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Chautauqua (EE.UU.), 11 feb (EFE).- El escritor Salman Rushdie no se había sentado cara a cara con la muerte, o al menos de manera consciente, hasta que hoy compartió audiencia el Tribunal del Condado de Chautauqua (oeste del estado de Nueva York) con Hadi Matar, el estadounidense-libanés de 27 años que trató de asesinarlo durante un evento literario el 12 de agosto de 2022. El autor de 'Los versos satánicos' lleva casi 36 años cuidando de su seguridad después de que una fetua del ayatolá Ruhollah Jomeini en 1989 pidiera su cabeza con una recompensa de 3 millones de dólares. Ese intento de homicidio le llegó tarde, más de tres décadas después, cuando ya había aligerado el intenso despliegue de guardaespaldas, en un pueblo de menos de 2.000 habitantes casi en la frontera con Canadá. "En algún momento, levanté mi mano derecha y él cortó los tendones de las manos y la mayoría de mis nervios", relató Rushdie -ataviado con un traje oscuro, corbata gris y el parche en su ojo derecho que porta desde entonces- ante las preguntas del fiscal de distrito Jason Smichdt. Separado de él apenas diez metros, permanecía sentado y cabizbajo Matar, el joven natural de Fairview (Nueva Jersey) que hace tres veranos le asestó doce puñaladas en 27 segundos. "Me llamaron mucho la atención sus ojos. Eran oscuros y me parecieron muy feroces", dijo el autor, mientras su esposa, Rachel Eliza Griffiths, se retorcía en la segunda fila del tribunal y derramaba incluso alguna lágrima. Entonces, la defensa de Matar objetó el adjetivo utilizado por Rushdie: "Vale, no eran feroces", se retractó con su habitual sorna. El escritor consiguió salvar su vida gracias a la ayuda del público asistente a aquel evento y de su contertulio Henry Reese, cofundador de una organización que ayuda a dar refugio a autores perseguidos. 'Cuchillo', el último libro de Rushdie, también estuvo presente Durante la audiencia de hoy, sobre la mesa de los fiscales yacía un ejemplar de las más recientes memorias de Rushdie, 'Knife' ('Cuchillo' en su edición en español). En éstas, Rushdie utiliza 30 páginas de la obra para recrear una conversación con "A." y su supuesta comparecencia ante este tribunal. "Según su confesión, apenas leyó dos páginas de mis escritos y vio un par de videos de YouTube donde salía yo, con eso tuvo suficiente. De lo cual podemos deducir que, fuera cual fuera el motivo de la agresión, no tuvo que ver con 'Los versos Satánicos'", opinaba en 'Cuchillo' Rushdie, quien reveló en la obra que incluso pensó en tratar de ponerse en contacto con Matar para entender por qué lo hizo, pero que desistió porque ya sabía cuál era su forma de pensar. Matar se enfrenta a 25 años de prisión y 7 de libertad vigilada por cargos de agresión en segundo grado y asesinato en segundo grado, y también pesan sobre él cargos de "terrorismo" por la vía federal debido a haber brindado supuestamente ayuda material a la milicia chií libanesa Hizbulá. Supuesto motivo ideológico El componente ideológico de Matar, que ha entrado en las dos sesiones expresando ante las cámaras de televisión "Palestina, libre", sigue siendo estando en cuestión, después que su madre afirmara en una entrevista al medio New York Post que el joven "volvió muy cambiado tras una visita a su padre en un pueblo del Líbano". Lynn Schaffer, una ayudante del abogado principal de oficio de Matar, pareció hoy tratar de dirigir en este sentido su defensa preguntando a Rushdie si pudo mezclar algunos recuerdos debido al aturdimiento y si, como defensor de los derechos fundamentales, también estaba a favor del derecho a la libertad de expresión. "La memoria falla a veces, pero estoy matizando si hablo de recuerdos exactos o si pueden estar viciados", contestó el escritor después de haber respondido con un escueto "sí" a su posición acerca de la libertad de expresión. La comparecencia de Rushdie, que desveló recientemente que había visitado la Institución Chautauqua -el recinto donde fue atacado y que se sitúa a cinco minutos en coche del tribunal-, duró apenas dos horas y terminó con sensación de alivio tanto para él como para su esposa y acompañantes en la sesión. Al salir de la sala, incluso dedicó una sonrisa y un cariñoso gesto con la mano a su esposa mientras esta lo miraba tiernamente y lo correspondía llevándose la suya al corazón. Justo a su lado, un amigo cercano cerraba el puño en una seña de victoria que parece cerrar uno de los episodios más traumáticos de la vida de Rushdie. (c) Agencia EFE