Ashton Kutcher recuerda la frivolidad que vivió en su época como modelo
Antes de alcanzar el éxito como actor y dividir su tiempo entre el cine, su familia y proyectos como capitalista de riesgo, Ashton Kutcher trabajó como modelo. Sus inicios fueron completamente fortuitos tras ser “descubierto” por un cazatalentos en un bar de Iowa durante sus años como estudiante universitario. Y si bien su salto hacia la industria de la interpretación fue rápido, pasó tiempo suficiente como para experimentar la cosificación y frivolidad del modelaje masculino.
Al menos así lo dejó entrever en una entrevista para Esquire donde detalla su experiencia usando una de las escenas más impactantes que nos dejó el cine en 2022 como ejemplo. Se trata de los primeros minutos de El triángulo de la tristeza, la comedia dramática de Ruben Östlund que está nominada a tres premios Óscar (mejor dirección, guion y película) y que llega a lo cines de México el 16 de febrero y a Argentina una semana más tarde.
He aquí al comunista y borracho capitán del barco que te llevará por #ElTriánguloDeLaTristeza.
Nominada a "Mejor película", "Mejor director" y "Mejor guion original" en los Premios #Oscars2023 🏆16 de febrero, solo en cines. pic.twitter.com/Zwl3twRJXE— Diamond Films México (@DiamondFilmsMex) January 31, 2023
En la escena en cuestión aparece un grupo de modelos masculinos sin camiseta durante un proceso de casting. En primera instancia, la secuencia nos hace testigos de la incomodidad palpable que sienten al tener que tomar con ligereza la cosificación de sus figuras mientras un reportero les hace preguntas y sugerencias, pidiéndoles que sonrían, que caminen luciéndose frente a sus contrincantes y cambien sus expresiones entre “caras de Balenciaga” -serias, malhumoradas, engreídas- a sus “caras de H&M”, sonrientes y ligeras. Mientras que, en una segunda parte de la escena, vemos al protagonista -un modelo que empieza a sufrir el declive de su carrera interpretado por Harris Dickinson- entrando a la sala de casting donde le ordenan caminar y modelar con el rostro abriendo la boca, seduciendo “pero no mucho”, mientras posa semidesnudo. En resumen, se trata de una escena incómoda en su totalidad, que retrata la frivolidad, cosificación y trato inferior hacia estos hombres atractivos a merced de la industria para conseguir trabajo.
“Si quieren ver una descripción extraordinariamente precisa de lo que es ser un modelo masculino, miren los primeros diez minutos de ‘El triángulo de la tristeza’”, dijo Kutcher al rememorar sus inicios. “Recuerdo vivir esa escena. La descripción es tan precisa que es aterradora” sentenció.
Si bien la película es una comedia dramática de casi dos horas y media que critica la soberbia de la alta sociedad, la codicia y la ambición sin límites, transitando con su historia a través de diferentes personajes entre el mundo del modelaje, un crucero de lujo y una isla, sin dudas, la primera secuencia deja huella por la frivolidad y la insignificancia que impone sobre esos jóvenes modelos en busca de trabajo. En unos diez minutos retrata la superficialidad de la industria y la ridiculez a la que someten a estos jóvenes atractivos, haciendo lo que les piden -por idiota que parezca- como parte de su profesión.
En consecuencia, que Ashton Kutcher recuerde su pasado como modelo recurriendo a dicha secuencia nos permite deducir, no solo que el retrato es veraz, sino que él padeció de esa frivolidad en carne propia. Sin embargo, en su caso, no tuvo que padecerla por mucho tiempo.
Ashton Kutcher llegó al modelaje cuando tenía aspiraciones profesionales muy diferentes. Nació en 1978 junto a un hermano gemelo llamado Michael, quien padece de cardiomiopatía y parálisis cerebral. La condición de su hermano derivó en diversas complicaciones, hasta el punto que Ashton consideró el suicidio a los 13 años pensando que así podría salvarlo donándole su corazón. Michael estaba internado y creían que le quedaban pocas horas de vida (Hollywood). Tal y como contó el actor hace unos años, su padre lo encontró en el balcón de un hotel, deteniendo sus pensamientos y justo cuando un corazón llegó a tiempo para salvar la vida de Michael.
Ashton desarrolló su interés por el arte dramático cuando estaba en la secundaria, sin embargo, optó por estudiar una carrera diferente a raíz del deseo de encontrar una cura para Michael. Comenzó la carrera de ingeniera bioquímica en 1996 en la Universidad de Iowa, mientras trabajaba en una fábrica de cereales y hacía donaciones de sangre a cambio de dinero. Fue durante estos años que el cazatalentos lo descubrió en un bar de la ciudad y le propuso que participara en la competición local ‘Fresh Faces of Iowa’. Quedó primero y ganó un viaje a Nueva York, compitiendo en 1997 contra Josh Duhamel por el título de ‘Modelo Masculino del Año’. Según contó el actor de Bodas de plomo a E! Online hace un tiempo, se trataba de una competición que duraba una semana llena de “trajes de baño y pasarelas”. El titulo lo ganó Duhamel, mientras Kutcher quedó segundo.
Fue entonces cuando Ashton Kutcher firmó para la famosa agencia de modelaje Next, apareciendo en publicidades de Calvin Klein y modelando en París y Milán. No obstante, enseguida sentiría el renacer de su interés artístico y ese mismo año, en 1998, se mudó a Los Angeles donde casi de inmediato consiguió el papel del inmaduro Michael Kelso en That ’70s Show. El éxito no tardó en tocar a su puerta y casi sin experiencia profesional fue escalando posiciones en la industria del cine y la televisión, siendo el presentador y productor de Punk’d -el programa de bromas a celebrities de MTC- y protagonizando sus propias películas, como Colega, ¿dónde está mi coche? (2000), Recién casados (2003) o El efecto mariposa (2004), mientras al mismo tiempo se convertía en personaje de prensa rosa como marido de Demi Moore.
Este año, después de tomarse un descanso del cine tras su última película en 2014 -un cameo en Annie-para centrarse en la televisión, su familia con la también actriz Mila Kunis y otros proyectos, Ashton Kutcher vuelve a los roles protagonistas con Tu casa o la mía, una comedia romántica con Reese Witherspoon que estrena en Netflix el 10 de febrero.
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