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Buenos Aires, 23 ene (EFE).- Médicos y pacientes del Hospital Laura Bonaparte, el único sanatorio de salud mental dependiente del Estado nacional, denuncian que la intervención del Gobierno de Argentina por supuesta “sobredotación” de profesionales es una excusa para vaciar la institución. “Además de los 200 despidos, hubo 100 renuncias porque venimos trabajando de manera precarizada, con contratos a 90 días, con un salario que está desactualizado desde el 2023. La última paritaria fue de un 3 %, que alcanza para una pizza y una coca-cola”, dijo este jueves a EFE Mariela, una psicóloga que trabajaba en el dispositivo de demanda espontánea del hospital. El Ministerio de Salud anunció el miércoles la intervención del centro médico para una “readecuación del personal” ante un crecimiento desmedido, al asegurar que unos 326 empleados habían ingresado durante la administración de Alberto Fernández (2019-2023). Datos de la cartera sanitaria contabilizan 109 profesionales para los servicios de guardia e internación, con una ocupación promedio de 19 pacientes mensuales, así como 38 consultorios externos que atendían en promedio cinco consultas diarias. “Nos sentimos muy humillados de que el Gobierno replique datos falsos. No tenemos idea de dónde sacaron esos números, porque despidieron gente hasta en el área de estadísticas”, agregó la psicóloga, quien asegura que la demanda se triplicó y que en realidad hay subdotación de personal. La medida del Gobierno de Javier Milei se enmarca en el “Plan de Eficiencia de Hospitales 2024-2025”, una iniciativa por la cual ya fueron despedidos 1.400 trabajadores de la salud desde el comienzo de este año. Mariela integra el grupo de cesanteados, pero todavía no fue notificada y hasta este jueves continuaba brindando sus servicios como profesional, al igual que su compañera Virginia, psiquiatra y que atendía en los consultorios externos del hospital. “El equipo interventor de Salud vino con la idea de adecuar el funcionamiento del hospital, lo cual no va a ser posible porque la mitad del personal fue despedido y los que quedan tienen demasiada demanda”, relató a EFE la psiquiatra. Virginia formó parte de la primera tanda de 200 despidos del Bonaparte, pero siguió ejerciendo hasta hoy para ayudar a los colegas que se salvaron del despido y ante la alta demanda de profesionales. “No sabemos que va a deparar, pero con este recorte será muy difícil asegurar el funcionamiento para la población”, añadió. El Bonaparte ofrece servicios de atención y contención integrales tanto para adultos como para niños y adolescentes, así como asistencia sanitaria en terreno y abordaje en distintos barrios marginales de Ciudad y provincia de Buenos Aires. Miedo de recaer Los profesionales temen por la recuperación de sus pacientes, ya que desarrollan tareas de prevención, tratamiento y rehabilitación de salud mental y adicciones. Este es el caso de Natalia, de 41 años, una paciente con consumo problemático de drogas que gracias a un tratamiento de siete años en el sanatorio pudo dejar de vivir en las calles y alquilar un departamento. “Creo que es una injusticia que estén echando a todos los médicos, quisieron cerrar el hospital, nos sacaron de la internación y hasta cerraron la guardia ¿Qué nos queda a nosotros los pacientes?”, se pregunta Natalia en declaraciones a EFE. La mujer admitió que tuvo recaídas, pero que gracias a los médicos del Bonaparte dejó de abusar de sustancias, aunque tiene miedo de caer nuevamente si el centro médico deja de funcionar. “Si este hospital deja de funcionar voy a caer en una depresión y me voy a morir. Soy depresiva. Para mí este hospital es un apoyo. Tener una contención de psiquiatras y psicólogos es fundamental”, expresó. De momento, el Gobierno de Milei celebra los recortes y la “motosierra profunda” que prometió el presidente para este 2025. (c) Agencia EFE