En búsqueda del mejor 'mullet' en Estados Unidos

Danny Earl Perkins, que llama a su esponjoso salmonete "DEW", que significa "Danny Earl Way", durante el Campeonato de "Mullets" de Estados Unidos en Lewisville, Texas, el 23 de septiembre de 2022. (Erin Schaff/The New York Times).
Danny Earl Perkins, que llama a su esponjoso salmonete "DEW", que significa "Danny Earl Way", durante el Campeonato de "Mullets" de Estados Unidos en Lewisville, Texas, el 23 de septiembre de 2022. (Erin Schaff/The New York Times).

LEWISVILLE, Texas — En las escaleras de un ayuntamiento al norte de Dallas, “Pony” de Ginuwine resonaba por las bocinas mientras catorce hombres presumían y sacudían sus “mullets”, o salmonetes, frente a un panel de jueces —y una multitud donde también había gente con ese corte de cabello— con la esperanza de llegar a la ronda final del Campeonato de “Mullets” de Estados Unidos de este año.

Se presentaron salmonetes muy bien peinados y otros con ondas playeras, unos más alborotados y otros que llegaban más allá de los omóplatos. Algunos estaban despeinados, mientras que otros brillaban con productos y sudor. Uno era canoso y dos tenían la forma de Texas afeitada en un lado y la bandera estadounidense en el otro.

De los catorce salmonetes, elegidos de entre un grupo inicial de 30 aspirantes, uno pasaría a formar parte de un grupo de 25 en el que se encuentran algunos de los más exuberantes, extravagantes y alocados del país. Algunos de los 25 primeros clasificados pasaron de otros concursos presenciales en lugares como Pueblo, Colorado, Búfalo, Nueva York, e Indianápolis. Otros obtuvieron votos en línea o fueron seleccionados como finalistas por jueces invitados especiales, entre los que se encuentran el defensa retirado de la NFL Jared Allen y el cómico Theo Von, exconcursante de “Road Rules” de MTV.

El campeón del peinado se coronará en una votación en línea que finalizará el martes 11 de octubre. El peinado ganador representará el mejor de los 600 “mullets” de la competencia de este año, en la que la participación fue gratuita; los aspirantes solo tenían que presentar fotos de su cabeza. Además del derecho a presumir la victoria, el vencedor recibirá premios que incluyen 2500 dólares y un par de gafas de sol de Pit Viper, patrocinador del concurso.

Pero según los competidores del evento clasificatorio de Lewisville el 23 de septiembre, hay premios más allá del efectivo y el atractivo.

Para Roger Robinson, de 56 años, un agricultor semiretirado de Joaquín, Texas, ganar demostraría que siempre tuvo razón cuando decidió comenzar a cultivar su salmonete, el más viejo en la competencia de Lewisville. “He tenido esta majestuosa belleza durante más de quince años”, anunció a la multitud que lo vitoreaba. “Me enorgullezco de mi ‘mullet’”, agregó Robinson, quien respondía las preguntas de un reportero solo cuando se dirigía a él como Roger, el Grande.

Después de que algunos concursantes hablaron mal de los llamados “salmonetes bebés”, o nuevas iteraciones del peinado, una victoria para Josh Lindsey, de 34 años, sugeriría que nunca es demasiado tarde para cultivar uno: a los tres años de dejarlo crecer, su desbordante salmonete rojizo y rizado se parece más al de un niño pequeño. “Se necesita tiempo y un poco de valentía para hacerlo crecer”, comentó Lindsey, reparador de una cooperativa de ahorro y crédito que vive en Springtown, Texas.

Joseph Bauer mueve su salmonete mientras compite para ser finalista en el Campeonato de "Mullets" de Estados Unidos en Lewisville, Texas, el 23 de septiembre de 2022. (Erin Schaff/The New York Times).
Joseph Bauer mueve su salmonete mientras compite para ser finalista en el Campeonato de "Mullets" de Estados Unidos en Lewisville, Texas, el 23 de septiembre de 2022. (Erin Schaff/The New York Times).

Un chiste que creció

Los campeonatos de salmonetes en Estados Unidos comenzaron de la misma manera en que lo hacen algunos salmonetes: como un chiste. Pero, como muchos otros, una vez que el evento echó raíces, creció.

Kevin Begola, de 42 años, que vive en Linden, Míchigan, inició los campeonatos en 2020 como una competencia estatal para promocionar su tienda de ropa masculina, Bridge Street Exchange, en Fenton, Míchigan. La organización del primer concurso, celebrado en una cervecería ese mes de julio, le costó “un par de miles de dólares”, aseguró.

“Fue una cosa de mercadotecnia para mi negocio”, afirmó Begola en una entrevista telefónica, durante la cual hizo una aclaración: “Soy calvo”.

Para su sorpresa, una productora pidió dar cobertura al concurso de 2020, que luego se emitió en ESPN2.

En 2021, Begola replanteó la competencia como un concurso en línea a nivel nacional con categorías para mujeres, adolescentes y niños. Para los campeonatos de ese año, también consiguió patrocinios de Pit Viper y Manscaped, una empresa de productos de cuidado personal.

A medida que el evento crecía, también lo hacía la demanda de ver “mullets” en persona. Este año, Begola se asoció con Major League Eating, una organización que celebra concursos de comida en todo el país, para organizar eventos como el de Lewisville como parte de la competencia. Él y la Major League Eating cubrieron el costo de los eventos en directo y compartieron las ganancias de los acuerdos con los patrocinadores.

Los campeonatos de “mullets” están dirigidos a un grupo de personas que ven los salmonetes no solo como un peinado, sino como un estilo de vida, un sentimiento que mencionaron varios competidores en Lewisville. (Las dos palabras que usaban con mayor frecuencia para describir ese estilo de vida: “Estados Unidos” y “cerveza”). El actual campeón de salmonetes de Estados Unidos, Clint Duncan, un instalador de tuberías de 37 años de Knoxville, Tennessee, lo expresó de esta manera: “Una vez que tienes tu salmonete, es solo un símbolo de que no tienes preocupaciones. No te importa lo que piense la gente”.

“Nunca ves a alguien con un salmonete que esté de mal humor”, agregó.

‘Mechones resplandecientes’

A pesar de que muchos concursantes habían pasado horas a la sombra del ayuntamiento, cuando el anfitrión del evento clasificatorio, Sam Barclay, los llamó al escenario, algunos no estaban por ningún lado, incluyendo el primer salmonete del concurso, que pertenecía a Danny Earl Perkins.

Perkins, de 31 años y originario de Marion, Texas, llama a su esponjoso salmonete DEW, que significa Danny Earl Way. Se acercó al escenario dos minutos después de que comenzara el concurso y quiso hacer su aparición mientras se fumaba un cigarrillo. Pero Barclay lo detuvo antes de que subiera al escenario.

Fumar no fue lo único que se prohibió durante el concurso. También se desaconsejaron las declaraciones políticas —a Dusty Walden, un mecánico de gasóleo de 37 años de Everman, Texas, se le pidió que guardara una bandera con el eslogan derechista “Vamos Brandon” en el cochecito de su hijo antes de subir al escenario— y los organizadores advirtieron a los competidores que no señalaran a su entrepierna ni incurrieran en otros comportamientos lascivos.

“Nos dieron instrucciones muy claras”, comentó Lindsey, el concursante del desbordante salmonete de 3 años, que en un tobillo tiene un tatuaje que dice “no me pises”. “Probablemente he fallado en todas”, añadió con una sonrisa.

Cuando cada competidor subió al escenario, pronunció un breve discurso sobre lo que su salmonete significa para él. “Tener mi ‘mullet’ es lo más cerca que he estado de vivir como una chica sexi”, expresó Chris Kisling, de Poway, California, al público. Kisling, de 44 años, superintendente de un contratista general, también presumió que su salmonete —un montón de cabello grueso y largo que le cae por encima de los hombros— lo había llevado tras bambalinas de un concierto del músico de country Joe Nichols.

Una vez que los concursantes terminaron sus discursos, el grupo sacudió y meneó su cabello al ritmo de “Pony” para demostrar la fluidez de sus salmonetes a los jueces y al público de unos cientos de personas, entre los que se encontraban algunos salmonetes bebés de verdad, niños pequeños con ese peinado. La parte final de la competencia consistió en sacudir sus salmonetes en grupo.

Menos de una hora después del comienzo del concurso, los jueces estaban listos para anunciar su decisión. Para entonces, el sol había empezado a ocultarse y Robinson, o Roger, el Grande, lanzaba barritas luminosas a la multitud.

A pesar de su intento de exhibicionismo político, Walden obtuvo el tercer puesto.

El segundo lugar fue para Robinson y su salmonete de 15 años.

Y, en primer lugar: Lindsey, que no esperaba que su joven salmonete superara a sus competidores más veteranos. Al llegar al evento, dijo que había pensado: “Bueno, definitivamente no tengo ninguna oportunidad de ganar porque todos esos tipos tienen mechones resplandecientes”. Para vencerlos, añadió: “Tuve que volverme más loco en el escenario”.

Pero a medida que se fue haciendo a la idea de su victoria, Lindsey empezó a reconocer la majestuosidad que los jueces vieron en su salmonete. “Tengo ese pelo pelirrojo”, dijo, “y supongo que quizá cuido el mío un poco mejor”.

© 2022 The New York Times Company