Russell Crowe cuenta cómo era realmente Sinead O'Connor en el cara a cara

Russell Crowe credit:Bang Showbiz
Russell Crowe credit:Bang Showbiz

En los últimos tiempos, la vida personal de Sinead O'Connor había conseguido eclipsar casi por completo su carrera musical y se había convertido en una especie de caricatura de sí misma perseguida por sus problemas de salud mental, las polémicas por sus publicaciones en las redes sociales y su comentadísima conversión al islam con un ataque incluido a las personas blancas, a las que aseguró que no podía ni ver.

Ella se molestó en explicar que se había tratado de una reacción poco afortunada a la ola de islamofobia con que había sido recibida la noticia de su nueva religión, y reconoció que fue uno de sus comentarios más desafortunados, pero esas declaraciones ya no tuvieron la misma trascendencia.

El actor Russell Crowe ha querido rendirle su propio homenaje recordando el encuentro casual con la cantante que tuvo lugar el año pasado en Dublín y que reflejaba muy bien cómo era la auténtica Sinead en la intimidad.

"El año pasado, trabajando en Irlanda y tomando una pinta en el frío fuera de un pub de Dalkey con algunos nuevos amigos, una mujer con actitud decidida pasó junto a nosotros. Con un abrigo grande abrochando hasta la barbilla y la cabeza inclinada cubierta por una bufanda. Uno de mis nuevos amigos murmuró una exclamación, se levantó de un salto y persiguió a la mujer. Treinta metros más adelante, el amigo y la mujer se abrazaron y él me hizo señas para que me acercara. Allí, bajo las farolas, con el aliento empañado, me encontré con Sinéad. Me miró a los ojos y me dijo con una suavidad desarmante: 'Oh, eres tú, Russell'".

La cantante se unió a su grupo y les acompañó tomando un té caliente mientras hablaban sin tapujos de todos los tema imaginables: de política local y estadounidense, de la lucha por el reconocimiento de los pueblos indígenas en muchos lugares, pero sobre todo en Australia, de su recuerdo de Nueva Zelanda, de fe, música y cine y de su hermano escritor. Russell ha explicado que tuvo la oportunidad de decirle que era una heroína para él antes de que se levantara tras terminar su segunda tazá de té para darles un abrazo y alejarse a grandes zancadas.