Andrew Scott, el actor en alza que peca de ingenuo con su petición imposible a los fans

La estrella de 'Fleabag' causó tanta sensación con su personaje de sacerdote sexy que el mundo sigue recordándolo cinco años después

Andrew Scott pide a los fans de 'Fleabag' que pasen página tras el final de la serie hace cinco años. (Foto de Axelle/Bauer-Griffin/FilmMagic)
Andrew Scott pide a los fans de 'Fleabag' que pasen página tras el final de la serie hace cinco años. (Foto de Axelle/Bauer-Griffin/FilmMagic)

Andrew Scott sabe que este mes de abril se cumplen cinco años del final de una de las series más arrolladoras, originales y románticamente irreverentes. Fleabag concluía su segunda temporada el 8 de abril de 2019, poniendo punto final a una historia que dejaba huella, tanto por la magia narrativa escrita por Phoebe Waller-Bridge, como por su idea rompiendo la cuarta pared, la construcción de un personaje femenino dolido pero brillantemente sarcástico y, por supuesto, una de las figuras que más pasión, fervor y memes todavía siguen provocando: el ‘hot priest’.

El sacerdote católico interpretado por Andrew Scott servía como objeto de deseo, romance prohibido y símbolo del amor más real, enganchando a espectadores por toda la faz de la Tierra. Sin dudas, si viste Fleabag, no lo has olvidado. Ni creo que lo hagamos nunca. Sin embargo, tanto fervor a lo largo del tiempo tiene a su protagonista un tanto preocupado y, a cinco años de aquella despedida, lanza una petición imposible a los fans.

Andrew Scott se encuentra de actualidad de nuevo. Después de pasar por cines y enamorar a la crítica con la historia de amor de Todos somos extraños, este irlandés vuelve a plantarse ante la retina de los espectadores a través de Ripley, la serie limitada de Netflix basada en la novela del manipulador protagonista de El talento de Mr. Ripley. Sin embargo, mientras promociona su nuevo trabajo, algunos medios no perdieron oportunidad de recordarle la perdurabilidad del ‘cura caliente’ de Fleabag en la memoria colectiva. Pero él ha sido drástico con su respuesta.

La petición imposible de Andrew Scott

“Sal y toma un poco de aire fresco”, dice el actor dirigiéndose a cada fan de la serie en una entrevista concedida a EW entre risas. “Deja de mirar. Deja de llorar. Deja de llorar en tu habitación con las cortinas cerradas. Haz algo mejor con tu vida. Es un gran espectáculo, a todos nos encanta, pero vamos, recupérate. Abre las cortinas y sal afuera”.

Sin embargo, cuando tenemos en cuenta el legado de su personaje y la serie, el actor está pidiendo algo imposible.

Resulta comprensible que Andrew Scott reaccione de esta manera, quizás motivado por el cansancio de que le sigan preguntando o mencionando un proyecto del pasado que, al final, sigue teniendo el potencial de generar más conversación que otros de sus trabajos. Sin ir más lejos, en una entrevista reciente con CBS Mornings reconoció que la gente le sigue gritando '¡Hot Priest!' cuando lo ven por la calle, incluso desde autos en movimiento. No obstante, que los espectadores sigan sintiendo las mismas emociones de tristeza, añoranza y romanticismo máximo al recordar el amor prohibido entre Fleabag y su sacerdote, es fruto de su gran trabajo y de una serie que dejó huella.

El actor pide a su manera que el público pase página después de cinco años de aquel final arrollador, pero está pidiendo algo que va en contra del impacto que provocó en el imaginario colectivo. La serie ganadora del Emmy sirvió como una plataforma que lo dio a conocer entre gran parte del mundo. Diría que mucho más que su Moriarty en la serie de Sherlock con Benedict Cumberbatch. Fue el personaje que lo colocó en la visión periférica de parte de la audiencia, el que hizo que descubriéramos su potencial como actor de historias románticas interpretando a un sacerdote sexy pero meditativo, apasionado pero fiel a sus principios.

La serie terminó en 2019 separando a los personajes a través de un mensaje de amor incondicional que hablaba de dejar ir al ser amado cuando la historia resulta imposible. Y así, entre la interpretación de Andrew Scott como un sacerdote moderno, su química con Phoebe Waller-Bridge que traspasaba la pantalla tan solo con miradas, el sex-appeal de su personaje y el final que nos llegaba a lo más profundo del corazón, terminó generando un impacto que perdura.

Por ejemplo, ese impacto queda latente en las emociones que sentimos los espectadores cada vez que volvemos a ver un meme en redes sociales o la secuencia final circulando en Instagram, TikTok o X (antes Twitter). Porque, este es un detalle importante, fotogramas de los personajes, vídeos de momentos claves y la escena de la pareja despidiéndose entre miradas que matan de amor, son tan populares que reaparecen en redes llenándose de reacciones y comentarios cada dos por tres. Aunque hayan pasado cinco años. Incluso hay cuentas dedicadas exclusivamente al 'Hot Priest'.

En cierto sentido, su comentario me recuerda al que hizo Miriam Margolyes recientemente al arremeter contra los fans de Harry Potter. La actriz que interpretó a la profesora Sprout en dos películas de la saga dijo en el programa neozelandés 1News: “Me preocupan los fans de Harry Potter porque deberían haberlo superado. Pasó hace 25 años y es para niños”. La actriz de 82 años continuó diciendo que los fans estaban “estancados”, burlándose de que hubiera seguidores que le pidieran vídeos para celebrar casamientos temáticos sobre el niño mago. El comentario no cayó muy bien entre la comunidad de fans de Harry Potter, con críticas y reacciones negativas por diferentes rincones de las redes.

Y es que al final, pedirnos que pasemos página se antoja una petición imposible. Cada serie o película vuela libre hacia la audiencia y lo que sucede a continuación está lejos del control de sus actores o creativos. El éxito e impacto no es algo que se pueda controlar. Depende de los espectadores y nadie más. Así que si queremos seguir sintiendo las emociones de aquella historia de amor en Fleabag, lo seguiremos haciendo. Le guste a Scott o no. Y las redes son prueba constante de ello.

Una serie que sigue funcionando

Ganadora de seis premios Emmys, Fleabag es la historia de una mujer soltera, sufriendo luto, culpa y soledad pero que usa un sentido del humor sarcástico y brillante para superar su día a día. Una verdadera crisis existencial pasados los 30. Creada a partir de un monólogo cómico de 2013, Phoebe Waller-Bridge escribía y protagonizaba esta serie sobre una londinense que buscaba respuestas existenciales en los lugares y las personas equivocadas. Utilizaba el sexo casual para sentirse conectada a otros seres humanos. Su dolor era profundo, pero tan maquillado con humor que nadie lo percibía. Ni siquiera ella misma. Solo la audiencia. Y digo esto porque la serie “rompe la cuarta pared”, un término que se conoce para definir cuando una obra quiebra el cristal invisible que existe entre la actuación y el público para permitir que la audiencia participe.

De esta manera, Fleabag se dirige a la audiencia con frases rápidas en medio de una conversación, con miradas y sonrisas cómplices que permiten adentrarse en las intenciones o expectativas reales del personaje. A lo largo de 12 episodios, Fleabag se convierte en una amiga a la que quieres ayudar pero nunca se deja. Pero tan divertida que no dejarías pasar un sábado sin salir con ella.

Lo maravilloso del personaje es su falta de escrúpulos internos. Su verborrea incontrolable, pero con la compostura de la cultura inglesa adornando cada momento. Habla abiertamente de fantasías sexuales, representando honestamente los pensamientos de muchas mujeres. Habla sin miedos de la masturbación y abre la conversación de una mujer que no tiene miedo al prejuicio social, que hace y dice lo que piensa, y que a pesar de sus miedos y dolor, es libre. Más libre que aquellos que la critican. ¿Es feminista? Sí, absolutamente.

La serie está compuesta por dos temporadas de seis episodios cada una. Es adictiva y se ve en unas horas, ya que cada capítulo dura un promedio de 25 minutos. Es decir, en cinco horas la ves completa. Y lo que es mejor, la segunda temporada es mejor que la primera gracias a la historia de amor que juega con el erotismo de lo prohibido al colocar al sacerdote católico en la ecuación.

Fleabag es, en otras palabras, un verdadero desborde de ingenio y está disponible en Amazon Prime Video.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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