Anna Sawai, la desconocida actriz de ‘Shōgun’ que hace sombra a ganadoras del Oscar en el mundo de las series

Shōgun llegó a su fin, pero solo es el principio para Anna Sawai. Es probable que todavía no conozcan su nombre, pero eso está a punto de cambiar. Porque esta joven actriz se está erigiendo como la gran revelación artística del momento en Hollywood, siendo aplaudida por la crítica y público tras hipnotizarnos con su cautivante y elegante actuación en la épica serie de FX.

Las quinielas para los próximos Emmy -el equivalente a los Oscar en el mundo televisivo- la colocan como una gran favorita en la categoría de Mejor Actriz en un año donde la competencia parecía reñirse entre actrices ganadoras de la prestigiosa estatuilla dorada. Sin embargo, tras disfrutar del trabajo de Anna Sawai en la magnífica serie disponible en Disney+ no existe ninguna duda: las estrellas consagradas no parten con ventaja en 2024.

Si bien todavía quedan decenas de series por descubrir antes de la ceremonia de los Emmy (prevista para el 15 de septiembre) -y quién sabe si habrá más actuaciones que puedan sorprendernos en el camino- las predicciones en la categoría de Mejor Actriz comenzaron a inclinarse hacia estrellas de Hollywood que coincidieron recientemente en diferentes plataformas. Como Jodie Foster por su trabajo en True Detective (HBO Max), Brie Larson por Lecciones de química (Apple TV+) y Kate Winslet por El régimen (HBO Max). Todas ellas ganadoras del Oscar, a quienes se suma la dos veces nominada a la estatuilla, Naomi Watts por Feud: Capote vs. The Swans (FX) y la tres veces nominada al Emmy, Juno Temple por Fargo (FX). Por allí también resonaban los nombres de Julianne Moore, otra ganadora del Oscar, por Mary & George (HBO) y Sofía Vergara -ganadora del Emmy- por Griselda (Netflix). En otras palabras, a lo largo de los últimos meses parecía que los premios televisivos iban a disfrutar de una representación del Hollywood más clásico.

Sin embargo, todo esto desapareció en el momento que Anna Sawai entró en escena. Porque esta actriz de 31 años hasta ahora desconocida por el gran público, y me atrevería a decir por parte de la industria también, está pisando fuerte, abriéndose camino en la temporada de premios en apenas un par de meses. Al parecer, según publica Variety, las tres ganadoras del Oscar destacadas como favoritas iniciales tienen “apoyo sustancial” entre los miembros de la Academia de Televisión, pero es Anna Sawai “quien puede llevarse el premio”.

Y es comprensible. Cualquiera que se haya dejado atrapar por la grandiosidad épica de Shogun y la magnética interpretación de Anna Sawai como la noble convertida al catolicismo en el Japón del 1600 que sirve como traductora entre su señor feudal, Yoshi Toranaga (Hiroyuki Sanada), y un navegante inglés (Cosmo Jarvis) entenderá enseguida por qué ya se erige como la gran favorita cuando faltan cinco meses para la ceremonia.

¿Quién es Anna Sawai?

Nacida en Nueva Zelanda el 11 de junio de 1992, Anna Sawai es actriz, bailarina y cantante, habiendo explorado todas esas vertientes a través de dos carreras diferentes. Pasó su infancia creciendo en diferentes territorios, como Hong Kong, Filipinas y Japón, y debutó como actriz a los 11 años en el teatro japonés. Nada menos que como protagonista del musical Annie, después de superar a otras 9,000 niñas en el proceso de casting. Su madre le había enseñado a cantar y tocar el piano desde los 3, consiguiendo un contrato con un conglomerado japonés del mundo del entretenimiento a los 14.

Hizo televisión y debutó en Hollywood con un papel secundario en la película de artes marciales Asesino Ninja (2009), sin embargo, su carrera comenzó a despuntar en el mundo de la música. Y es que Anna Sawai fue integrante de dos bandas femeninas de R&B y j-pop: ARA (2012-2013) y Faky (2013-2018). Lanzaron varios singles de éxito, hizo giras y participó en diferentes videoclips mientras cantaba y bailaba. Sin embargo, su verdadera pasión era la actuación y en 2018 decidió abandonar el grupo para centrarse únicamente en su carrera como actriz.

Y tuvo suerte. Su sueño no tardó en cumplirse. Hollywood descubrió su talento prácticamente enseguida y un año después de abandonar la banda ya aparecía como una guerrera de artes marciales en Rápidos y furiosos 9. A continuación obtuvo otro papel secundario en la magnífica pero menospreciada serie de Apple TV+, Pachinko (2022), y un rol protagonista en Monarch: legado de monstuos (2023), la serie que expande el MonsterVerse de Legendary sirviendo como spin-off de Godzilla, la película de 2014.

Y entonces llegó Shōgun con un papel magistral. De esos que crean nuevas estrellas.

Una recién llegada al rodeo hollywoodense que ya hace sombra

Shogun, la inmensa serie de FX acaba de llegar a su fin y durante 10 episodios demostró que las críticas y pronósticos no se equivocaron cuando la coronaron como la propuesta perfecta para ocupar el puesto vacante que dejó Juego de Tronos. Aquellos que seguimos su historia a lo largo de los últimos dos meses, tuvimos la fortuna de volver a vivir la expectación y entusiasmo que produce ver un capítulo nuevo cada semana de la mano de una serie vibrante, enorme y épica. Como experimentamos con la serie de los dragones o Succession.

Vibramos con sus intrigas políticas, nos quedamos boquiabiertos con sus muertes inesperadas, mientras la grandiosidad de su espectáculo nos absorbía entre interpretaciones magníficas. De esas que definen la carrera de un actor. Que crean estrellas. Todo el reparto de Shogun brilla de manera ejemplar, desde Hiroyuki Sanada a Cosmo Jarvis o Tadanobu Asano, pero es Anna Sawai quien logra envolvernos con el terremoto emocional que carga su personaje, Lady Mariko.

Basada en la novela de James Clavell de 1975, la miniserie nos planta en el medio de una guerra feudal japonesa a través de la figura de John Blackthorne (Jarvis), un marinero inglés que naufraga en Japón, chocándose de frente con una cultura diferente y en medio de una batalla donde la astucia e inteligencia estratégica son las armas más poderosas. Su travesía comienza como prisionero de Lord Toranaga (Sanada), aunque poco a poco va cambiando de rango mientras cuenta con la asistencia de Lady Mariko.

Mariko es un personaje que va desenvolviendo sus capas a medida que avanza la historia, una mujer de alta nobleza atrapada en la culpa tras ser la única superviviente de su familia (cuyos integrantes fueron forzados a suicidarse tras la traición del padre, quien mata a su señor feudal cuando se vuelve loco de poder y violencia). Cada año le pide permiso a su marido para suicidarse (siempre se lo niega) mientras sirve lealmente a su señor feudal. Sin embargo, a través de la relación que forja con el marinero británico, vamos descubriendo a una mujer que carga profundos conflictos emocionales a través de una actuación que atraviesa la pantalla.

Porque Anna Sawai eleva el papel de Mariko a un plano superior al tratarse de un personaje que le exige equilibrar el terremoto emocional que carga en su interior con la necesidad de permanecer impasible ante el mundo exterior. Sawai nos enseña las múltiples emociones de su papel, desde sus sentimientos y pensamientos, sin necesidad de utilizar palabras. La rabia, frustración, culpa, decepción y tristeza quedan reflejados en su mirada, gestos o reacciones sutiles mientras su boca y palabras mantienen la calma. Así como sus breves momentos de alegría y felicidad. Es, sin dudas, la actuación más elegante de la temporada.

Sawai embriaga al espectador con una interpretación casi poética, porque Mariko esconde un tsunami turbulento por dentro mientras su fachada es la de un mar calmo y sereno. Es elegante, recatada, medida y precavida, pero más fuerte de lo que aparenta. Una interpretación que llevó a la actriz a estudiar japonés clásico, caligrafía, entrenarse en el uso de la espada y montar a caballo, a caminar con las piernas dobladas para imitar el andar sereno de las mujeres japonesas en la trama, mientras cargaba con el vendaval dramático de su personaje. Un proceso que terminó siendo lo más difícil de su experiencia, al rodar de manera cronológica a lo largo de una producción que duró 10 meses.

En resumen, lo que Anna Sawai consigue en Shōgun merece ser experimentado. No basta con que alguien te lo cuente. Es una interpretación que debe ser descubierta. El equilibrio perfecto en medio de una historia donde sus hilos narrativos pasan por las estrategias, las exigencias feudales y las órdenes de una cultura estructurada en el honor. Es ella quien le pone corazón a esta serie grandiosa. Con todo esto, se merece con creces colarse en la temporada de premios como gran favorita, haciéndole sombra a estrellas consagradas.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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