Kevin Costner ignoró una enseñanza de 'Tiburón' que pudo costarle la ruina
Puede que Kevin Costner sea uno de los actores y directores más admirados de Hollywood, pero no siempre le salieron las cosas a su antojo. Aunque hoy arrase en televisión con Yellowstone y haya dejado títulos para la posteridad como Danza con lobos o protagonizado infinidad de clásicos como Los intocables, J.F.K. o Un mundo perfecto, también se enfrentó a alguno de los fracasos más estrepitosos que se recuerdan en la industria, como fue el caso de Mundo acuático.
Dirigida por Kevin Reynolds y producida y protagonizada por Costner en 1995, esta producción de aventuras nos trasladó a un mundo postapocalíptico donde los casquetes polares se habían derretido y la gente vivía en asentamientos sobre el agua. Dadas las dimensiones de producción de rodar en parajes acuáticos, el presupuesto de la película ascendió hasta los 175 millones de dólares, uno de los más caros de toda la historia del cine en aquellos años para el que la taquilla debía de responder con grandes datos para no llevar a sus responsables a la ruina. Sin embargo, esto no ocurrió.
La crítica destrozó Mundo acuático y en taquilla, aunque superó las expectativas iniciales de fracaso absoluto que se temían, tan solo fue capaz de recaudar 264,2 millones de dólares en todo el mundo, cifras muy justas para rentabilizar tal inversión. Con el tiempo, su condición de película de culto entre algunos espectadores, así como las diferentes ediciones en formato doméstico y sus muchas reposiciones en televisión permitieron salvar los muebles económicos de semejante desembolso. No obstante, todos estos problemas económicos se pudieron haber evitado si Kevin Costner y el director Kevin Reynolds hubieran escuchado un consejo que les dio Steven Spielberg, experto en la materia de rodajes acuáticos gracias a Tiburón.
Así lo contó Peter Rader, coguionista de Mundo acuático junto a David Twohy, en una entrevista con Yahoo! en 2020 para conmemorar el 20 aniversario del estreno. Según Rader, Reynolds, consciente de que sacar adelante esta película era una tarea casi imposible, no dudó en pedir consejo al director de Indiana Jones o Jurassic Park, quien ya había sufrido dolores de cabeza para rodar secuencias sobre el agua en su clásico de terror de 1975. Y sus palabras fueron claras: no debían rodar en escenarios acuáticos reales si no querían enfrentarse a serios problemas logísticos, ver el rodaje alargado y el presupuesto disparado.
“Las complicaciones de producir esta película en este ambiente real fueron asombrosas”, le dijo Rader a Yahoo! “Kevin dijo: 'Steven, estoy haciendo esta película llamada Mundo acuático y filmamos sobre el agua. ¿Tienes algún consejo para mí?' Y Spielberg fue inequívoco: '¡No grabes sobre el agua! Vas a necesitar un par de tomas en el agua, así que usa la segunda unidad para eso. Haz toda tu cobertura en un tanque o en un escenario'”.
Y a Spielberg no le faltaba razón. Solo hay que ver que, por aquella misma época, James Cameron empezó a rodar Titanic en tanques de agua construidos en México y obtuvo resultados igual o más espectaculares que si hubiera grabado sobre el océano. Sin embargo, Kevin Costner y Kevin Reynolds estaban empeñados en ejecutar su película sobre escenarios reales del Pacífico para lograr más realismo e hicieron caso omiso de estas advertencias. “Kevin Reynolds tuvo esta visión, y Costner lo apoyó, que consistía en que, si queremos que esto se sienta crudo y real, tenemos que hacerlo en el agua misma”, continuaba Rader.
Obviamente, las consecuencias no tardaron en aparecer. En medio del rodaje, un huracán irrumpió en las aguas donde se rodaba Mundo acuático y destrozó todo el set flotante que habían construido, el que servía de ubicación principal para todo el primer acto. Se trataba del atolón donde el personaje de Costner encontraba un pequeño poblado de humanos y era atacado por el grupo liderado por el villano de Dennis Hopper, un escenario sin el que no podían continuar las grabaciones.
“Visité el set tres semanas después de la producción y estaba muy emocionado”, recuerda Rader. “Pero todo el mundo me estaba mirando... y yo estaba como '¿Qué hice?' Fue porque el atolón se había hundido y tuvieron que reconstruir todo el conjunto. Estaba empezando a convertirse en un desastre”.
A esto habría que sumarle la mala prensa que empezó a generar Mundo acuático y que la relación entre Kevin Costner y Kevin Reynolds empezó a tensarse, con el actor queriendo tomar las riendas de la producción ante el rumbo incierto al que se dirigía la película. Además, Costner debía hacer frente a problemas personales que exacerbaron aún más la tensión en el set.
“Costner tenía que cargar con la película mientras su matrimonio se desmoronaba”, continuaba el guionista en referencia a su primera esposa, Cindy Silva. “Durante la producción estaba en contacto extraoficial con varios productores y compartían puntos de vista. También estaba leyendo cosas en la prensa y parecía que Costner se hizo cargo de la edición y bloqueó a Reynolds. Y Kevin Reynolds acabó por dejar Hollywood en ese momento”.
Al final, el rodaje se alargó 166 días, el presupuesto se elevó hasta los 175 millones de dólares, Costner medió para recortar metraje y optar a más pases en cines, la crítica la destrozó y la taquilla fue insuficiente para paliar costes. Con el tiempo lograron recuperar la inversión, pero Mundo acuático estuvo cerca de suponer la ruina para Kevin Costner y el resto de voces implicadas en el proyecto. Y, en gran medida, fue culpa del capricho de hacer caso omiso a las advertencias de una de las voces más prolíferas y expertas de Hollywood.
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