Yahoo Estilo Sarah Mintz y la "misión" que la trajo de vuelta a la TV tras años entregada a su religión y a su familia
Cuando la actriz colombiana Sarah Mintz -entonces Maritza Rodríguez- anunció en 2018 que se retiraba de la televisión, muchos se sorprendieron. Ahora que ha regresado a la pantalla chica, esa misma sorpresa se ha multiplicado exponencialmente. ¿Qué pasó? ¿Acaso la fe en nombre de la cual se alejó de las candilejas ha desaparecido? ¿Su comunidad es ahora más benevolente con ella?
Lo cierto es que la exmodelo y actriz -que abandonó todo para ser fiel a sus nuevas creencias judías ortodoxas tras 10 años de matrimonio con el productor televisivo mexicano Joshua Mintz- dejó atrás la farándula, alfombras rojas y sesiones de fotos para sumergirse en una modesta vida familiar en Jerusalén, vestir de manera conservadora y hasta usar peluca (conductas que se adaptan al precepto tzniut del judaísmo).
Pero esta paz se vio interrumpida cuando fue invitada a participar en un proyecto televisivo un tanto diferente a los dramáticos que la hicieron famosa en toda Latinoamérica. Un reality show que reúne a las malvadas contrafiguras más famosas de las telenovelas latinas logró sacarla de su retiro y la devolvió a su lugar frente a las cámaras.
'Secretos de villanas' es la producción de la plataforma Canela TV en la que Mintz comparte cartel junto a Aylín Mujica, Gaby Spanic, Sabine Moussier, Cynthia Klitbo y Geraldine Bazán. De lo que ha sido este regreso, en el cual la colombiana ha mantenido su nueva identidad como Sarah Mintz, la actriz ha declarado: "me sentí muy contenta. Creo que me gusta Sarah en la televisión porque está mucho más tranquila (risas)".
Y es que este inesperado regreso la ha hecho replantearse sus decisiones. "Cada vez que mandaba las fotos a mi familia, me decían que me veía feliz, y pues sí, porque cada vez que me levantaba no estaba preocupada por hacer el desayuno, estaba como en unas vacaciones", dijo.
"El primero que me dijo que volviera fue mi rabino. Me dijo que era una misión", relató Mintz. Ahora que se ha abierto este espacio para Sarah donde la religión no excluye la vocación, se plantean nuevos escenarios. "Es un mundo por descubrir, descubrir a la mujer, al ser humano, descubrir que somos reales", apuntó la protagonista de 'Silvana sin lana'.
Vale la pena recordar que -ante los rumores- Mintz aclaró que cuando abandonó las telenovelas fue una idea absolutamente de ella y que nada tuvo que ver su esposo en eso. "¡Ay, por favor! Por supuesto que no es cierto. Es un mito. Obviamente mi decisión fue absolutamente mía", recalcó.
De lo que ha sido su vida lejos de los reflectores, Sarah hace un balance muy sencillo. "La gente me pregunta mucho para qué me metí en este rollo, para qué ser judía. Y mi respuesta siempre es que es tan fácil ser judío, cumplir todos los preceptos, vivir siguiendo la Torá. Mi pregunta es por qué no lo hacen ellos si es tan fácil", dijo en una entrevista.
Pero… ¿en qué ha consistido su cotidianidad durante los últimos años? "Yo que estoy cumpliendo mis sueños, siendo feliz, soy muy juzgada. '¡Qué tonta! ¿cómo dejas una carrera?'. A la gente le parece ridículo dedicarse al hogar, dedicarse a los hijos y yo también trabajo, yo doy clases en Israel". Adicionalmente, se ocupa de estudiar del hebreo y de la Torá, y criar a Akiva y Yehuda, mellizos de ocho años.
Aún cuando ese es el estatus de su vida actual, regresar a un set de grabación le trajo muchas emociones a Sarah. "No pensé que iba a llorar", dijo entre lágrimas apenas llegar al foro de 'Secretos de villanas'. "Perdón, perdón a todos (…) (estoy) muy contenta, la emoción de poder estar aquí y conocerlas a todas", confesó la actriz.
Esta reacción contrasta con unas declaraciones que había ofrecido antes. "Cuando tú pasas al bachillerato, ¿tú extrañas el kínder? No. Yo siento que el pasaje mío por la televisión fue justo para que hoy Sarah esté aquí", dijo anteriormente.
Tras este regreso a la pantalla chica, queda la duda de si fue solo para mitigar la nostalgia o si se trata de un primer paso para un retorno escalonado en donde Maritza y Sarah puedan convivir en paz y balancear vocación y fe.
