Zona de confort
Hay un momento en la vida, un rincón en el devenir, en el que, indefectiblemente, estamos cómodos. Y allí nos quedamos. No corremos riesgos, el lugar es contenedor, conocido, placentero. Pero de repente, y vaya a saber por qué maña del inconsciente, algo pasa y lo que era genial, sabe a chato, aburrido. Entonces, queremos salir de esa “zona de confort” y aventurarnos al cambio, al desafío. Algo nos impulsa, pero también algo nos retiene….
¿Qué nos conviene hacer? ¿Salir o quedarnos? ¿Ser conservadoras o arriesgadas? ¿Impulsivas o responsables?
Antes de tomar una decisión, conviene saber cuál es tu naturaleza: nómada o sedentaria. Si estás entre las primeras, lo tuyo es el movimiento constante. Basta que tengas un límite por delante, para que quieras correrlo. Sin duda, eres una kamikaze. Si por el contrario eres sedentaria y te gusta “quedarte en el molde”, cada paso te costará un montón y aflorarán antes de darlo todos los miedos. Es importante tener en claro a qué club perteneces, para saber cuánto te costará salir de tu zona de confort.
El dilema de las nómadas es seguir su instinto natural y ponerse en movimiento, o hacer algo para no querer estar siempre en un lugar distinto, con la sensación de que son incapaces de disfrutar de lo conseguido. La duda existencial de las sedentarias es si quedarse refugiadas en el placer de lo previsible, atormentadas con la sensación de que son conformistas y poco exigentes, o tomar riesgos y probar lo nuevo.
¡Chicas, a no preocuparse! Unas y otras pueden buscar el equilibrio, aunque buscarlo no es sinónimo de que lo encuentren. Animarse a dar un paso hacia una nueva meta siempre es difícil y genera incertidumbre. Lo importante es poner en práctica lo que se conoce en psicología como “un accionar responsable”: ir por el nuevo desafío pero evaluando pros y contras, de manera de achicar los riesgos lo más posible.
Algunos consejos: lo ideal es salir en forma paulatina de nuestra zona de confort. No intentes hacerlo sola. En tu entorno debe haber un núcleo de gente de confianza lista para aconsejarte. No pienses que puede salir todo mal, concéntrate en los buenos resultados que obtendrás. Confía en tu buen olfato. Ponte plazos para arrancar, también para evaluar los resultados obtenidos antes de decidir si seguir o no. Y nada de acumular frustraciones, en la vida solo se trata de experimentar.
¿En qué ocasiones y para qué has salido de tu zona de confort?
@BalaguerAdriana
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