Analizamos el paso de la reina Sofía en una noche de premios marcada por el relevo generacional
Siente pasión por la princesa Leonor y se emociona con los importantes pasos institucionales que está dando y con su evolución como heredera al trono. Habla por sí sola la mirada orgullosa de doña Sofía en los discursos que pronuncia la heredera al trono, a la que este viernes nuevamente ha escuchado a solo unos metros de distancia en los Premios Princesa de Asturias 2024, celebrados en el Teatro Campoamor de Oviedo. Es una cita a la que se ha mantenido mantiene fiel desde 1981, independientemente de que su agenda se transformó con el relevo en la jefatura de Estado que se produjo en 2014.
Doña Sofía es, en palabras del expresidente de la Fundación Princesa de Asturias, la persona que permite "mantener un hilo conductor con nuestra historia", ya que ha estado presente desde "aquella primera celebración del ya lejano mes de octubre de 1981". Esa definición de Luis Fernández-Vega Sanz está vigente un año más con la asistencia de la madre de Felipe VI a esta ceremonia que sigue desde hace una década al otro lado del escenario, desde el palco de honor del Campoamor.
Esta misma mañana ha llegado alrededor de las 12:30 horas al hotel La Reconquista, en cuyas inmediaciones había una gran expectación. A esa misma hora se celebraba la audiencia los Reyes y sus hijas con los premiados en el Salón Covadonga del mismo establecimiento. Desde que se ha bajado del coche ha sentido el cariño de los asturianos, que se ha multiplicado por la tarde, a las puertas del teatro, donde la hemos visto exactamente a las 18:30 horas. Y es que para doña Sofía, sentir en cada una de sus apariciones el afecto de los españoles es un gran regalo y se siente muy agradecida.
Mientras caminaban por la alfombra azul desplegada a las puertas del Campoamor, doña Sofía ha estado muy pendiente de sus nietas, y viceversa. Se ha producido ahí una escena muy simpática, ya que la madre del monarca se ha entretenido unos segundos hablando con las autoridades y sus nietas, a su lado, le han hecho un gesto para indicarle que debían continuar. Tras la tradicional foto de familia, la princesa Leonor y su abuela han entrado de la mano, sin dejar de compartir ambas confidencias con la Infanta.
En el hall, doña Sofía ha admirado con orgullo la placa dedicada a la heredera al trono para después subir al palco, donde ha sido recibida entre aplausos y con el público en pie. Segundos después ha entrado la Familia Real y ahí se ha producido otro bonito gesto, ya que sus nietas la han saludado con la mano sin dejar de sonreír. Han cobrado nuevamente sentido las palabras que la princesa Leonor le dedicó en 2019, su debut en este acontecimiento: "Ella sabe lo importante que para mí es su presencia en esta ceremonia, que significa tanto para Asturias y para toda España”.
A la salida, mientras la Familia Real conversaba de manera distendida con las autoridades, esas imágenes de unión se han vuelto a repetir. Nada más ver a sus nietas, doña Sofía ha abrazado a Leonor para felicitarla por su discurso, por el que ha recibido una gran emoción. Las dos han abandonado el teatro agarradas hasta llegar a los coches que los han trasladado nuevamente al Hotel La Reconquista, donde tiene lugar una celebración ya a puerta cerrada.
Estar presente una vez más en esta cita también permite a doña Sofía conocer a personalidades destacadas de diferentes ámbitos en los que está muy interesada. Y es que la Reina sigue con atención la evolución del conflicto en Oriente Próximo, está al día de la actualidad porque cada mañana ve la prensa, es una ávida lectora y también le gusta pintar, escuchar música, el cine y las series... Además, siempre ha sido aficionada al deporte y llegó a ser olímpica en vela. También es la ocasión perfecta para volver a coincidir con su consuegra y amiga, Paloma Rocasolano, que ha sido una de las primeras invitadas en llegar y estaba sentada en sexta fila en el patio de butacas.
Esta noche, doña Sofía y Paloma Rocasolano son, por encima de todo, dos abuelas tremendamente orgullosas de ver a Leonor y Sofía "cada día más responsables, más atentas e interesadas en lo que ocurre, en lo que hacemos como Institución y en cómo ayudar a hacerlo mejor y en cómo seguir mejorando en nuestro afán no solo de cumplir con los fines institucionales, sino de implicarnos en la sociedad de tantas maneras", como dijo el monarca.
La presencia de la reina Sofía en esta velada era muy esperada porque en las últimas semanas mucho se ha estado publicando sobre su vida personal. A pesar de ser informaciones que han atentado contra su intimidad, lo cierto es que no pierde la sonrisa porque está en otra etapa vital, tal y como han contado a ¡HOLA! desde su círculo. Está contenta de haber conseguido que la familia vuelva a estar unida, se siente feliz de ver los logros de sus ocho nietos y permanece inseparable (como siempre) de su querida hermana, Irene de Grecia. Esta etapa, eso sí, se ha ensombrecido por la pérdida de sus sobrinos, Fernando y Juan Gómez-Acebo, los hijos de la infanta Pilar que han muerto con escasos meses de diferencia y a una temprana edad.
Tras esta ceremonia única en la que tanto disfruta y en la que demuestra que su compromiso con la Corona y con la familia es firme, doña Sofía cuenta los días para una fecha muy importante: el 2 de noviembre, cuando cumplirá 86 años. Se prevé una celebración sencilla e íntima en Zarzuela, puesto que ese mismo día cogerá un vuelo para entregar al director de orquesta Gustavo Dudamel, esposo de la actriz española María Valverde, el premio Sophia a la Excelencia en el marco del 70º aniversario del Queen Sofía Spanish Institute.