El vestido de novia de Débora: unas mangas como punto de partida para crear este diseño de impresionante cola

Cuando se crea un vestido de novia desde cero la inspiración puede llegar desde un sinfín de vías. En el caso del look nupcial de Débora, todo surgió a partir de una manga; un elemento que vertebraría el resto del diseño creado en el taller de Beatriz Álvaro. Y es que, aunque la prometida nos explica que no tenía nada claro lo que buscaba para su enlace —solo que fuera una prenda convertible y que tuviera una capa, chaleco o chaqueta que poder quitarse durante la fiesta—, la diseñadora dio con lo que buscaba y resultado no pudo ser más especial.

Un vestido de novia desmontable con mangas especiales

Débora había visto un diseño de Beatriz Álvaro en ¡HOLA! Novias que le había encantado y su cuñada, que conocía el atelier, le habló muy bien de sus trabajos. Después de una videollamada en la que explicó a la creativa su estilo y todas las referencias que le habían gustado, visitó el taller para empezar a dar forma a sus ideas. "Su idea principal era algo innovador, elegante y cómodo. En cuanto la conocimos y hablamos con ella nos dimos cuenta de que quería ser una novia especial y original. Hicimos un dos piezas y varias propuestas de diseño. Algunas más atrevidas y otras más clásicas", nos explica Beatriz Álvaro.

La novia nos cuenta que en esa primera cita presencial con Beatriz probaron diferentes telas para ver qué favorecía más a su figura. "Finalmente, me mostraron una manga preciosa que decidí llevar en el vestido. A raíz de esta manga, y ver que me favorecía más el escote cuadrado, empezaron a hacerme el boceto del vestido con ideas maravillosas (como la espalda en forma de lágrima y el bordado que pusimos también en la espalda a juego con la manga)".

La diseñadora nos explica que para darle forma a este elemento tan especial combinaron "un tejido de gasa de seda natural, original y único, que estaba formado por un dibujo con volumen 3D de formas geométricas. Lo pusimos en los cortes del vestido: puño, espalda y fajín. El resto del vestido se confeccionó en un crepe de seda natural y la manga en la propia gasa del dibujo".

La otra pieza importante dentro del look fue el chaleco, realizado en crepé satén también en color marfil. "Tenía unos pliegues en el hombro, los cuales abrían a una gran cola con un vuelo espectacular. Todo ello se cerraba en un cuello con dos jaretones y botones forrados, con un escote pico en la espalda el cual dejaba ver el escote de su vestido; con el increíble y sutil botón joya en el centro", asegura la diseñadora. Un complemento del que se desprendió más tarde pero que daba al vestido un aspecto especial y muy diferente.

De las joyas al ramo de la novia

Para que el total look de la novia sea redondo y nada desentone es importante que los accesorios se elijan con mimo, funcionen bien entre ellos y siempre sumen. Débora nos explica que lo primero que encontró fue el cubreráiz. "Quería llevar algunas estrellas o algo que diera luz a mi melena oscura. Para ello, fui a Olivia y Cloe y Sara me diseñó un tocado dorado con estrellas unidas en tonos azulados y brillantes precioso". Sus hermanas, que sabían perfectamente cómo era este diseño, le regalaron unos pendientes de estrellas de M de Paulet. Un bonito detalle que le hizo muchísima ilusión porque así pudo tenerlas todavía más presentes en la boda.

"No llevé colgantes ni pulseras para dar más importancia al vestido, pero llevé el anillo de mi pedida (de oro blanco con un diamante blanco central rodeado de pequeños diamantes) y un anillo de oro amarillo con una piedra central azul que me regalaron mis amigos el mismo día de la boda", nos cuenta.

Aunque muchas novias aseguran que tratan de huir de las tendencias, todas en mayor o menor medida terminan incorporándolas en sus looks. Débora lo hizo al elegir un ramo en cascada, una de las formas que más ha gustado en 2024 y que promete seguir haciéndolo durante el próximo año. La novia nos cuenta que le gustaba mucho la idea de llevar una composición floral grande, algo salvaje, en tonos verde y nude. "El ramo estaba compuesto principalmente por peonias rosas, mini margaritas, rosas rosas de pitiminí, ramas de eucalipto, helechos y esparragueras".

Un look de belleza muy natural

La naturalidad se ha impuesto en los looks de belleza de las prometidas. Prácticamente ninguna apuesta por sombras de ojos llamativas o labiales en tonos que no sean los que lucen en su día a día —hay un pequeño repunte del rojo, pero casi siempre en novias que maquillan así sus labios a diario—. Débora no fue una excepción. Nos explica que quería sentirse ella misma y eso pasaba por elegir un acabado sencillo, todo en tonos muy nude.

También tuvo claro, desde el primer momento, el peinado. "Siempre había querido llevar un moño clásico para lucir mi rostro y la maravillosa espalda del vestido. No obstante, el moño era convertible y en el baile me lo cambié por una coleta ondulada más desenfadada", apunta.

Débora nos explicaba que la creación de su vestido de novia fue lo que más disfrutó de todo el proceso previo a la boda. Esas visitas al atelier, tomar decisiones junto a las creativas... Pero también le gustó hacerse cargo, junto a Jorge, su ya marido, y las wedding planners de Entre confetti, de todos los detalles del gran día. Aunque para ella todo fue muy especial, se queda con la bendición de su padre antes de salir de casa, junto a sus hermanos y su madre, y el rito del matrimonio. "Ambos me emocionaron mucho, era sentir el comienzo de una nueva etapa muy especial".

Por último, le pedimos un consejo para parejas que, dentro de poco, pasarán por lo mismo. "Les aconsejaría estar tranquilos y disfrutar cada momento del día sin importar si sale algo mal o hay algún imprevisto. Todo pasa muy rápido y es un día para estar felices".