Según sus palabras podemos deducir que la agente en cuestión seguía la normativa del negocio por aquel entonces, cuando la industria del entretenimiento no terminaba de encajar la imagen del actor latino en un plano diverso de oportunidades, ideas y personajes. Una visión cerrada que solo distinguía la diferenciación racial entre negros y blancos y que afectó a artistas latinos, como John Leguizamo, quien llegó a pasar años sin tomar el sol para poder encajar dentro de los estereotipos del negocio y tener trabajo.
Rosie Perez admitió a continuación que, tras despedir a la agente, “no tenía a nadie” ni dinero pero que, por cosas del destino, se cruzó con la estrella de Dirty Dancing, Jennifer Grey, quien vivió sus propios obstáculos profesionales tras someterse a una rinoplastia. “Jennifer y yo hicimos clic al instante”, recordó sobre su compañera en la película Criminal justice (1990). “No he visto a esa mujer en mucho tiempo, pero creo que es fenomenal. Me dijo: 'No puedo creer lo racista que es esta industria'. Levantó el teléfono, llamó a Jane Berliner en CAA y dijo: 'Tienes que representar a esta actriz'".
Gracias a este nuevo representante, Rosie Perez logró sellar su destino a través de su debut en Haz lo correcto (1989) de Spike Lee, mientras triunfaba como coreógrafa de videos musicales. Sin embargo, siguió luchando contra los estereotipos. Su siguiente largometraje, Los blancos no saben saltar (1992), volvió a dejar en evidencia el problema cuando, después de varias audiciones, supo que el estudio estaba preocupado por su aspecto latino y el cruce interracial en la historia. Pero, según contó en su biografía, sus compañeros Wesley Snipes y Woody Harrelson lucharon para que le dieran el papel (Fuente: CNN). La película fue un éxito y sirvió a Rosie como plataforma para el reconocimiento en el negocio. Un año después dejaba una huella imborrable en la historia del cine como nominada al Oscar a la Mejor Actriz Secundariapor Sin miedo a la vida (1993).
De todos modos, sabe que todavía queda un largo camino por recorrer para la comunidad latina en Hollywood. No solo lo dijo en la entrevista más reciente, sino que si alguien puede asegurarlo con total certeza es ella, una mujer que superó todo tipo de obstáculos en la vida para llegar tan lejos.
Porque Rosie Perez no tuvo una infancia fácil. Según contó en sus memorias, su madre la internó en un hogar para niños católico cuando tenía 3 años, sufriendo crueldad por parte de las monjas para luego pasar toda su infancia entrando y saliendo de hogares de acogida. Reveló que sufrió abusos por parte de su madre, mientras que tambien fue víctima del abuso sexual de su medio hermano en dos ocasiones durante su niñez. Su tía paterna terminó criándola mientras su madre murió en 1999 tras sufrir complicaciones por el virus del SIDA.
La actriz peleó por su lugar en la industria, negándose a participar en proyectos que ofrecieran una mirada estereotipada de la mujer latina. “Cuando comencé en esta industria, no querían [diversidad]. Querían que me blanqueara por completo”, dijo a People en 2018. “Nunca he rehuido de retratar mi naturaleza puertorriqueña… Tienes que tener esa tenacidad y esa confianza en ti mismo para entrar en una habitación y decir 'Así es cómo veo al personaje y así es cómo quiero interpretarlo'”.
No obstante, a pesar de sus décadas de esfuerzo y tras haber iniciado su carrera con una agente que dejó clara la visión cerrada a la que iba enfrentarse, sabe que todavía queda un largo camino por recorrer en temas de representación y diversidad. “Simplemente no es suficiente. Y cuando contamos nuestras historias, tenemos un ejecutivo que no sabe nada sobre quiénes somos como pueblo”, dijo a Variety. “Y luego dicen: ‘¿Puedes condimentarlo un poco?’ Quieres golpear a estas personas en la cara. Y luego, si es demasiado real, dicen: '¿Podría retirarlo, porque no queremos que la audiencia se sienta ofendida'? Y la gente se está cansando de eso. Creo que esa es la razón por la que ‘Todo en todas partes al mismo tiempo’ fue un gran ganador”.
Al plantar su valor y herencia latina frente a aquella agente en sus inicios, Rosie Perez aportó un granito más hacia la apertura de reconocimiento y diversidad para la comunidad latina junto a otras estrellas como Salma Hayek o Jennifer Lopez. No solo para los artistas, sino también para los espectadores en general, ofreciendo una mirada diversa del mundo así como representación para toda una comunidad que, durante décadas, nos vimos representados en cine bajo estereotipos de bomba sexual o narcotraficantes.
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