La salud viene en TODAS las tallas: qué es la gordofobia y cómo dejarla atrás
¿Cuántas veces en tu vida has tenido miedo de engordar? ¿Qué palabras te dices cuando subes de peso? ¿Has felicitado a alguna persona porque “se ve más delgada”? ¿Alguna vez has pensado que alguien es “demasiado gordo” para hacer algún deporte o ejercicio? ¿Qué harías si acudes a una nutrióloga y la persona que entra al consultorio es gorda?
No todos los cuerpos gordos están enfermos, ni todos los cuerpos delgados son sanos. Ese pensamiento constante y persecutorio es la clara muestra de la gordofobia que nos atraviesa en muchísimos niveles de nuestras vidas.
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Y pues… ya basta, ¿no crees? Es decir, basta de ser tan duras con nosotras mismas y nuestros cuerpos. De recriminar los rollitos en la cadera o nuestra barriga, los brazos gordos y los muslos que se rozan al caminar y hacen que tus pantalones se desgasten más rápido.
¿Qué es gordofobia?
La psicóloga Cecilia Bravo lo explica perfecto y claro: la gordofobia es discriminación a cuerpos gordos.
“Es miedo a engordar, que te molesten los cuerpos gordos, tratarlos diferente. Por lo general comentarios como “es por salud” son la mejor excusa para poder hablar del cuerpo de otras personas cuando no tienes por qué hablar del cuerpo de otra gente”, nos cuenta en entrevista Ces, quien trabaja en el Instituto de Psicoalimentación.
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¿Te has cachado a ti mismo diciendo: “es que la gente gorda TIENE que bajar de peso por salud”? Aguas con esa premisa. “La salud es multifactorial”, nos explica Rosario La Nutri Rox, nutrióloga que se especializa en mindful eating.
¿Qué es eso de “multifactorial”? Que abarca varios aspectos: desde salud mental, el cómo alguien se relaciona con otras personas, salud física, etc.
“Una persona saludable se relaciona adecuadamente con la gente, es una persona que puede realizar sus actividades sin impedimentos o dolencias, una persona que a nivel bioquímico -perfiles de sangre, bioquímicos- están bien; una persona cuyo sistema cardiovascular se encuentra en buen estado; que su salud mental está bien”, dice.
Si lo ponemos así, ya va cambiando la perspectiva y nos ayuda a vislumbrar que la salud viene en todas las tallas.
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Y en este sentido, Cecilia Bravo tiene un punto importante: “muchas veces tenemos la idea de que un cuerpo delgado es un cuerpo sano y un cuerpo gordo es enfermo y no. Puede haber personas con cuerpo normativo y tener algún tipo de trastorno. Es muy peligroso, no sabes los problemas que puedes ocasionarle a alguien si le dices “te ves más delgada”, siempre se festeja el cuerpo delgado, pero no sabes qué hay detrás”.
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¿Qué hago para alejarme del camino de la gordofobia?
Ambas expertas coinciden en que es un trabajo que va de adentro hacia afuera. Fíjate bien, ¿en qué momento “te sale” esa molestia a los cuerpos gordos (¡o a tu propio cuerpo!)?
Cuando piensas en bajar de peso o hacer ejercicio, ¿piensas en modificar tu cuerpo desde un lugar de odio? ¿Crees que la delgadez puede traerte felicidad? “Cuando empiezas a hacer cambios desde la aceptación —me gusta mi cuerpo, estoy en paz— es más sencillo y es un trabajo más llevadero. Las dietas tradicionales hacen que satanices la comida”, dice Rosario.
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Y hay algo bien importante: la comida sólo es comida. No es buena, no es mala, sólo está ahí. Partamos de eso para dejar de ser nuestros propios enemigos, “tienes que unirte a tu cuerpo, reconciliarte, resignificar eas cosas que igual y no te encantan“, dice Ces Bravo.
Híjole… ¿pero cómo reconciliarme conmigo?
En eso se especializan las expertas como Rosario: en la neutralidad corporal.
A ver, haz un ejercicio: párate frente al espejo y ve qué parte de ti sí te gusta. Si no encuentras nada, tranqui, respira, puede ser un momento para pedirte perdón por no gustarte y avanzar.
Es hacer las paces con tu cuerpo poco a poco, primero concentrarte en aspectos pequeñitos porque, muchas veces, ver todo tu cuerpo de una jalón puede resultar abrumador.
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Cecilia propone enfocarse en una sola cosa, “vemos esa parte, la conocemos, le agradecemos, pedimos perdón por tantas críticas porque nosotros somos los primeros en criticarnos y juzgarnos. Partimos de eso: no vas a ser tu enemigo. Tienes que unirte con tu cuerpo, reconciliarte, resignificar esas cosas que igual y no te encantan”.
Rosario también trabaja la “conciencia plena” o mindfulness, “esto es para que dejes de ser una con tus pensamientos y emociones, de tal manera que cuando tus pensamientos te empiecen a castigar, atormentar, a maltratar, tú puedas apartarte de ese diálogo interno y lo puedas cambiar. Empiezas a hacer una serie de cambios de adentro hacia afuera”.
Es importante permitirte sentir esas emociones y luego soltarlas.
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Eso nos lleva al siguiente paso: despedirse de la “mentalidad de la dieta”.
Tanto Cecilia como Rosario explican que la cultura de la dieta te puede hacer sentir muy mal y el cambiar algo de tu cuerpo nunca será suficiente, así te deshagas de 3 o 10 kilos.
“Puedes comenzar a hacer detox de redes sociales y dejes de seguir cuentas que te hacen comenzar la dieta todos los lunes, que te llevan a hacer ejercicio de una manera poco saludable, no por el gozo de mover tu cuerpo, sino para quedar de esta manera, para alcanzar el estereotipo que siempre nos han vendido”, dice Rosario.
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La regla en esto es: si te hacen sentir mal contigo, ¡mándalas a la goma!
Lo creas o no, seguir cuentas que promueven la diversidad corporal, ver a personas gordas haciendo ejercicio y dejar de alimentar tu mente con puras cosas fit puede ser un gran paso para aceptarte a ti y aceptar a otras personas con cuerpos diferentes.
Algunas cuentas de Instagram que nos inspiran muchísimo:
Por supuesto: ¡Ces Bravo! Todos los días aprendemos de amor propio y salud mental con ella.
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Rosario ‘La Nutri Rox’ nos ayuda a tirar muuuchos mitos alrededor de la alimentación y las dietas y nos guía en un proceso de amor propio y de aceptar nuestro cuerpo de una forma muuuuuuuy divertida.
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¡Ruby! Esta morra queer habla de sexo y amor propio.
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Megan Jayne Crabbe: para hablar de amor propio, discapacidad, aceptación y cuerpos no normativos.
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Minority Bodies es una cuenta para apreciar la diversidad de cuerpos: en todos los tamaños, todos los colores, con discapacidad. Es una cuenta preciosa.
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