La sociedad de la nieve: Por qué Numa Turcatti fue el personaje central
El fenómeno La sociedad de la nieve estuvo en construcción desde el momento en que, a fines de 2021, Juan Antonio Bayona anunció que esta iba a ser su próxima película. El director, que con Lo imposible (2012) ya había mostrado su oficio para meterse con tragedias humanas, iba a abordar una de las grandes historias de supervivencia, la del “milagro de los Andes”.
Allí, Bayona explicó que llevaba 10 años obsesionado con La sociedad de la nieve, el libro de Pablo Vierci en el que los 16 sobrevivientes del accidente aéreo de 1972 daban testimonio de primera mano, y explicaban cómo habían hecho para subsistir en medio de la nada, comportándose como un colectivo organizado. Y dijo que este iba a ser uno de los proyectos más importantes de toda su vida.
Desde entonces, cada noticia surgida alrededor del proyecto producido por Netflix despertó interés en Uruguay, donde esta historia tiene su raíz, pero también en el mundo. El rodaje fue transatlántico, el elenco se conformó por actores con pequeña -o nula- experiencia en cine, los propios sobrevivientes se implicaron. Se filmó tanto que estrenar para el aniversario número 50 del accidente, que se cumplió en octubre de 2022, fue imposible.
Finalmente, la película se estrenó en cines el 13 de diciembre y en Netflix el 4 de enero. Tuvo, antes, un recorrido ovacionado por festivales del mundo —fue, por ejemplo, la elegida para cerrar el Festival de Venecia— y nominaciones a premios de diferentes escalas. Este domingo perdió el Globo de Oro a mejor película internacional a manos de Anatomía de una caída (Francia).
Pero la llegada a Netflix ha sido su impulso definitivo. Estrenada a nivel mundial, a la película le alcanzaron dos días en la plataforma para convertirse en lo más visto en la plataforma en todo el planeta.
La fiebre por esta historia despertó nuevas preguntas e intereses, entre ellos uno que es clave: ¿quién fue Numa Turcatti, el personaje central de La sociedad de la nieve y por qué lo eligieron?
La historia de Numa Turcatti
El 12 de octubre de 1972, un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya partió rumbo a Santiago de Chile con 40 pasajeros y cinco tripulantes a bordo. En el vuelo iban los jugadores del Old Christians, un equipo de rugby que viajaba justamente a disputar un encuentro deportivo, y que había completado los cupos vendiéndole pasajes a módico precio a distintos amigos y allegados.
Así, entre aquellas 40 personas había familiares, como la madre y la hermana de Fernando Parrado, allegados al club como Javier Methol y su esposa Liliana, o desconocidos que se veían beneficiados por aquel aéreo como Graciela Obdulia Augusto Gumila de Mariani.
Numa Turcatti tenía 24 años, era estudiante de derecho y se decidió a viajar bien sobre la fecha, estimulado por su amigo Alfredo “Pancho” Delgado. No tenía mayores vínculos ni con los jugadores del Christians ni con el Stella Maris, el instituto al que representaban. Jugaba al fútbol en el equipo San Ignacio de Loyola, que años después sería rebautizado con su nombre. Era militante estudiantil.
Tenía cuatro hermanos incluyendo uno mellizo, Leandro. “Era un tipo común y corriente. Era muy deportista, le gustaba mucho jugar al fútbol”, dijo en 2022 uno de sus hermanos, Daniel Turcatti, para el podcast Andes. 72 días en la montaña. Daniel también lo recordó como “una persona de valores muy fuertes”, “muy amigo de sus amigos” y “muy familiero”.
Antes de viajar a Chile acababa de recibirse de Procurador. “La idea y la obsesión de él en ese momento era dar el mayor número de exámenes en facultad y tratar de recibirse”, contó Daniel. Por eso, por los exámenes, era reacio a tomar aquel avión, pero finalmente el impulso de sus afectos, entre ellos Gastón Costemalle, lo terminó por convencer.
El viaje coincidía con un fin de semana largo y aunque la excusa era el partido de rugby, lo que más motivaba a los jóvenes era salir, conocer chicas y pasarla bien.
Finalmente, Turcatti subió al avión el 12 de octubre, en el Aeropuerto de Carrasco. Horas después, aquel Fairchild tuvo que aterrizar en Mendoza porque las condiciones no eran las más apropiadas para cruzar la cordillera de los Andes. Pernoctaron en Argentina y retomaron la travesía el 13.
A pesar de que no conocía a la mayoría de los que sobrevivieron al impacto, ocurrido el 13 de octubre, Numa Turcatti se convirtió en uno de los pilares fundamentales de aquella “sociedad de la nieve”. Estuvo en la primera expedición que hicieron, a días de la caída, junto a Carlitos Páez, Roberto Canessa y Fito Strauch.
Buscaban las baterías del avión para ver si así podían hacer funcionar la radio y comunicarse con algún servicio de rescate, pero lo que encontraron fue una lección de lo difícil que era, en aquel momento, surcar la nieve sin ninguna herramienta ni preparación física.
Su nobleza se impuso a cualquier adversidad. Fue uno de los que más dificultades tuvo a la hora de alimentarse de los cuerpos de los fallecidos, algo que terminó haciendo por obligación y en raciones ínfimas.
En su libro Milagro en los Andes, Parrado lo recordó así: “Aunque la mayoría no lo conocíamos antes del accidente, se había ganado rápidamente la amistad y la admiración de todos los supervivientes. Numa dejaba sentir su presencia a través de actos heroicos silenciosos: nadie luchó tanto por que sobreviviéramos, nadie nos inspiró tanta esperanza y nadie mostró tanta compasión por quienes más sufrían”.
Cumplió 25 años el 30 de octubre de 1972, justo uno de los días en los que permanecieron sepultados en el fuselaje a causa de un alud que mató a ocho de las personas que habían sobrevivido al accidente.
Estuvo al servicio de la causa de poder salir de la montaña hasta que la infección en una lesión causada en una pierna lo terminó inmovilizando. Sus compañeros aseguran que pesaba entre 25 y 36 kilos cuando falleció, el 11 de diciembre. Fue el último en morir en la montaña y eso fue clave para que Parrado y Roberto Canessa emprendieran la expedición final.
Su deceso ocurrió cuando dormía. Gustavo Zerbino, uno de los sobrevivientes, asegura que Numa tenía, en su mano, un papel que decía: “No hay amor más grande que el que da la vida por los amigos”.
“Cuando volvieron me reuní con Pancho Delgado, me habló de Numa, de lo que había luchado en la cordillera, que murió con casi 36 kilos, que luchó todo lo que pudo, se desgastó”, recordó Daniel Turcatti.
“Después hablé con Parrado también, que justo ese verano nos vimos en Piriápolis, en la casa no me acuerdo de quién; había un asado y estuvimos charlando y me habló muy bien de Numa, me dijo: ‘Pah, tiene unos huevos espectaculares, cómo luchó, realmente un león’. Y que haya sido el último indudablemente más dolor uno siente”.
Por qué lo eligieron como protagonista
Según el propio Bayona ha relatado en diferentes entrevistas y testimonios, el objetivo de La sociedad de la nieve, su película, era darle voz a quienes no volvieron de la montaña. Es decir, correr el foco de aquellos que sí pudieron ser rescatados y revalorar el aporte de los que no lo lograron. De ahí que Numa, por su historia, personalidad, aporte y por haber sido el último fallecido, haya sido el personaje elegido para llevar adelante la historia.
El escritor Pablo Vierci, autor del libro en el que se basa la película y productor asociado de ésta, para poder concretar ese deseo hubo que pedirle autorización a la familia de Numa.
“Me puse en contacto con Daniel, su hermano menor, y me explayé por horas para decirle que queríamos que Numa representara al resto. Lo habló con Isabel, su otra hermana, y me llamó al otro día. Lo primero que me dijo fue que, conociéndolo a Numa, no le hubiera gustado la idea porque era una persona muy humilde. Entonces sentí que el proyecto se caía al abismo. Luego hizo una pausa y dijo: ‘Pero nosotros estamos de acuerdo porque se merece este homenaje’”, reveló.
Quién es el actor que hace de Numa
Enzo Vogrincic tiene 30 años, se crió en la Gruta de Lourdes y para cuando lo eligieron para protagonizar La sociedad de la nieve tenía, a cuestas, una única película hecha. Se trata de 9, de Martín Barrenechea y Nicolás Branca, estrenada en 2021 y sobre un futbolista en pleno ascenso y en el medio de una tormenta mediática por una agresión ocurrida en un partido.
Antes de eso, su carrera había transcurrido en el mundo del teatro y, en concreto, del teatro independiente, con algunos hitos como Cuando pases sobre mi tumba del prestigioso dramaturgo Sergio Blanco.
Su período de casting para La sociedad de la nieve duró siete meses. “Fue un proceso muy agonizante, porque al ser tan largo y de tantas etapas, me iba enterando poco a poco. Al principio era un monólogo sin información: yo no sabía ni para qué era la película ni qué personaje, ni la relevancia del personaje en la historia", comentó el actor.
"De todo me entero recién al final. Al principio era solo hacer el casting para estar en la película. Cuando me enteré que que era para esto, porque más o menos lo deduje, yo dije: ‘En esta hay que estar, porque va a ser espectacular’. Pero recién al final me entero para qué personaje era, la importancia que Jota quería darle… Pero fue muy largo”, relató en una entrevista.
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