"Ni deprimida, ni narcomenudista": Francesca Guillén da un giro a su vida tras el golpe que sufrió por la pandemia

Habría que partir del hecho que Francesca Guillén es enemiga de los escándalos y que lograr que los medios no hagan morbo de los aconteceres de su vida para ella es una proeza, considerando que desde que inició su carrera hace veinte años, la maledicencia y la especulación han ido detrás de ella, por motivos que nada tendrían que ver con su vida profesional.

Hija de la actriz Bárbara Guillén -fallecida en diciembre de 2019, en Chiapas, donde dirigía y operaba un albergue de animales - y del reconocido Alejandro Camacho, Francesca (cuyo verdadero nombre es Mónica Trueba Guillén), inició su carrera actoral siendo aún muy pequeña, en 1982.

MEXICO CITY, MEXICO - FEBRUARY 02:  Francesca Guillen attends the
Francesca Guillén. (Victor Chavez/WireImage)

Posteriormente realizó estudios de danza interpretativa, expresión corporal, dicción, mímica, arte dramático y ballet, para ser una actriz preparada, algo que estuvo muy consciente que quería ser desde un principio, sin valerse de la ayuda, intervención o influencia de nadie —ha sido muy publicitado que ella no inició una relación cercana con su padre hasta que fue adulta, y hoy su trato es cordial, pero ella jamás ha dependido de él —, por lo que comenzó su carrera en teatro, a principios de los 90, siendo una quinceañera, sin pedir ayuda a nadie.

Y es esta feroz independencia de Francesca la que la ha llevado a dar un golpe de timón a su carrera, decidiendo que después de un año de ver que las oportunidades teatrales se volvían cada vez más escasas debido al confinamiento provocado por la pandemia del COVID-19 y sus repuntes, iba a cambiar de giro, poniendo la actuación en pausa indefinida para dedicarse a la comercialización de cannabinoides. (que son compuestos químicos que actúan sobre receptores presentes en el cuerpo humano y liberan endorfinas a los neurotransmisores del cerebro).

"Es un negocio legal. No es marihuana (como se había estado diciendo en algunos medios) porque no contiene THC, que es el elemento psicotrópico del cannabis, así que no genera adicción ni hace daño al organismo", explicó Francesca al ser cuestionada por los medios tras correrse la versión de que lo que vendía era marihuana.

"Es un derivado, pero no es la marihuana tal cual. Es más, si te hacen un examen antidoping, ni siquiera aparecerían residuos. Siempre he sido muy respetuosa de la legalidad, no me gusta saltarme las reglas y aquí no hay nada fuera de la ley".

Francesca Guillén. (Photo by Medios y Media/Getty Images)
Francesca Guillén. (Photo by Medios y Media/Getty Images)

Francesca, que formó parte de los elencos de las exitosas telenovelas 'Clase 403' y 'Rebelde', señaló que muchas veces la percepción del público en general sobre el estilo de vida de los artistas no suele coincidir del todo con la realidad.

"Mucha gente pensaría que quienes nos dedicamos al medio artístico vivimos en la opulencia y el bienestar permanentes, sin ninguna preocupación, pero no hay nada más alejado de la realidad. Sólo una minoría tiene esa posibilidad, el resto no. La gran mayoría nos enfrentamos a la vida más de lo que cree la gente, y precisamente por ser medio famosos no tenemos chance de buscar otras opciones de empleo, porque a raíz de la pandemia, el mundo del teatro, que de por sí es muy castigado, entró en una crisis muy grave y yo toqué fondo."

Sin dejar que la reciente pérdida de su madre y la falta de oportunidades la llevaran a la depresión (como también lo dijeron algunas revistas cuyos encabezados que afirmaban que había tocado fondo) Francesca se defiende. "Ni deprimida, ni narcomenudista" aclaró. "Simplemente pasé un duelo, en el que todavía me encuentro; no hubo mucho trabajo y yo no podía hacer frente a mis gastos básicos por lo mismo, así que exploré otras posibilidades. Eso es todo. Es horrible que siempre busquen el lado morboso a las cosas y que una tenga que dar explicaciones por algo que no lo necesita".

De hecho, este periodo que sacudió al mundo, a ella misma la puso en perspectiva: "Tener un enfermo terminal y enfrentarte a las instituciones de salud de este país sin medios económicos es terrible; la mayoría de las veces te tratan como perro. Así que mi ego ya estaba bien zarandeado, pero no encontraba por dónde. Llevo años aferrándome a ser actriz porque amo la carrera, amo estar en un escenario; sin embargo, hace mucho que no es rentable. No es que cobre mucho dinero por hacer el tipo de teatro que hago, más de autor, no tan comercial".

Sobre la venta directa de cannabinoides, afirma que esto le ha funcionado muy bien, generando ingresos por 1,500 dólares en su primer mes, con posibilidades de aumentar. "Mi economía está resuelta en estos momentos. No digo que soy rica, pero mi refri tiene comida, pago los servicios, estoy mentalmente ocupada y no tengo tiempo para la depresión. Y esto en sí, ya es un lujo".

"Siempre he sido alguien inmersa en asuntos sociales", señaló Francesca, que no descarta retomar la actuación cuando las circunstancias lo permitan. "Decidí cambiar mi discurso, porque no es congruente hablar de bienestar, de salud, de un nuevo espíritu y una nueva visión, y seguir inmersa en la parte más oscura de tu país, de tu profesión, de tu vida; no sé si algún día retomaré el teatro, el cine o a las series; hace tiempo que no sucede y no está en mis manos. Lo que sí está en mis manos es seguir amando la profesión y procurándome bienestar en todos los otros terrenos, porque hay alguien que depende completamente de mí y esa soy yo misma y no me voy a fallar."

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