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36 horas en Buenos Aires, Argentina

Atardecer en Buenos Aires el 10 de mayo de 2023. (Sarah Pabst/The New York Times)
Atardecer en Buenos Aires el 10 de mayo de 2023. (Sarah Pabst/The New York Times)

Buenos Aires, la capital de Argentina, puede ser abrumadora. Las vías principales, como la Avenida Santa Fe, son ruidosas y están repletas de taxis y autobuses. Tal vez las calles estén sucias, pero la elegancia está en todas partes y al alcance de los visitantes. Los edificios de Bellas Artes de la Avenida de Mayo recuerdan la grandeza de la vieja Europa. En las ferias de artesanos que se celebran los fines de semana en barrios como San Telmo, Recoleta y Mataderos se pueden encontrar productos artesanales a precios asequibles. La algarabía posterior a la victoria de Argentina en el Mundial de Fútbol de 2022 sigue siendo un bálsamo espiritual para muchos que aún padecen la crisis inflacionaria que sufre el país desde hace años. Los visitantes encontrarán una ciudad donde la gente sigue adelante. Esa perseverancia es la que mantiene a Buenos Aires vibrante y emocionante.

Viernes

4:30 p. m. | Admira la belleza de los inodoros

La estación de bombeo de agua de la ciudad es un lugar inesperado para disfrutar de la impresionante arquitectura de Buenos Aires. El llamativo Palacio de Aguas Corrientes, del siglo XIX, que ocupa una manzana entera en el barrio de Balvanera, tiene un apodo poco elegante: el Museo del Inodoro. El apodo se debe a su gran colección de letrinas y orinales barrocos, incluida una enorme sala con inodoros y bidés del siglo XX. Pero el edificio en sí es un bello ejemplo de la influencia francesa en la arquitectura de la ciudad. La visita a su museo, gratuita y abierta de lunes a viernes, puede durar 15 minutos o una hora, dependiendo de cuánto te interese aprender sobre la historia de la plomería de interiores.

5:30 p. m. | Ve a comprar zapatos

En el adinerado barrio de Recoleta, puedes caminar hasta las tiendas que venden cuero argentino de alta calidad. Visita establecimientos como Guido, en la calle Rodríguez Peña, y López Taibo, en la avenida Alvear, donde los zapatos, carteras y bolsos están hechos a mano y el fuerte aroma del cuero fino llega a ti con solo cruzar la puerta. Para zapatos más divertidos con diseños coloridos en la calle Montevideo, haz una escala en Jessica Kessel, que también tiene una tienda en la calle Defensa, en San Telmo (zapatos desde 36.000 pesos argentinos). Después de comprar, recarga energías con unas medialunas (como se conoce en estas tierras al croissant) dulces con sabor a mantequilla en Corchio, en la avenida General Las Heras, y camina cinco calles hasta la Plaza Vicente López, donde contemplarás maravillado un gigantesco árbol apodado el Gomero (‘Ficus elastica’, también conocido como árbol de hule en México) de 200 años en el centro del parque.

Visitantes contemplan el lago del Parque Centenario de Buenos Aires el 7 de mayo de 2023. (Sarah Pabst/The New York Times)
Visitantes contemplan el lago del Parque Centenario de Buenos Aires el 7 de mayo de 2023. (Sarah Pabst/The New York Times)

8:30 p. m. | Come un festín argentino

Para saborear Argentina, la segunda nación más grande de Sudamérica, sin caminar demasiado, ve a Roux, también en Recoleta. Aunque la comida no es estrictamente argentina, el chef Martín Rebaudino, que se dio a conocer en el restaurante de alta cocina Oviedo, sirve ingredientes de todo el país: las anchoas son de la ciudad costera de Mar del Plata, el azafrán es de la provincia noroccidental de Mendoza y los langostinos son de Santa Cruz, en la Patagonia. Las mollejas, servidas con un raviolo grande y aterciopelado que lleva una yema trufada en su interior y está cubierto de espuma, son el plato fuerte de una carta llena de platillos ingeniosos. La carta de vinos es amplia y el servicio impecable. Una cena para dos, sin bebidas, cuesta alrededor de 24.000 pesos.

11 p. m. | Bebe de un obelisco

Después de cenar, camina menos de un kilómetro y medio hasta el Presidente Bar, que puede parecer exclusivo e imponente cuando atraviesas una inmensa puerta de hierro forjado y entras en una sala poco iluminada con techos altos, paredes de color caoba y candelabros de cristal. Sin embargo, el local está atendido por camareros amables y bien informados que estarán encantados de explicarte los detalles de los cócteles, que van desde los tradicionales Negronis hasta invenciones kitsch como el Buenos Aires Zombie, un cóctel de ron mezclado con frutas tropicales, ajenjo y amargo que se sirve en una réplica de cerámica del obelisco de la avenida 9 de Julio. Presidente Bar ofrece un entorno magnífico donde se anima a vestirse bien, pero sin pretensiones.

Sábado

9 a. m. | Disfruta un café y libros

La pasta hecha a mano en Quotidiano Bar de Pastas en avenida Callao es tan famosa que los lugareños hacen filas largas entre semana a la hora del almuerzo. Pero también es un lugar maravilloso para desayunar: espacioso y aireado con ladrillos a la vista y paneles de madera donde puedes empezar el día con un café cargado, yogur y granola caseros, jugo de naranja recién hecho, pan tostado con aguacate o medialunas dulces y hojaldradas (desayuno con café y jugo de 700 a 2150 pesos). Después de desayunar, camina dos calles hasta la bulliciosa avenida Santa Fe, donde podrás visitar El Ateneo Grand Splendid, un cine convertido en librería que conserva los antiguos techos altos y pintados al fresco, los palcos y las molduras decoradas.

11 a. m. | Pasea por lo que fue un zoológico

El barrio de Palermo ya contaba con tres extensos jardines, uno seguido del otro: el Jardín Japonés, el Jardín Botánico y el Parque El Rosedal, pero a esta lista hay que añadir el Ecoparque. Antaño fue el emplazamiento de un enrome y muy lamentable zoológico de la ciudad, donde jaulas de hierro mantenían a leones, tigres y chimpancés en espacios pequeños y crueles. El zoológico cerró en 2016 y, desde entonces, sus nuevos propietarios lo han convertido en una apacible reserva natural, donde pavorreales y maras patagónicas (roedores endémicos de patas ligeras) deambulan en libertad. Aunque los animales más exóticos se enviaron a santuarios en el extranjero, quedan algunos, como jirafas demasiado grandes y viejas para transportarlas y un puma que alguien tenía de mascota ilegal. También se conservan los magníficos edificios antiguos del zoológico, cuya majestuosidad contrasta elegantemente con las plantas endémicas silvestres y la maleza que crece a lo largo de los senderos. La entrada es gratuita.

1 p. m. | Date un atracón de pasta

Si hay un alimento que los porteños (como se conoce a los habitantes de Buenos Aires) se toman casi tan en serio como la carne de res es la pasta, una reverencia devoción que proviene de la herencia italiana de la ciudad. En La Alacena Pastificio y Salumeria, que abrió en 2022 a las afueras de Villa Crespo, un barrio que colinda con el moderno Palermo pero que los turistas pasan por alto, encontrarás a los cocineros de pasta detrás de un mostrador, extendiendo y cortando con manos expertas rigatoni, ñoquis y raviolis, por nombrar algunos. Prueba la focaccia casera (900 pesos), las polpette al sugo (albóndigas con salsa de tomate y trocitos de parmesano, 2700 pesos) y los fusilli con pesto y salsa pomodoro (2400 pesos). La cocina está abierta solo hasta las 4:30 p. m., pero el mostrador permanece abierto hasta las 9 p. m., y vende pan, pastelería y sándwiches.

3 p. m. | Observa a las carpas koi

Después de comer, da una caminata de 20 minutos hasta el Parque Centenario, en Caballito. El parque, un oasis de árboles que incluyen tipas y araucarías, extensas zonas de césped y un lago lleno de carpas koi (esos peces enormes que también abarrotan los canales del Jardín Japonés, en Palermo), está repleto de lugareños que leen, pintan o hacen ejercicio los sábados. También tiene una de las ferias más peculiares de la ciudad, con vendedores alineados en sus alrededores que venden ropa de segunda mano, botellas para agua con las fotos de Harry Styles y Taylor Swift, y camisetas y calcetines con los nombres y números de los héroes del fútbol argentino. Dentro del parque, varios artesanos venden artículos hechos a mano, como sandalias de cuero, juguetes, ropa infantil, complicados rompecabezas de madera, bufandas de lana y joyas, entre otros tesoros.

7 p. m. | Explora el mercado

En el Mercat Villa Crespo, situado en un espacio industrial de la calle Thames, encontrarás tiendas que preparan comida tradicional argentina, como empanadas, bife y pasta, así como cocineros que cuecen dumplings al vapor o fríen falafel bañado en una salsa picante de berenjena. Hay muchas opciones vegetarianas, incluido el helado vegano. Junto a la variada oferta gastronómica, también hay vinotecas y puestos de cerveza de barril por todo el cavernoso, aunque informal y relajante, espacio. Abierto hasta la 1 de la mañana viernes y sábados.

11 p. m. | Escucha jazz en Palermo

Palermo Soho y Palermo Hollywood, dos barrios colindantes, son conocidos por sus bares y discotecas de moda que permanecen abiertos hasta el amanecer. Pero ambos ofrecen también lugares relajados donde se puede disfrutar de la vida nocturna de la ciudad sin sacrificar el sueño. Borges 1975, un restaurante, bar y librería inaugurado en 2015, tiene una pequeña e íntima trastienda en la que suelen tocar jazz músicos locales de gran talento. Durante la pandemia, los propietarios redujeron el aforo del club de 65 a 40 personas, y lo mantuvieron así incluso después de que se relajaron las restricciones, al darse cuenta de que los clientes se sentían más cómodos bebiendo spritzes de Aperol y espumante (vino espumoso) en un entorno menos abarrotado. El cover es de 2100 pesos.

Domingo

11 a. m. | Visita el subsuelo

En San Telmo se encuentra uno de los museos más insólitos de la ciudad, El Zanjón, una mansión cavernosa que conduce a túneles subterráneos de agua construidos en los siglos XVIII y XIX. La casa perteneció antaño a una familia adinerada, que también mantuvo a seis hombres y mujeres esclavizados, antes de que se convirtiera en una vecindad. No se sabe mucho de los residentes esclavizados, salvo breves descripciones denigrantes que la familia registraba, como su edad y estatura aproximadas. Pero el museo y sus guías, que dirigen las visitas en inglés y español, se tomaron en serio la tarea de explorar la oscura historia de la esclavitud en el país con relatos y pinturas que representan a los afroargentinos de la época. A la vuelta de la esquina está La Casa Mínima, la más estrecha de Buenos Aires, también abierta al público para visitas guiadas (3500 pesos para no residentes).

12:30 p. m. | Disfruta una buena parrilla

Puerto Madero, un barrio portuario remodelado a unos 10 minutos a pie de San Telmo, se ha convertido en uno de los destinos turísticos más concurridos de la ciudad, gracias a monumentos como el Puente de la Mujer, un elegante puente peatonal diseñado por el renombrado arquitecto Santiago Calatrava, y el ARA Presidente Sarmiento, un barco museo que se mece en el río Dársena Sur junto a una larga fila de restaurantes ruidosos y abarrotados. A menos de 800 metros, lejos de la multitud, se encuentra Estilo Campo, una fantástica parrilla con vistas al río y meseros vestidos con pañuelos y cinturones al estilo gaucho, para deleite de los turistas. Pero el chorizo preparado con pericia, las mollejas crujientes y la jugosa entraña no dan lugar a dudas de que estás en una auténtica parrilla argentina y la carta de vinos es amplia. El almuerzo para dos cuesta unos 18.000 pesos.

PARADAS CLAVE

Ecoparque, antaño un zoológico, ahora es una reserva natural donde muchos animales deambulan en libertad.

Borges 1975 es una librería con restaurante y bar, además de una trastienda íntima donde se presentan músicos de jazz todas las semanas.

La Alacena Pastificio y Salumeria es un acogedor restaurante donde puedes ver a los cocineros de pasta, extendiendo y cortando rigatoni, ñoquis y raviolis.

Jessica Kessel es una boutique que vende zapatos de piel divertidos y coloridos, ya sean zapatos de taco, botas, sandalias o chatas.

DÓNDE COMER

Roux es un restaurante de alta cocina con ingredientes de toda Argentina.

Estilo Campo, una parrilla en Puerto Madero, sirve chorizo preparado de manera excelsa y mollejas crujientes lejos de las multitudes a lo largo de la ribera del Río de la Plata.

Mercat Villa Crespo es un mercado de comida en un espacio industrial reformado que vende empanadas, bife, falafel, helado vegano y mucho más.

Quotidiano Bar de Pastas en Recoleta, atrae a multitudes por su pasta y también es un buen lugar para desayunar y comer pastelería rellena de dulce de leche.

Presidente Bar, en una de las zonas más adineradas de la ciudad, es un bonito local de copas que no se toma demasiado en serio a sí mismo.

Corchio, que cuenta con pastelería dulce y con sabor a mantequilla y un maravilloso café, es una escala perfecta para un tentempié mientras vas de compras en Recoleta.

ALOJAMIENTO

Alvear Palace Hotel en Recoleta, sigue siendo uno de los hoteles más elegantes de la ciudad, con un bar en la azotea que ofrece majestuosas vistas panorámicas de Buenos Aires. Habitación doble desde unos 370 dólares (los hoteles suelen indicar los precios en dólares estadounidenses).

Ribera Sur Hotel en San Telmo, el barrio más antiguo de la ciudad, dispone de habitaciones cómodas y de diseño sencillo que pueden costar desde 95 dólares la noche, con desayuno incluido. Está a dos calles de Calle Defensa, donde todos los domingos hay un mercado de antigüedades al aire libre.

Malevo Muraña Hostel, un alegre hostal en el barrio Palermo con un encantador patio exterior, ofrece dormitorios compartidos a partir de 40 dólares por persona y habitaciones privadas con capacidad para cuatro personas desde 140 dólares la noche. El albergue está en una de las calles más tranquilas de un barrio que se vuelve muy ruidoso por la noche.

Para alquileres de corta duración, Recoleta y Palermo, barrios seguros y transitables repletos de boutiques, tiendas de pasta y queso, así como vinotecas, son las mejores ubicaciones para explorar una ciudad tan vasta.

c.2023 The New York Times Company