Una decisión de 'Batman: El caballero de la noche' elevó al Guasón por encima de lo esperado

Despuntar en un mundo tan saturado como el cine de superhéroes no es sencillo, y conseguir una de las propuestas más aclamadas del género con personajes explotados hasta la saciedad mucho menos. Sin embargo, Christopher Nolan, aun cuando Marvel apenas había empezado a construir su gran imperio cinematográfico, logró sorprender como pocos con su trilogía de Batman con un enfoque que nos dejó a todos con la boca abierta y ganó miles de millones en taquilla.

Después de que Tim Burton creara dos clásicos para el recuerdo y que Joel Schumacher agotara la franquicia con dos divisivas entregas, el caballero de la noche parecía abocado a un largo descanso, al igual que ocurrió con Superman tras sus últimas secuelas fallidas en los '80. Además, aunque a principios de los 2000 el género estaba en muy buena forma con Spider-Man y X-Men, los superhéroes vivieron estrepitosos fracasos como Catwoman, Daredevil o Elektra ante la falta de ideas potentes con las que captar la atención del público.

Pero cuando Warner Bros. trabajó con Nolan en Insomia en 2002 todo dio una vuelta de tuerca, puesto que el estudio vio en su manejo del thriller una voz capaz de reinventar a Batman y marcar la diferencia con lo visto hasta el momento en el género. Esta visión cobró forma cuando Batman inicia llegó a los cines a 2005 con una visión más cruda y realista de los orígenes del héroe de Gotham que volvió a atraer al público en masa a las salas, una cinta que generó muy buenas vibraciones y que dio pie a la que en 2008 se convertiría en una de las secuelas superheroícas más admiradas de todos los tiempos.

Y es que Batman: El caballero de la noche amplificó el carácter de thriller realista dentro de un cine que aún no se había detenido a experimentar con dichos códigos. Y la clave de ello fue un villano tan trastornado como el Guasón de Heath Ledger, que elevó las dosis de locura y tensión en medio de una elegante ejecución de setpieces que consolidó el talento de Christopher Nolan. No obstante, el enfoque de la película estuvo cerca de ser diferente, y todo por unas convicciones de seguir unos esquemas del cine de superhéroes que, posiblemente, hubieran lastrado esta aventura de acción.

David S. Goyer, guionista de Batman: El caballero de la noche junto a Jonathan y Christopher Nolan, habló de este cambio de rumbo durante su intervención en Comic-Con de 2020. Según sus palabras, consideraron la opción de que la secuela de Batman inicia no pasara por alto los orígenes de su villano debido a las convenciones clásicas del género. Es decir, que una buena parte de sus esfuerzos se centrara en conocer de dónde viene la locura del Guasón.

"Una convención basada en las películas de superhéroes que habían salido antes [de Batman inicia], como las Spider-Mans de Sam Raimi o las películas anteriores de Batman y X-Men, es que ves una historia elaborada del origen del villano", explicó Goyer durante una entrevista del Comic-Con@Home de 2020.

"Recuerdo cuando hablábamos de '¿y si el Guasón no tiene una historia de origen?', incluso después del éxito de Batman Begins, se consideró algo muy controvertido y recibimos muchas críticas, la gente estaba preocupada. 'Tienes que tener una historia de origen', decían. Pero recuerdo que las discusiones en ese momento eran que daba más miedo y creo que lo era".

De esta manera, pese al temor entre los ejecutivos del estudio y los propios guionistas de ir contra la corriente, se mantuvieron firmes en su decisión de entrar directamente en la acción y locura del Guasón y dejarse de contemplaciones. Puede que Batman inicia rompiera esquemas reformulando el origen de Batman, pero, siendo sinceros, volver a encontrarnos una historia de orígenes en su secuela se hubiera traducido en una narrativa repetitiva que podría haber entorpecido el ritmo, sobre todo valorando el historial que arrastra el género con este tipo de relatos.

Y es que uno de los problemas que siempre ha arrastrado el cine de superhéroes ha sido la multitud de historias de orígenes de héroes y villanos repletas de lugares comunes, que no tienen ideas relevantes que aportar. Aunque a veces son estrictamente necesarias, otras no hacen más que entorpecer la llegada de lo verdaderamente relevante y nos hacen desconectar, precisamente lo que creo que ocurrió con los ejemplos que antes mencionaba de Daredevil o Elektra, reinicios como The Amazing Spider-Man o fracasos recientes como Morbius. Además, en el caso de los villanos hay un problema añadido, y es que quita todo el misterio a la maldad y locura que los rodea. Y con el Guasón de Heath Ledger hubiera sido un error innecesario.

Es cierto que el personaje nos sorprendió con esa película de orígenes que fue Joker en 2019, pero, honestamente, pese a sus conexiones con el universo de Batman, lo verdaderamente interesante de dicha propuesta era su conjunción con el cine negro propio de directores como Martin Scorsese, muy complementaria con esa iniciación al caos de este villano. Pero en Batman: El caballero de la noche este enfoque hubiera sido un obstáculo.

De hecho, ir directamente a la psicosis y extravagancia del personaje es posiblemente la razón que más elevó esta secuela y a su antagonista, aumentando la intensidad del villano y la puesta en marcha de la acción con secuencias que, además de volver a marcar la diferencia en el género de superhéroes, quedaron grabadas para la posteridad en Hollywood. De ahí que David S. Goyer y los hermanos Nolan se mantuvieran tan tajantes con su decisión. De otra forma, hubiéramos tenido una película bastante diferente a lo que fue Batman: El caballero de la noche.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.

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