La Tota Santillán: el mensaje que le envió a un amigo y cómo fueron sus últimos días
La repentina muerte de Daniel “La Tota” Santillán, a los 57 años, causó conmoción en el mundo del espectáculo. El conductor conocido por su participación en Pasión de sábado fue hallado sin vida el domingo en su casa de Ituzaingó y la autopsia preliminar reveló que murió por asfixia y que tenía el 90% del cuerpo quemado, lo que generó numerosas especulaciones sobre los últimos momentos de su vida. Además, en las últimas horas, se filtraron detalles de sus conversaciones.
En el programa A la Tarde (América), el periodista Damián Rojo compartió un mensaje de voz que La Tota le envió a una persona de su “círculo íntimo” antes de morir. En el audio, Santillán le expresa a su amigo: “Querido, hablamos después, si querés, cuando tengas un minuto. A ver cuándo nos podemos juntar para hacer un evento, a ver si nos juntamos”, se le escucha decir.
El amigo del animador describió este audio como “el último” que envió en vida. “Quizás otro amigo tenga un audio posterior”, aclaró Rojo y sumó: “Este amigo no cree en la teoría del suicidio, justamente por lo que dice en el audio La Tota”, en el que se muestra activo y con deseos de seguir trabajando.
“Su amigo dice que cree que no tenía ganas de quitarse la vida, que quería continuar con su trabajo y sus tareas” , afirmó el periodista. Sin embargo, apuntó a continuación: “Pero entendiendo el contexto de bipolaridad y, tal vez, al estar solo el fin de semana y no recibir llamados laborales...”. En el día de ayer, luego de que trascendiera la noticia de su muerte, se supo que hacía varios días que su familia no podía encontrarlo. La Tota, cuyo nombre real era Ricardo Daniel Carías, enfrentaba desde hacía tiempo serios problemas personales y legales.
Ayer, su hermano, Horacio Santillán , descartó que el productor musical se hubiese quitado la vida y dio detalles de la última conversación telefónica que mantuvieron. Insistió que se trató “nada más” que de un “accidente” y dijo: “Queremos que se recuerde lo mejor de mi hermano. Más allá de preguntas que me puedan hacer y conteste o no, voy a decir cómo era mi hermano. Era el ser más bueno del mundo. Al que pudo lo ayudó. Quiero que lo recuerden con alegría y sin mala leche. Nunca fue mala leche para nada. Siempre le pagaron mal. Siempre lo dejaron solo”.
Una de las figuras mediáticas más afectadas por la muerte de Santillán fue Silvia Süller, quien expresó su dolor y reveló detalles poco conocidos sobre los últimos años del conductor. Según relató la exvedette en diálogo con LAM (América), gran parte del sufrimiento de La Tota fue causado por el conflicto con su exesposa, Sol Fiasche, quien, según sus palabras, le impedía ver a sus hijas. “Él entró en depresión porque no podía entender que su segunda mujer lo hubiera dejado por la mucama. Se empezó a poner mal, entró en depresión y ahí empezó el principio del fin. Encima quería ver a sus hijas, pero no lo dejaron”, mencionó Süller. Y opinó: “Él no era mal tipo”.
Süller también lamentó que no lo invitaran a los premios Martín Fierro, en cuya ceremonia fue distinguido Pasión de sábado. “Todos sabían que él no estaba bien. Lo hubieran invitado, le daban un lugar en una mesa y lo alegraban un poco. La gente es muy mala. Una vez que te morís, recién se acuerdan de vos y encima hablan pelotudeces”, expresó.
Carmen Barbieri también se mostró afectada por la muerte del conductor. En su programa Mañanísima, recordó los inicios humildes y dijo: “Él no se quedaba quieto, siempre buscaba trabajo. Empezó como vendedor ambulante hasta que encontró su lugar en la movida tropical”, relató Barbieri. La capocómica recordó, además, la estrecha relación de La Tota con Rodrigo Bueno, a quien presentaba en sus shows: “Él inventó el famoso ‘Ro-Ro-Ro-Ro-Rodrigo’. Rodrigo lo amaba. Tenían una muy buena relación”.
Sin embargo, la vida de Santillán no estuvo exenta de controversias. En 2023 fue condenado a cinco años y medio de prisión acusado de ejercer violencia de género sobre Fiasche. Aquellos hechos ocurrieron hace una década y pese a que se lo declaró culpable por “amenazas agravadas por el uso de armas, lesiones leves agravadas por haberse cometido en el marco de la pareja y por mediar violencia de género”, no fue a la cárcel debido a que la sentencia no estaba firme.