Cómo suenan los clásicos de Divididos y Sumo en una zapada distinta del trío junto a Gillespi

Divididos en el Teatro Ópera, 24 de septiembre
Ignacio Arnedo

Artista: Divididos con Gillespi. Álbum: Experiencia 432 (Bulín finoli). Temas: “Mañana en el Abasto”, “Sábado”, “Azulejo”, “Dame un limón”, “Casitas inundadas a votar”, “Vida de topos”, “Gárgara larga” y otras. Edición: La Calandria / 300 Producciones. Calificación: muy bueno.

De un buen tiempo a esta parte, Divididos encontró en las interpretaciones en vivo el lugar en el que resignificar su obra. Con una discografía de estudio cada vez más espaciada, Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella convirtieron al escenario en un espacio de experimentación para tomar al pasado, moldearlo una vez más y darle a su obra otra forma distinta, como lo demostraron su trilogía de shows en el Teatro Gran Rex en 2003 (plasmados en el disco doble Vivo acá) o su paso por Tilcara en 2010, registrado en el documental Un poco más abajo del cielo.

Experiencia 432 (Bulín finoli) sigue esa misma lógica. El disco que el trío subió a plataformas digitales al principio del mes pasado tuvo su génesis en La hora líquida, el programa radial de Marcelo “Gillespi” Rodríguez. En vez de apersonarse en los estudios de Nacional Rock, Divididos invitó al trompetista a su propia sala de ensayo, y lo que comenzó como una entrevista informal tomó forma de jam session con nervio valvular. A lo largo de una hora y cuarto, los cuatro músicos se encargaron de revisitar canciones del trío y de Sumo en un repaso sin red que le pasó lo más lejos posible a la descarga eléctrica con la que Divididos se ganó en buena ley su cucarda de “aplanadora del rock”.

El nombre del álbum es, a su modo, autoexplicativo. La cifra de su título se vincula con los 432 hertzios de la llamada “frecuencia del universo”, una teoría que sostiene a través de cálculos y enunciados que los sonidos emitidos en esa afinación vibran en sintonía con todo lo que los rodea. En sintonía con el desarrollo de esa idea, Divididos y Gillespi recorren las canciones tanto del trío como de Sumo como si fueran parte de un todo y ejecutadas sin solución de continuidad, un continuum apenas interrumpido por los escasos segundos de silencio en los finales de “Gárgara larga” y la primera versión de “Cinco magníficos”.

Con una batería tocada con escobillas y la trompeta de Gillespi en modo climático, “Mañana en el Abasto” adquiere un vuelo místico ornamentado con el sitar eléctrico de Mollo. De a poco, el groove se pone más flexible y ágil para darle a “Sábado” y “Azulejo” (ambas de Acariciando lo áspero, 1989) un aire funk a velocidad crucero, y sin que medie interrupción alguna, de a poco las piezas se acomodan para darle a la sección rítmica el clima de bar de madrugada de “Dame un limón”. Poco después, en ese aire de intimismo, los cuatro músicos traducen la enjundia electrificada de “Casitas inundadas a votar” a una serie de arreglos bluseros en la guitarra de Mollo, mientras de fondo Arnedo y Ciavarella llevan el pulso a un entendimiento jazzero lleno de sutilezas y síncopas, un recorrido que cierra el bloque con “Vida de topos”.

Más cerca de una zapada entre viejos conocidos que un álbum en vivo propiamente dicho, el disco tiene como valor agregado una lista de temas más benevolente con el seguidor meticuloso que con el escucha casual, como lo muestra el último tramo del disco con “¿De qué diario sos?” o el medley entre “Los hombres huecos” y “Los sueños y las guerras”. Incluso la presencia de “Paraguay”, un estallido urgente en su forma original, es ahora un collage sonoro con soundscapes y percusiones orientales, encapsulada por sendas versiones de Sumo con “Don’t Turn Blue” y una segunda lectura de “Cinco magníficos”. Experiencia 432 (Budín finoli) ofrece un tipo de experiencia distinta a la pared de amplificadores a un volumen titánico. Para todo lo demás, siempre existe la cita mensual en El Teatro de Flores.

Marianne Faithfull reedita uno de sus mejores discos

El próximo 4 de marzo la artista británica relanza su álbum Vagabond Ways, aquel que publicara originalmente en 1999. El elepé -que contó con la producción de Mark Howard y Daniel Lanois- fue una especie de secuela en formato musical de su libro de memorias Faithfull. La nueva versión incluye demos, grabaciones inéditas, nuevos liner notes y más material extra, y se editará en vinilo de 180g, CD y formato digital.

Kool & the Gang vuelve a la Argentina

La banda icónica del funk, el soul y la música disco vuelve a nuestro país 24 años después de su última visita para presentarse en el Luna Park el próximo 21 de abril. Activo desde 1969, el grupo cuenta con una larga lista de hits entre los cuales están “Celebration”, “Cherish”, “Jungle Boogie”, “Summer Madness” y más. También ganaron dos premios Grammy y tienen una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood a modo de reconocimiento a su trayectoria.

J Balvin se suma a una nueva versión de un megahit

El proyecto sueco NEIKED logró uno de los mayores éxitos del año pasado con su canción “Better Days”, grabada en colaboración con Mae Muller y Polo G, reproducida más de 300 millones de veces en las plataformas de streaming y usada en casi 200.000 videos de TikTok. Ahora la banda lanza un remix de su canción, para lo cual convocan a la estrella de la música urbana J Balvin. El feat ya está disponible en todos los soportes.

Judas Priest, Beck y Duran Duran, nominados al Salón de la Fama del Rock

El Rock and Roll Hall of Fame parece dispuesto a reparar algunas injusticias: desde hace años se critica la no inclusión en la galería de íconos del rock de Judas Priest, banda fundamental de la historia del metal, pero este año recibieron su nominación. También fueron preseleccionados Devo, Pat Benatar, Rage Against the Machine, Kate Bush, Eurythmics, New York Dolls, Dionne Warwick, Fela Kuti, MC5, Beck, Duran Duran, Eminem, Dolly Parton, Lionel Richie, Carly Simon y A Tribe Called Quest. Los ganadores de este año serán anunciados en mayo.