¿Subtítulos o doblaje? Alfonso Cuarón me representa en el eterno debate del cine

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA - 7 DE ENERO: Alfonso Cuarón asiste a la proyección del cortometraje Live Action de Disney+,
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA - 7 DE ENERO: Alfonso Cuarón asiste a la proyección del cortometraje Live Action de Disney+, "Le Pupille", en The Four Seasons Hotel el 7 de enero de 2023 en Los Ángeles, California. (Foto de Vivien Killilea/Getty Images para Disney)

Cada país tiene sus costumbres. En el caso del cine y la televisión, los hay que tienen el oído más acostumbrado al doblaje, y otros que crecimos aprendiendo a apurar la vista para leer subtítulos sin perdernos las imágenes. Sin embargo, a veces surge el dilema cuando queremos compartir un visionado en grupo. Los que prefieren el doblaje dicen que se pierden la película si tienen que leer subtítulos (y otras excusas), y los que preferimos el idioma original no podemos conectar con la falta de autenticidad que transmiten las voces ajenas impostadas. Y ahora, tras décadas de debate perpetuo, aparece Alfonso Cuarón con palabras que me representan.

Latinoamérica estará bien representada este año en los premios Óscar con Argentina, 1985 nominada en la categoría de Mejor película internacional (aunque seamos sinceros, lo tiene difícil), y los tres amigos del cine mexicano, Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón con sus respectivas propuestas. Los dos primeros estarán presentes con sus últimos trabajos como cineastas mientras que el tercero lo hace como productor de Le pupille, un cortometraje de acción real bañado de ternura infantil disponible en Disney+.

Le pupille está dirigido por la italiana Alice Rohrwacher y forma parte de un acuerdo que Cuarón selló con Disney+ que pretende realizar una serie de cortometrajes sobre festividades. Rohrwacher, una directora ajena al mundo de los blockbusteres y el cine comercial pero aclamada desde hace años en el circuito de festivales, fue su primera llamada. Desde entonces también ha enlistado a directores como David Lowery (Peter y el dragón).

Le pupille relata un cuento sobre la rebelión infantil, la represión y el dogmatismo religioso, a través de la historia de unas niñas huérfanas en un convento italiano durante una Navidad de la Segunda Guerra Mundial. El corto es tan carismático como provocador y si bien fue rodado en su idioma original, cuando inicias el visionado en la plataforma de Disney+, automáticamente arranca en versión doblada. Personalmente fue algo que me llamó la atención la primera vez que lo vi. Como siempre veo series y películas en versión original, daba por hecho que el algoritmo de la plataforma lo reconocía. En un principio pensé que era error mío, o que alguien en mi casa había visto alguna serie con doblaje y el sistema se había quedado con esa configuración. Pero no. Resulta que está hecho a propósito para favorecer el visionado infantil, algo que a Alfonso Cuarón no le hace mucha gracia.

Así lo confirmaron los dos cineastas en una reciente entrevista con Indiewire. A la directora le encanta la idea, incluso asegura haberse sentido muy conmovida cuando le mostraron todos los lenguajes en que Disney había traducido su historia. “No lo podía creer porque es increíble llegar a lugares tan remotos” explicaba. Pero el chilango piensa muy diferente.

“Si eso va a ayudar a que las películas se vean en todo el mundo, está bien, pero me parece que está muy, muy lejos de ser ideal, dijo Cuarón al citado medio insistiendo que jamás permitiría que Roma fuera doblada.

Mira, si eres adulto, leer subtítulos no te va a hacer ningún daño, a menos que necesites mover los labios cuando estás leyendo y terminarías muy cansado al final de la película”, añadió. “Tal vez sea porque crecí con subtítulos, pero es genial escuchar el sonido y la música específicos de cada idioma”.

Y no podía estar más de acuerdo con él.

Antes que nada quiero dejar claro que soy consciente del debate que el asunto provoca. Que hay un mercado que vive del doblaje con todo el derecho del mundo, actores que entrenan sus voces para plasmar interpretaciones ajenas solo con sus cuerdas vocales, y un gran sector del público que prefiere ver series y películas de esta manera. Para gustos, los colores. Cada uno es libre de ver historias audiovisuales como mejor le parezca o se ajuste a sus necesidades, y esto al final es simplemente mi opinión. Y la de Alfonso Cuarón.

Porque creo que cuando creces con la costumbre de los subtítulos puedes añadir a la experiencia una apreciación diferente por el trabajo artístico en general. Siempre he tenido la sensación de que el doblaje en ocasiones no hace justicia a la cultura que plasma cada historia, a los pequeños matices que llenan de color a cada sociedad a través del idioma. Como los acentos de ciertos barrios de la comunidad afroamericana, el del sur estadounidense, los diferentes matices de países latinos a la efusividad de los lenguajes asiáticos.

Y es que, después de todo, el lenguaje es una parte esencial de cada cultura, desde la jerga local a acentos puntuales, pasando por voces que calan hondo como la de Robert De Niro, Keanu Reeves, Nicole Kidman, Morgan Freeman, Meryl Streep, Ewan McGregor, Julia Roberts o la de Penn Badgley enYou. Pero tambien la de Salma Hayek o Ricardo Darín, haciendo de sus cuerdas vocales gran parte de sus interpretaciones. Así lo resume Alfonso Cuarón en otro momento de la entrevista: “Creo que el aspecto cultural es más importante: estar expuesto a diferentes culturas y diferentes enfoques cinematográficos”, dijo. “Cada cultura ofrece una mirada diferente y muy específica sobre el enfoque de hacer cine. Las películas de Alice son indiscutiblemente italianas. Se basan en un contexto cultural muy específico para crear fábulas, casi como salmos, en las que suele estar involucrada gente de la clase trabajadora”. Y todo eso cobra más sentido emocional y crea una conexión más auténtica cuando se ve en idioma original. Al menos, en mi opinón y la de otros espectadores que, como yo, prefieren los subtítulos (conozco muchísimos).

A su vez, el trabajo de voz y acentos es una parte intrínseca dentro de cualquier interpretación. Forma parte del trabajo de cada actor, del desarrollo y preparación de los personajes en todos los idiomas. Y ver La pupille con tantas referencias italianas en otro idioma le roba de la magia cultural que desprende en todas sus sutilezas.

Por eso, Alfonso Cuarón tiene toda la razón del mundo. Si tenemos la capacidad de leer, podemos fácilmente seguir una historia de cualquier idioma a través de subtítulos sin perdernos la magia de los pequeños detalles, de la cultura que desprende la trama, de lo que representa cada idioma, comunidad o época. Al menos, es lo que yo prefiero como parte esencial de mi experiencia cinematográfica. Y Alfonso Cuarón también.

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