Berrinche en público: ¿qué puedo hacer?
Por: Mariana Israel
No por nada dicen que los dos años de los niños son terroríficos: cuando les agarran esos berrinches parecen poseídos, fueras de sí. Se encaprichan con algo y creen que la forma de conseguirlo es gritando hasta que sus pulmones exploten (y tus tímpanos revienten).
A veces, los berrinches son públicos y te dan ganas de desaparecer, o al menos de negar que ese sea tu hijo. Con la presión de las miradas encima de ti, te tientas a ceder ante el reclamo insólito. ¡Espera! Antes de rendirte, apunta estos tips para retomar el control de la situación.
Ignóralo
La mejor forma de responder a un berrinche es ignorándolo. Explícale a tu hijo, cuando se tranquilice, que no conversarás ni negociarás con él a los gritos. Que si quiere llamar tu atención, bien puede pedírtelo con palabras. Ceder al capricho sería igual a darle el mensaje de que los berrinches son efectivos. Y lo último que quieres es que se repitan, ¿no?
El único problema es que si la crisis te pesca en un lugar público, difícilmente puedas hacerle oídos sordos. Y tampoco puedes abandonar a tu hijo allí.
Llévalo a un lugar apartado
Si la situación se vuelve insoportable –hay niños que se violentan y comienzan a pegarle a las cosas o a las personas–, lo mejor que puedes hacer es llevarte a tu hijo a un lugar privado o al auto, hasta que se calme. Cuando deje de gritar, pregúntale si está listo para volver a ingresar. Si no se calma, espera un poco más, pero procura no irte del lugar, porque entonces tu hijo creerá que el berrinche sirvió para escaparse de una situación que le molestaba o lo aburría.
Pase lo que pase, mantente tranquila
Frustrarte, enojarte o empezar a gritar a la par de tu hijo, es lo peor que puedes hacer. Respira hondo y trata de pensar fríamente. Considera que tu hijo te está mirando –por loco que pueda estar– y que si usas la violencia física o si lo maltratas, le estarás dando un pésimo ejemplo.
Toma el control de la situación en tus manos. Debes tener en cuenta que un niño enfrascado en un berrinche es un niño vulnerable, que perdió el control. A veces, le cuesta volver a su eje. Cuando se tranquilice, ¡dale muchos besos y abrazos! No lo premies con algo material, pero sí felicítalo por haber sido capaz de recuperar la calma.
Si te preocupa lo que otros pueden estar pensando mientras se desata el berrinche, piensa que todo padre atravesó alguna vez esta situación, ¡y que todos fuimos niños!
Fuentes consultadas:
Clínica Mayo (Mayoclinic.com)
Kids Health (Kidshealth.org)
Baby Center (Babycenter.com)
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