Viggo Mortensen, entre su nuevo western, los desafíos del cine independiente y un mensaje para los argentinos: “Hay que aguantar”

En una charla franca con LA NACION, Viggo Mortensen anticipó su nueva película, Hasta el fin del mundo, que llega a los cines argentinos el 9 de enero
En una charla franca con LA NACION, Viggo Mortensen anticipó su nueva película, Hasta el fin del mundo, que llega a los cines argentinos el 9 de enero

Hay algo magnético en Viggo Mortensen cuando habla en perfecto español con acento argentino. Tras pasar su infancia en la Argentina, conserva un profundo amor por el país y por el fútbol. Es un hincha incondicional de San Lorenzo: al hablar de su club, su rostro se ilumina, da media vuelta hacia la biblioteca que tiene detrás y toma un banderín que cuelga ahí junto con la bandera de Dinamarca y la nuestra. Y con una sonrisa de niño, lo levanta y dice: “¡Acá está!”, dejando en claro que su pasión lo sigue a donde esté, sin importar las distancias.

Durante una charla con LA NACIÓN, Viggo Mortensen reflexiona sobre su vínculo con el cine, la literatura y su pasión por contar historias, elementos que atraviesan su obra y su vida personal
Durante una charla con LA NACIÓN, Viggo Mortensen reflexiona sobre su vínculo con el cine, la literatura y su pasión por contar historias, elementos que atraviesan su obra y su vida personal

En una charla con LA NACIÓN por el estreno de Hasta el fin del mundo, que llega a los cines el próximo 9 de enero, el actor reflexiona sobre su segunda película como director y guionista, que también coprotagoniza junto a Vicky Krieps. Este western atípico pone el foco en una mujer como personaje principal , un giro poco común en el género. Mortensen repasa los desafíos que enfrentó, desde reemplazar a un actor hasta coordinar el rodaje en locaciones diversas, además de compartir la influencia de su infancia en la Argentina, una dedicatoria especial a su madre, su visión sobre el cine nacional, la realidad política del país y la empatía. “La vida es corta, y es importante tratar de comunicarnos con el máximo cariño, incluso cuando no estamos de acuerdo en todo”, reflexiona.

Un western atípico

Desde su debut como director y guionista con Falling (2020), Mortensen dejó en claro que su talento trasciende la actuación. En su segundo proyecto como cineasta, escribió el guion, dirigió el film, compuso parte de la banda sonora y, “por una emergencia”, asumió también interpretó a Olsen Holger. Esta vez, incursiona en el género western con una propuesta que rompe con las convenciones clásicas al poner a una mujer en el centro de la historia, Vivienne (Vicky Krieps): “Es una mujer común, pero extraordinaria en su resistencia y determinación”, afirma.

Viggo Mortensen y Vicky Krieps en una escena de Hasta el fin del mundo
Viggo Mortensen y Vicky Krieps en una escena de Hasta el fin del mundo - Créditos: @Marcel Zyskind

–Es tu segunda película como director y guionista. ¿Cómo afrontaste este nuevo desafío?

–Sí. Escribí el guion y terminé actuando en ambas, aunque la idea inicial era que otro actor interpretara este papel. Teníamos a alguien aprobado por quienes financiaban la película, junto con Vicky Krieps [Corsage y El hilo fantasma], quien da vida a Vivienne, la protagonista absoluta. Pero el actor nos abandonó poco antes de comenzar la preproducción en México. Intenté reemplazarlo por otros tres actores, pero ninguno estaba disponible en ese momento, Así que propuse hacerlo yo , aunque sabía que implicaba ciertos riesgos. El tiempo apremiaba, ellos me decían que quizás podrían sumarse el año siguiente, pero en cine la financiación puede desaparecer rápidamente.

–¿Cómo fue asumir un rol más en la película?

–Primero hablé con Vicky porque sabía que el personaje sería diferente: mucho mayor y, además, iba a actuar con su director. Ella aceptó y así lo hicimos. Le dije que podía sentirse incómoda porque sería algo nuevo para ambos, pero estuvo de acuerdo en intentarlo. A pesar del cambio, tuvimos un equipo increíble. Volví a trabajar con gente de mi primera película y también trabajamos con un equipo mexicano excelente, que fue una gran incorporación.

–¿Tuviste que adaptar el guion para interpretar este papel?

–Sí, tuve que hacerlo. Mi personaje, Holger Olsen, era del norte de Europa, así que lo adapté para que fuera danés. Es un idioma y una cultura que conozco, lo que me permitió incluir elementos históricos, como la guerra de la que habla Olsen, que ocurrió 10 o 12 años antes de los eventos de la película. Esto ayudó a darle esa veteranía de antiguo soldado. También i ncorporé ciertos rasgos de humor seco y torpe, algo que he visto en hombres de mi familia, incluido mi padre. Son personas de buenas intenciones, pero a veces sus formas de expresarse resultan torpes, y eso me pareció interesante reflejar en el personaje.

Viggo Mortensen, como director, guionista y actor, encarna a Holger Olsen en Hasta el fin del mundo, su segundo largometraje como cineasta
Viggo Mortensen, como director, guionista y actor, encarna a Holger Olsen en Hasta el fin del mundo, su segundo largometraje como cineasta - Créditos: @Marcel Zyskind

–¿Por qué decidiste hacer un western?

–Siempre me atrajeron los western. Sin embargo, quería contar una historia desde otra perspectiva, algo más humano e íntimo. Este género siempre se ha centrado en aventuras de hombres: guerras, bandidos, sheriffs, ferrocarriles, pistoleros. Quise explorar qué pasaba con las mujeres en ese contexto, qué historias había detrás de ellas .

–En este caso la protagonista es una mujer, Vivienne. ¿Cómo surgió esa idea?

– La mayoría de las películas y novelas mostraban a los hombres y sus aventuras, mientras las mujeres quedaban como personajes secundarios. Cuando un hombre se iba a la guerra, la cámara lo seguía a él, no a la mujer que quedaba atrás. Si volvía, habían pasado años y la mujer ya había muerto, o se había casado con otro o lo había abandonado, siempre algo muy triste para él. Pero yo me preguntaba: ¿Y ella? ¿Qué hacía mientras tanto? ¿Cómo sobrevivía? Esa pregunta fue el motor de esta historia. Vivienne es una mujer común, pero psicológicamente es el personaje más fuerte de la película. Es más resistente, decidida y con más aguante que cualquiera, pero sigue siendo real.

–¿Hay antecedentes de mujeres protagonistas en westerns?

–Muy pocos. Hubo excepciones como Barbara Stanwyck en Cuarenta pistolas de Sam Fuller o The Furies, y los western italianos con Claudia Cardinale en las películas de Sergio Leone. Pero suelen ser mujeres extraordinarias: bellas, ricas, terratenientes. Vivienne, en cambio, es una mujer común, con una fuerza interior extraordinaria, pero sin perder su humanidad y sencillez. Es alguien con quien la gente puede identificarse.

Viggo Mortensen en otra escena de su nuevo western, en el bar del pueblo, escenario que refleja el espíritu íntimo y humano que buscó capturar Hasta el fin del mundo
Viggo Mortensen en otra escena de su nuevo western, en el bar del pueblo, escenario que refleja el espíritu íntimo y humano que buscó capturar Hasta el fin del mundo - Créditos: @Marcel Zyskind

–¿Cómo fue trabajar con Vicky Krieps?

–Increíble. Vicky tiene una capacidad impresionante para transmitir emociones. Puede comunicar tanto en silencio como con sus palabras, y eso enriqueció muchísimo el desarrollo del personaje de Vivienne. Su sensibilidad y profundidad como actriz elevaron todo el proyecto. Es alguien que no necesita hacer demasiado para decirlo todo.

–¿Es la primera vez que filmás en México?

–Sí. Había estado en México varias veces para entrevistas y promociones, pero nunca había rodado allí. Filmamos en Durango, que tiene paisajes increíbles: desiertos, montañas, bosques y cataratas. También rodamos en Canadá, que tiene paisajes diferentes, como bosques de arces y roca, en el este y en el oeste, cerca de Vancouver Island. El resultado fue excelente. Además, muchos de los lugares en los que filmamos no habían sido utilizados en cine antes, lo que le da al espectador algo nuevo y fresco.

–La música y la fotografía son fundamentales en la película. ¿Cómo trabajaste estos elementos?

–La música es esencial para transmitir emociones y conectar escenas. Compuse parte de la banda sonora antes de rodar, lo que me ayudó a definir el ritmo de varias secuencias. Quise que la música acompañara, no que dictara lo que el espectador debe sentir. En cuanto a la fotografía, trabajamos mucho para capturar la majestuosidad de los paisajes y cómo influyen en los personajes. Queríamos que el entorno se sintiera como un personaje más en la historia, algo que complementara y potenciara el viaje de los protagonistas.

Inspiración, fortaleza y legado

“Siempre me interesó la historia de Juana de Arco. Vivienne es una aspiración, tan potente e independiente como ella”, reflexiona el director. La película no solo toma fuerza de esa figura histórica, sino que también rinde homenaje a su madre y se enriquece con las pasiones personales del director: la literatura, los caballos y la carpintería, elementos que marcaron su vida desde la infancia. Como guiño a su carrera, incluye en una escena la emblemática espada de Aragorn de El señor de los anillos, un detalle que no pasará inadvertidos para los fans de la saga.

"Me crié montando caballos desde muy chico, a los tres o cuatro años ya estaba arriba de uno", reflexiona Viggo Mortensen en relación a su conexión con el western y su infancia - Créditos: @Marcel Zyskind
"Me crié montando caballos desde muy chico, a los tres o cuatro años ya estaba arriba de uno", reflexiona Viggo Mortensen en relación a su conexión con el western y su infancia - Créditos: @Marcel Zyskind

–Juana de Arco fue una inspiración central para Vivienne, especialmente en su rechazo de las convenciones, como el matrimonio. ¿Cómo reflejaste eso en la historia?

–Claro, exacto. En esa época, casarse era una forma de protegerse: si el hombre se iba a la guerra y moría, la mujer podía heredar. Pero si no estaban casados, ella no recibía nada, ni siquiera la casa o las pocas posesiones que pudieran tener. Me interesó pensar en Vivienne como alguien que no seguía las normas convencionales. Su infancia en un hogar francoparlante, conectado con la cultura francesa, hace que Juana de Arco sea una figura natural de admiración para ella. El libro que aparece en toda la película, el que Vivienne lee y luego entrega a su hija, es una edición de 1815 que encontré en Francia. Pensé que, como la historia ocurre en 1838, era posible que ese libro hubiera llegado de Europa o que lo hubieran comprado en el nordeste de Norteamérica, donde se hablaba y leía en francés.

–Además, aparece un caballero con una espada que muchos reconocerán. ¿Qué representa este personaje?

–El caballero es más que un personaje, es un símbolo poderoso para Vivienne. Representa sus aspiraciones, su fortaleza, y también su imaginación. Fue algo que surgió casi por accidente. Ya teníamos el caballo negro, la armadura, la lanza, el banderín y hasta el casco, pero nos faltaba la espada. Encontramos varias, pero ninguna me parecía especial. Entonces alguien del equipo sugirió usar la espada de Aragorn , la misma que usé en El señor de los anillos. Pedí permiso a los productores de la trilogía, les expliqué que sería solo por unos segundos, y lo aprobaron. Creo que es un guiño interesante; siempre hay alguien que la reconoce y lo comenta.

–El caballero también parece vincularse con figuras importantes en la vida de Vivienne. ¿Es así?

–Sí, representa una mezcla de recuerdos y aspiraciones. En la mente de Vivienne, al principio el caballero tiene rasgos de Weston, de Olsen, incluso de su padre idealizado, alguien que pudo haber perdido. Pero las cosas que recordamos cambian con el tiempo, y el caballero también evoluciona. Al final, su rostro ya no es el de un hombre. Este cambio subraya el mensaje de Vivienne: “No necesito que nadie me rescate, la que me va a rescatar soy yo”.

El hijo de Vivienne Le Coudy, Johnny en Hasta el fin del mundo es interpretado por Henry Mortensen, hijo en la vida real de Viggo Mortensen
El hijo de Vivienne Le Coudy, Johnny en Hasta el fin del mundo es interpretado por Henry Mortensen, hijo en la vida real de Viggo Mortensen - Créditos: @Marcel Zyskind

–Le dedicaste la película a tu mamá, Grace Gamble Atkinson. ¿Qué relación tiene ella con la historia?

–Mi madre tenía un espíritu independiente, era curiosa, siempre interesada en otras culturas y otros idiomas. De chico, yo leía algunos de los libros que tenía de su infancia, o ella me los leía a mí. Entre esos libros estaba uno sobre Juana de Arco. Esos textos me ayudaron a imaginar cómo era ella cuando era joven. Mi madre era una mujer normal, ama de casa y madre de tres hijos, pero con ideas propias, preguntas constantes y una curiosidad que no aceptaba todo lo que se le decía. Eso marcó mucho mi visión de la historia y de Vivienne.

–El film también parece incluir otros aspectos de tu infancia. ¿Es así?

–Sí, definitivamente. Me crié montando caballos desde muy chico, a los tres o cuatro años ya estaba arriba de uno. También crecí viendo westerns en el cine y en la televisión , era el final de la época dorada del género, en los años 60. Me fascinaban los paisajes abiertos, los caballos y las historias de ese tipo. Esa conexión sigue presente en mi trabajo.

Su segunda casa

El vínculo de Viggo Mortensen con la Argentina trasciende el tiempo y la distancia. Llegó al país con su familia a los tres años, vivió aquí hasta su adolescencia, y desde entonces lo considera su hogar emocional. “Es mi segunda casa, un lugar que llevo conmigo a donde vaya”, expresó en diversas oportunidades. En julio del año pasado regresó a Buenos Aires para presentar su libro de poesía Ramas para un nido, y durante su estadía no dejó pasar la ocasión de asistir al clásico entre San Lorenzo y River Plate, reforzando su eterno lazo con el club de Boedo. Meses después, en marzo, alzó su voz contra los recortes al Incaa. “En Argentina, ir a ver cine en salas siempre fue un acto sociocultural, pero hoy se ha vuelto un acto sociopolítico imprescindible”, declaró en un mensaje que resonó como un gesto de apoyo a la creatividad y la resistencia cultural, valores que, según él, definen el espíritu argentino.

En julio de 2023, Viggo Mortensen presentó su libro de poemas en Bahía Blanca y en el porteño Palacio Libertad
En julio de 2023, Viggo Mortensen presentó su libro de poemas en Bahía Blanca y en el porteño Palacio Libertad - Créditos: @The Grosby Group

–Diste tu opinión sobre el nuevo gobierno y las limitaciones del Incaa este año. ¿Qué podés decir al respecto, especialmente en relación con el cine?

–Nada, no hay más que decir. Es un tiempo complicado, pero se podrá decir lo mismo de Estados Unidos. Se tendrá que aguantar, se aguantará. Yo creo que los argentinos han pasado momentos en su historia peores que este, difíciles de imaginar para muchos. Seguramente pueda ser peor, especialmente en el interior del país y en las zonas menos privilegiadas de Buenos Aires. Pero se va a aguantar, hay que tirar para adelante, como siempre. En el cine es lo mismo: la gente es ingeniosa y, aunque se haya debilitado el apoyo del Estado, no van a dejar de hacer cine , de contar historias, de escribir, filmar, actuar y resistir frente a las injusticias o donde sientan que las cosas pueden hacerse mejor.

–¿Te mantenés informado sobre lo que sucede en la Argentina?

–No tanto como si estuviera ahí, claro. Pero trato de informarme lo mejor que puedo.

–¿Te gustaría volver a trabajar en el cine argentino?

–Sí, ya lo hice un par de veces y me encantaría hacerlo de nuevo. Contar una historia o formar parte de otra. Si puedo, sí, me encantaría.

–Tu última visita fue en 2023, cuando presentaste tu libro de poesía Ramas para un nido. ¿Tenés planeado volver pronto?

–Sí, estuve ahí con Tau López y Fabián Casas, que escribió el prólogo del libro. Ahora no tengo un plan concreto, pero casi siempre está la idea de volver lo más pronto posible.

Durante su última visita a la Argentina, Viggo Mortensen repartió sus días entre la presentación de su libro de poesía y su reconocida pasión por el fútbol, donde fue a ver el partido del Ciclón con River Plate
Durante su última visita a la Argentina, Viggo Mortensen repartió sus días entre la presentación de su libro de poesía y su reconocida pasión por el fútbol, donde fue a ver el partido del Ciclón con River Plate

–San Lorenzo es parte importante de tu vida. ¿Cómo ves al club en este momento?

– Tenemos que aguantar también. Está igual que el país .

–Tenés las banderas de Dinamarca y de la Argentina detrás tuyo en la biblioteca, pero no se ve nada de San Lorenzo…

–Sí, está ahí arriba [señala la biblioteca que tiene detrás, se para, busca el banderín y lo exhibe a la cámara con una sonrisa]. ¡Acá está!

–¿Qué deseos tenés para el nuevo año?

– Les deseo un buen año para todos los argentinos, sin importar la ideología. La vida es corta, así que es importante tratar de comunicarse con el máximo cariño, incluso cuando no estamos de acuerdo en todo .