Rubén Moya, la voz que hizo famoso a Saúl Lizaso y su prueba del añejo de Bacardí

Saúl Lizaso en el comercial de Bacardí que lo llevó a triunfar. (Captura de YouTube)
Saúl Lizaso en el comercial de Bacardí que lo llevó a triunfar. (Captura de YouTube)

En la década de los 80 y 90 era recurrente ver comerciales de bebidas alcohólicas en la televisión, hasta que se obligó a los productores a anunciarse después de las nueve de la noche. Fue entonces que en el noticiero 24 horas, además del reconocido rostro de Jacobo Zabludosky, otro personaje se volvió popular.

Se trató de Saúl Lisazo, una personalidad icónica en la historia de Bacardí como su embajador por muchos años. El actor se encargó de transmitir los conceptos de masculinidad, estilo, poder y elegancia que, según el mensaje, se conseguían al consumir el ron añejo de la marca.

Detrás de todas esas imágenes, fue la frase "la calidad es responsabilidad de Bacardí y compañía, la cantidad es responsabilidad de usted" la que quedó tan impregnada en nuestra memoria como el aroma en las copas en la prueba del añejo.

Pero aunque vimos a Lisazo mover los labios, en realidad nunca lo escuchamos; la voz refinada y grave de aquellos comerciales era la del actor de doblaje Rubén Moya.

El protagonista de Amor de nadie (la primera telenovela que protagonizó en México y que llegó después de su famoso comercial) reapareció junto a la marca durante la fiesta de presentación de la nueva imagen del ron añejo y reconoció que gracias a Bacardí logró una carrera.

"Siempre sostengo que hay que ser agradecido en la vida; y yo le debo muchísimo, le debo mi carrera, le debo mi familia, le debo todo lo que tengo; entonces, que me inviten a estar otra vez con Añejo de Bacardí, con quien trabajé tantos años compartiendo con tanta gente, con fotógrafos que han ganado el Oscar, con directores; la verdad la he pasado sensacional", dijo frente a Daniel Aliaga, CEO de Bacardí México, y Ricardo Nava, embajador regional de la marca, en agosto de 2022.

Lizaso jamás ha hablado públicamente del doblaje hecho por Moya, pero en algunos foros de discusión dedicados a ese arte o cuando en redes sociales recuperan alguno de esos comerciales, no dejan pasar el hecho de que nadie conoció su voz hasta que apareció en la producción de Carla Estrada.

"Ese acento argentino que jamás se le quitó a pesar de ya vivir mucho tiempo en México, qué chasco se llevaron sus admiradoras"; "cuando lo escuchabas en la vida real era un Farinelli", son algunas de las críticas, pero eso no le restó para consagrarse en varias telenovelas como Vivo por Elena al lado de Victoria Ruffo o Acapulco, cuerpo y alma con Patricia Manterola, y participar en otros proyectos como La dictadura perfecta del cineasta Luis Estrada o la serie Capadocia de HBO.

La voz que marcó a una generación

Rubén Moya (1960-2023) tuvo su primer interés en la actuación siendo apenas un adolescente, pero su familia lejos de alentarlo, lo obligó a estudiar Derecho hasta graduarse. Eso no le impidió incursionar algunas veces en el cine en filmes como La puerta falsa, Canoa, Los pelotones de Juan Camaney, entre otras y entender que su vocación estaba en ese mundo.

Pero fue en 1979 cuando descubrió el maravilloso universo del doblaje. "Yo veía las películas extranjeras, a los actores estadounidenses, y pensaba qué bien hablan español", y conocer el "secreto" de su tan buena pronunciación le permitió una nueva expansión en su carrera. "Víctor Mares, actor y director, una persona de una extraordinaria calidad humana, fue el primero en darme la oportunidad en este difícil ramo de la actuación en la serie Bareta grabando mi primer loop, al decir 'corran, ahí viene la policía'".

Una vez sumergido en las cabinas de grabación, al lado de otros grandes del doblaje como Víctor Alcocer, Narciso Busquets, Eduardo Alcaraz, Jorge Lavat, Jorge Arvizu, Luis Manuel Pelayo, el actor Carlos Becerril lo alentó a conseguir su licencia de locutor, el documento que se expedía a los interesados en usar su voz para presentar programas, grabar anuncios publicitarios, conducir eventos y hasta presentar noticias. "No fue fácil además de que nunca había pasado por mi mente hacerlo", confesó en su biografía en su página de internet.

Con este documento que lo acreditaba como locutor categoría A, en 1985 empezó a repartir demos hasta llegar a una empresa de representación de locutores que dirigía Gloria Rocha, conocida como la Madrina porque varios actores —sobre todo principiantes— llegaban a reportarse con ella. A quienes consideraba que tenían gran potencial en el doblaje, los adoptaba como sus aprendices.

"Un día vi que la llamaron para hacer pruebas (de un comercial) y le pedí una oportunidad. 'No, tú no tienes esa experiencia todavía, tú más bien eres actor de doblaje'", le habría dicho. Y según contó Moya, la Madrina envió a toda su plantilla pero ninguno terminaba de convencer al exigente cliente que resultó ser Bacardí y el director Pedro Torres. El trabajo era proyectar la virilidad de Lizaso con una voz potente, algo que el actor argentino no lograba sonoramente.

"Como a las 11 de la noche me habló y me dijo 'también ve tú, Moya, porque no les parece nadie", dijo en una entrevista con Audiomarketing TV. "Un mes después mi vida dio un giro enorme gracias a la voz que la naturaleza me dio".

Su primera campaña de publicidad le permitió también ser la voz de otras como Videovisa, Videocentro, la revista Muy interesante, FUD, en la Cámara de Diputados, en el Gobierno del Estado de Chiapas, y en tráilers de películas especialmente de suspenso y terror.

De He-Man a Morgan Freeman

A lo largo de sus más de cuatro décadas de trayectoria, Moya formó parte de varias generaciones que crecieron con las caricaturas de He-Man, Toy Story (el emperador Zurg), Dragon Ball (el narrador de la franquicia), e incluso como voz de Jack Palance, el presentador de la famosa serie Aunque usted no lo crea, y de Morgan Freeman en varias de sus películas.

Rubén Moya falleció este 12 de junio a causa del cáncer de garganta, un padecimiento que decidió mantener en privado pues confiaba en que se recuperaría. "Él se debe a su público, él se debe a sus fans, no quería que nadie perdiera su imagen de He-Man que todos tenían de él, pero yo estoy seguro de que así lo van a recordar porque ustedes lo amaron y lo amarán muchísimo. Quiero asegurarles que él no se dio por vencido y lucho hasta el final, no quería irse sin dejar ninguna explicación", dijo su hijo en un video en TikTok.

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