Cuando el deseo sexual del hombre decae
El mandato popular, representa al varón como eterno deseante, siempre disponible para el sexo, aún en condiciones adversas. "El hombre tiene más deseo que la mujer", "el hombre está siempre preparado para el sexo", etc. son algunos dichos populares que sustentan esta teoría. Pero no es verdad, los tiempos difíciles que se viven influyen sobre su interés sexual y su erotismo.
Muchos varones, de diferentes edades, ante la falta de deseo dan rodeos y no plantean el inconveniente, se escudan en el argumento del estrés o del cansancio laboral para evitar la relación; ello puede ser valedero, pero no lo es cuando se utiliza como pantalla para encubrir otro tipo de problemática. Incluso, es común que consulte por disfunción eréctil, pero esto es secundario a su ausencia de ganas.
Existen causas psicológicas que pueden provocar la falta de ganas y entre ellas encontramos:
Fracasos amorosos, concretamente sexuales, pueden inhibir el deseo.
Represión debida a una educación sexual cerrada, o a conceptos religiosos muy arraigados en la infancia, donde imperaban la culpa y el castigo por el pecado de ser sexuados.
El temor a fracasar durante el acto, ya sea por eyacular precozmente, o por no poder conformar a una pareja muy exigente, puede llevar a una persona a decir no tengo ganas, en vez de decir tengo miedo.
Conflictos de pareja
Miedo a enamorarse y perder la libertad, a la penetración.
Las depresiones mayores y graves como las leves o moderadas pueden acarrear este problema, al igual que la sensación tan angustiante producida por los ataques de pánico.
Pérdidas afectivas importantes: la muerte de la compañera, de un hijo, de un amigo o de los padres, pueden inhibir el deseo.
Las personalidades obsesivas pueden llegar a bloquear o anular casi totalmente su vida erótica.
Pero en el momento de la consulta es importante revisar no solo los factores psicológicos que pueden disminuir el deseo, sino también descartar causas orgánicas y / o farmacológicas.
Algunas sugerencias que pueden mejorar el deseo sexual en el varón:
Permitirse caricias, besos, abrazos aunque no terminen en la penetración.
Animarse a pedir lo que desea que su pareja haga
Generar espacios de intimidad, de reencuentro.
Insinuar, provocar
Ayudarse a estimular el surgimiento de fantasías, por ejemplo leyendo textos eróticos, no temiendo verbalizarlas
Conversar con su pareja sobre lo que le sucede.
Y saber que se puede re-avivar el deseo sexual, y de hecho creo que vale la pena el intento, para lo cual muchas veces es aconsejable la consulta con un terapeuta sexual con el cual pueda encarar una terapia sexual, que es una terapia breve y focalizada en la resolución del problema.
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