Silvia Lomelí y la tragedia que alejó de la TV a una de las conductoras más populares de 'Hoy'
Durante una de las primeras etapas del programa ‘Hoy’, una de sus presentadoras más populares fue, sin duda, la fresca, juvenil y divertida Silvia Lomelí, quien surgió de la programación juvenil de Canal Once (de la televisión pública) a mediados de los 90 y logró, gracias a su carisma, una posición no solo en el programa líder del turno matutino, sino también a participar en diversas telenovelas, hasta que repentinamente, su carrera se detuvo y ahora, poco a poco ha ido regresando a la luz pública.
Silvia, de 44 años de edad, ha vuelto a ser tendencia después de mucho tiempo al trascender la noticia de que su padre falleció a consecuencia de la pandemia de COVID, recibiendo un alud de condolencias por parte de figuras como Geraldine Galván, Joana Vega Biestro, y Andrea Legarreta. Esta tragedia sirvió para recordar al público a una figura que hace veinte años dio mucho para el público y luego tuvo que pasar el episodio más oscuro de su vida prácticamente en soledad.
En 2004 Silvia tenía 27 años, estaba recientemente casada y había tenido una excelente temporada como parte del plantel de conductores de ‘Hoy’, junto con Alfredo Adame, Laura Flores, Talina Fernández, Juan José Ulloa, Rafael Mercadante y otros rostros familiares para los televidentes mexicanos. La productora Rosy Ocampo, en ese entonces directora de Televisa Niños — una filial que estaba dedicada exclusivamente a la programación de telenovelas y programas de corte infantil, que incluyó producciones como ‘El diario de Daniela’, ‘Alebrijes y Rebujos’, ‘Sueños y caramelos’ y ‘S.O.S, Cómplices al rescate’ en la que Silvia tenía un papel estelar.
Fue durante estas grabaciones que la actriz, en pleno foro, sufrió un repentino paro cardíaco y permaneció inconsciente por varios minutos, lo que afectó el suministro de oxígeno a su cerebro: esto tiene consecuencias que, como la propia Silvia admitió en una entrevista en ‘Hoy’ con motivo del vigésimo aniversario del show, tuvo consecuencias físicas y cognitivas en su persona.
“Mucha gente se enteró y mucha no,” dijo ante las cámaras “...desgraciadamente se me paró el corazón, tuve un paro cardíaco. Se tardaron mucho tiempo en reanimarme, faltó oxígeno en el cerebro y me provocó una cosa que se llama irritabilidad cortical”. Este trastorno, dentro de las secuelas del daño cerebral, provoca abruptos cambios cognitivos y conductuales que condicionan el futuro de pacientes y familiares en mayor medida que las secuelas neuromotoras, que también forman parte de esta reacción a la falta de oxígeno.
Así, quienes sobreviven a esta clase de isquemia (disminución transitoria o permanente del flujo sanguíneo en el capilar y consecuente disminución del aporte de oxígeno al cerebro), tienen como consecuencia no solo parálisis (afacia), sino también lagunas mentales y problemas del habla, que se pueden superar mediante fisioterapia y otros métodos.
En resumen, Silvia tuvo que permanecer más de diez años en terapia de rehabilitación, algo que hizo únicamente con el apoyo de su familia inmediata, ya que el incidente fue el fin de su carrera en ese momento de manera abrupta y una vez que la nota dejó de ser fresca, la historia de Silvia pasó al olvido y ella, a ser objeto de la pregunta “¿Qué fue de esta conductora?”.
Esta fue una situación seria que también representó una crisis que su matrimonio no soportó y que se comió sus ahorros, aunque nunca perdió el optimismo ni la fe, como señaló en una entrevista concedida en 2016 al Diario de Yucatán: “A quien padezca una enfermedad, llámese como se llame, le digo que además de seguir al pie de la letra las indicaciones de los médicos, también hay que mantener una actitud positiva. Yo podía haberme desinflado y dejarme caer, pero no lo hice: yo estuve agarrada de Dios y creo que Dios, más que por convencimiento, por atosigamiento, me hizo caso, porque no lo soltaba ni un día”.
La carrera de Silvia ha ido volviendo poco a poco a las pantallas. Nacho Sada y José Alberto Castro le dieron papeles pequeños en algunas telenovelas, ha hecho algunas participaciones en teatro y ha sido una figura importante al hablar de las consecuencias de daño cerebral, contando su historia en conferencias.
“Lo que me pasó a mí,” señaló, “le puede pasar a cualquier persona. Y si por lo que yo pasé, mi experiencia, le puede servir a alguien, para que sepa que sí se puede recuperar y que no está sola o solo, que siempre hay una manera de salir adelante”.
Como un ejemplo de levantarse ante la adversidad, quizá Silvia no recupere la estrella que tuvo, pero su esfuerzo por volver no debería ser ignorado.
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