Las cifras de ‘Avatar: El camino del agua’ tiran por la borda una de sus principales críticas

Tuk (Trinity Bliss) en 'AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA' de 20th Century Studios. Foto cortesía de 20th Century Studios. ©2022 20th Century Studios. All Right Rerserved
Tuk (Trinity Bliss) en 'AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA' de 20th Century Studios. Foto cortesía de 20th Century Studios. ©2022 20th Century Studios. All Right Rerserved

La taquilla de Avatar: El camino del agua continúa imparable. En tan solo cuatro semanas ha sido capaz de recaudar 1.708 millones de dólares, con 516,7 provenientes de Estados Unidos y 1.191,3 del mercado internacional, cifras que ya la sitúan como la película más taquillera de 2022 tras haber superado los 1.488,7 de Top Gun: Maverick. No es un dato que sorprenda, puesto que se trata de la secuela de la película más taquillera de la historia del cine, sin embargo, aún hay quien dudaba de la rentabilidad de esta nueva aventura de James Cameron sosteniéndose en la idea de que no había profundizado lo suficiente en la memoria del público.

Durante la pasada década fue habitual leer o escuchar que Avatar había tenido nulo impacto cultural, comentarios de que la gente acudió a las salas en 2009 motivada por el 3D o la reputación de Cameron y salió sin que la película les cambiara la vida, lo que se habría traducido en que las criaturas azules de Pandora no generaran el mismo interés que, por ejemplo, franquicias taquilleras como el Universo Cinematográfico Marvel o Star Wars. Pero todos estos comentarios, surgidos en mayor medida en redes sociales como Twitter, tal vez no valoran que internet a veces crea burbujas y no refleja la realidad social.

Primero, hay que tener en cuenta que con solo una película lanzada en 2009 es normal que Avatar no tuviera el mismo espacio en la conversación social que otras sagas, de las que recibimos entregas incluso varias veces al año y es inevitable que copen la actualidad y cultura cinematográfica. De hecho, James Cameron está de acuerdo con este punto de vista.

“Hay escepticismo en el mercado en torno a: 'Oh, ¿alguna vez tuvo impacto cultural real?', '¿Alguien puede siquiera recordar los nombres de los personajes?'. Avatar es solo una película de su mitología”, afirmaba Cameron en una entrevista con The Hollywood Reporter a principios de diciembre. “Cuando tienes un éxito extraordinario, regresas dentro de los próximos tres años. Así es como funciona la industria. Regresas al pozo y construyes ese impacto cultural con el tiempo. Marvel tuvo unas 26 películas para construir un universo, con los personajes actuando de forma cruzada. Así que es un argumento irrelevante. Veremos qué pasa después de esta película”.

Puede ejemplificarse también con otros éxitos del 2022 como la secuela de Top Gun, continuación de una cinta de hace más de 36 años que, pese a ser un clásico de los 80 cuya relevancia parecía diluida en el tiempo, demostró que seguía estando muy presente en el corazón del público. Especialmente del espectador adulto estadounidense que en su día vivió el fenómeno y que, pese a ser un target que tras la pandemia le estaba costando regresar a las salas, volvió en masa a disfrutar de las peripecias de Tom Cruise en pantalla grande.

Y es que, aunque la actualidad cinematográfica o las redes sociales no las ponga en el punto de mira como sí ocurre con Marvel, Star Wars o múltiples sagas y películas clásicas de las que siempre tienta recurrir a la nostalgia, su relevancia e impacto sigue estando presente. E internet nos hace sumergirnos en burbujas que nos impiden verlo. Por ejemplo, desde el estreno de Avatar: El camino del agua ya han sido varias veces las que he escuchado conversaciones sobre la película en trayectos en tren o autobús o cómo mi familia nada cinéfila no ha parado de preguntarme por la secuela en las celebraciones de Navidad.

Además, a lo largo de los años he visto cómo las estadísticas de artículos y noticias sobre Avatar en medios en los que escribo siempre han sido altísimas, las emisiones en televisión siempre han cosechado grandes datos de audiencia o incluso mirando planes culturales o viajes a escenarios de cine han sido varias las veces que me han aparecido actividades relacionadas con el universo de James Cameron.

Lo'ak (Britan Dalton) y Kiri (Sigourney Weaver) en 'AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA' de 20th Century Studios. Foto cortesía de 20th Century Studios. ©2022 20th Century Studios. All Right Rerserved
Lo'ak (Britan Dalton) y Kiri (Sigourney Weaver) en 'AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA' de 20th Century Studios. Foto cortesía de 20th Century Studios. ©2022 20th Century Studios. All Right Rerserved

Pese a ello, y aún con la película cosechando datos estratosféricos en taquilla, me sigo encontrando con muchas voces en redes que afirman que su éxito se debe a la inmensa campaña de marketing de Disney o a que es la única opción disponible en estas fechas. Y, sinceramente, creo que, por mucha inversión que tenga en promoción, los datos que está consiguiendo serían impensables si el público no tuviera Avatar anclada en su memoria e imaginario cultural, especialmente valorando que desde la pandemia el cine en pantalla grande ha dejado de ser una opción primordial en los planes de ocio y que muchos blockbusteres, aún con inversiones millonarias y pertenecientes a importantes sagas, han fracasado.

Creo que, de aquí a unos años, cuando el resto de secuelas nos lleguen de forma más rápida y Avatar se mantenga de forma constante en la actualidad cinematográfica, quedará demostrado de forma definitiva el fuerte impacto cultural del universo de James Cameron, aunque los datos de recaudación de El camino del agua ya deberían ser suficiente para dejarlo claro.

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