Ysy A hizo vibrar a 20 mil personas a puro trap argentino y con un claro mensaje contra la discriminación
“Yo soy recontra patriota, pero no voy a permitir que discriminen en mis shows”, grita Ysy A mientras recoge una bandera de Brasil y una parte de las casi 20 mil personas que agotaron el primero de los tres GEBA que el trapero dará para cerrar el año abuchean y cantan contra el país carioca. “Aguante Argentina, pero nada de cantar ‘El que no salta es un inglés’ si van a discriminar a alguien por venir de otro país, me voy del escenario, porque ese no es mi mensaje”.
A diferencia de muchos y muchas de sus pares, Ysy A, nacido como Alejo Nahuel Acosta hace 24 años, hace un trap que no podría no ser argentino. Ahí donde otros licúan la ye (i griega), hablan de “tú” e impregnan sus bases con beats de reggaetón, él refuerza las consonantes, habla de vos y al sonido del trap más crudo le suma bandoneones y colaboraciones con Gustavo Santaolalla. Alguna vez se hizo llamar el varón del trap y es, sin dudas, uno de los más virtuosos de la escena a la hora de construir rimas y rapearlas a toda velocidad. Lo dicen sus partes, desde Duki hasta el que te imagines, Ysy A es de los mejores.
Porque hay algo más allá de las letras que mencionan a la Argentina (y que son muchísimas) y tiene que ver con las inflexiones, la pronunciación y lo infralingüístico. Por más que en “Pasa que yo”, una suerte de “La argentinidad al palo” en versión trap, Ysy A cante sobre el “chegusán”, el dólar blue, el mar que no es azul y lo caro que está el gas y la luz, el chiste se cuenta más allá, o más acá, de eso. La forma en la que dice comerrr, el uso del “nomás” y hasta en sus cadenas de diamantes, una con la bandera argentina y la otra con la $ que en contexto es más el signo pesos que el signo dólar. “Mi acento argentino no vino hasta acá como todos”, cantó en “A por todo”. Ser y parecer. Ysy A parece conocer bien cuáles son los límites entre la recuperación de un imaginario argentino y el nacionalismo. Y por ahora se mueve en la esfera correcta.
“Hace 11 años que trabajo para llegar a esto”, dijo también sobre el escenario de GEBA mientras las pantallas a sus costados mostraban el estadio repleto. Sí, desde los 13 que Ysy A, en ese momento todavía era Alejo, es parte nodal del hip hop y el trap en la Argentina. En marzo de 2012 creó El Quinto Escalón, una competencia de freestyle en el Parque Rivadavia que en su primera edición apenas completó los 8 participantes y el premio, que se llevó el propio Alejo por ganar la fecha, fueron 10 pesos que un señor que pasaba por ahí les dio para que compraran una coca. Años más tarde, El Quinto Escalón se convertiría en la competencia de plazas más grande de habla hispana y por allí pasarían una buena parte de los nombres que hoy dominan las tendencias de la música argentina. ¿Algunos nombres? Duki, Wos y Paulo Londra.
Pero hacia 2017 Ysy A, que ya no se sumaba como participante para evitar suspicacias, vio como El Quinto Escalón se había masificado y ampliado a un público al que no le interesaba llegar. “Parecía un espectáculo de Cris Morena y yo me sentía Topa, te lo juro”, le contaba a La Nación en 2020. Entonces decidió que ese año sería el último y el 11 de noviembre la edición final se llevó a cabo en el Estadio Malvinas Argentinas, con entradas agotadas y millones de vistas en YouTube. Y entonces se dedicó a consolidar sus rimas en canciones y dar forma a la escena del trap argentino, junto a Duki y Neo Pistea como amigos y compañeros de ruta.
Como una continuidad al fin de El Quinto Escalón y también podría pensarse como la culpa de quien dejó a una gran masa de público sin el evento, Ysy A saca un disco cada 11 de noviembre. Antezana 247 (2018), Hecho a mano (2019), el EP Mordiendo el bozal (2020), Trap de verdad (2021) y el reciente Ysysmo (2022) conforman una discografía sólida, como pocos de su camada pueden ostentar en un presente en el que los singles parecen dominar las tendencias. Discos pensados, con un concepto, una historia que contar y una identidad por definir y autoafirmar. Ysy A se produce solo (su sello se llama Sponsor Dios) no tiene una gran discográfica detrás ni ha participado del BA Trap, el festival que reúne a varios de los exponentes del género. Pero no por eso es un renegado de la escena, sino más bien un referente que sabe cuándo unirse y cuándo hacer la suya.
Pero toda esa construcción del personaje se sostiene en su flow. Monolítico, obsesivo y en un registro medio, nasal y con un vibrato que lo hace sonar como un cable en una descarga interminable. Ysy A mamó el rapeo atresillado que popularizó Migos y despliega un virtuosismo que tiene mucho de destreza física en su delivery. Y entonces en“Alma”, una de las canciones más celebradas de la noche, canta sobre los intereses propios de su proceso creativo: “Perdido buscando escribir eso que nadie escribe”. Y luego remata con un juego de palabras que resume su lugar en la escena musical actual, a la que le cuenta las costillas y de la que es parte cuando quiere: “Que me hablan tanto de una escena que de tanta escena no llega a ser cine / Que yo ya estoy afuera cuando todos llegan a hablar de la escena del crimen”. Así escribe Ysy A, el trapero favorito de tu trapero favorito.