Thalía, Laura Zapata y un drama familiar cuya víctima es la abuela de 103 años (y todos los ancianos abusados en México)

Desde el lunes arden las redes por la polémica suscitada por Laura Zapata al revelar las atroces consecuencias por los malos cuidados que recibiera su abuela Eva Mange, de 103 años, en una residencia para ancianos privada, lo que ha incluido, como es natural, a Thalía y ha convertido el caso en un escándalo, donde al centro se encuentra una persona completamente indefensa.

Eva Mange, la madre de Yolanda Miranda, vivió con su hija hasta la muerte de ésta y ayudó a la crianza de sus hijas, tanto Laura, que es de un matrimonio anterior, como Federica, Gabriela, Ernestina y Thalía, nacidas de su matrimonio con el científico Ernesto Sodi Pallares. Thalía siempre ha dicho que el amor más incondicional que recibió mientras crecía provino de su abuela, quien procuró dar una vida doméstica y familiar tradicional a las cinco hermanas, mientras cada una perseguía sus diversas carreras profesionales – Federica y Gabriela se dedican a la ciencia, Ernestina fue reina de belleza y es escritora, y Laura y Thalía, famosamente, se dedican a la farándula.

La última vez que estuvieron juntas bajo el mismo techo Thalía y Laura – que se han distanciado desde el incidente del secuestro de Laura y Ernestina, en 2002 – fue precisamente en una fiesta de cumpleaños para doña Eva, que se llevó a cabo en la casa en la que vivía, a donde Thalía llegó de sorpresa y Laura aprovechó la ocasión (y la presencia de los medios) para presumir que ella era la principal cuidadora de su abuela, provocación en la que Thalía no cayó, procurando ser diplomática al respecto.

Recordemos que, primero, en 2010 poco antes del nacimiento de su hija Sabrina, Thalía ofreció llevarse a su abuela de manera permanente a Nueva York, donde tiene su residencia fija desde su matrimonio, celebrado en diciembre de 2000, con el magnate Tommy Mottola. Incluso se llevaba con ella a su abuela por temporadas y señaló que su deseo era tenerla a su lado permanentemente. Sin embargo esta idea no fue bien recibida por el resto del clan, encabezado por Laura, quien se opuso.

Cuando Yolanda Miranda falleció y la señora Mange quedó sola y ya muy cerca de cumplir el centenario, Thalía nuevamente expresó su deseo de llevar a su abuela a vivir con ella, pero no hubo acuerdo con las hermanas, principalmente porque Laura decía que su abuela perdería su autonomía e independencia y que apartarla de toda la familia sería contraproducente y únicamente benéfico para su hermana y los hijos de ésta.

Finalmente Thalía terminó cediendo, y aunque Laura se ha ostentado públicamente como la única que mantiene a su abuela (lo cual es cuestionable, por que se sabe que todas de un modo u otro contribuyen y que los seguros de gastos médicos de la anciana los cubre Thalía), la intérprete de ‘Arrasando’ ha procurado mantener un vínculo cercano con su abuela, visitándola – menos desde que es madre – y llevándola a Manhattan (algo que también ha disminuido conforme alcanza una provecta edad la señora).

Ahora que se destapa este escándalo, Laura utilizó sus redes sociales para sensacionalizar las terribles condiciones en las que se encuentra su abuela, que fue trasladada ahí por ella para evitar que estuviera sola durante la pandemia (lo cual irónicamente viene a dar al traste a su argumento sobre la autonomía de la anciana), estará por venir un nuevo rifirrafe entre las hermanas.

Laura es alguien que por su personalidad no huye de los conflictos, sino que se recrea en ellos, mientras que Thalía ha aprendido a manejar su imagen pública de un modo completamente diferente: ella nunca ha sido objeto de escándalos y comparte de su vida personal solo lo que quiere.

No obstante, ambas (y de paso sus hermanas, que siempre se mantienen al margen) llegan tarde y mal a tratar de resolver una situación que es grave, pero que solo recibe atención ahora que la protagonista de esta situación desagradable es la abuela de dos figuras públicas, una de ellas, de carácter internacional: el abuso o descuido que viven los ancianos en las residencias, aunque sean de paga.

Si bien esto no es algo generalizado, sí es un tema recurrente y por el que la ley ha hecho muy poco en México si no se denuncia.

Lamentablemente, si la señora Mange no fuera quién es (o bien, si no fuera pariente de quién es) su historia - que apenas comienza - sería una más de descuido, y cuando se podría potenciar su celebridad para evitar que esta penosa circunstancia sea algo que se repita, ni Laura Zapata ni Thalía, ni sus hermanas, están haciéndolo.

Ojalá recapaciten y consigan encabezar un cambio en el trato y cuidado de los ancianos en instituciones públicas y privadas, con el fin de que se beneficien todos los que se encuentran en esta situación, en lugar de solo avivar las llamas de un drama familiar que solo ha servido para dividir y para generar morbo por parte del público.

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