Esteroides, ¿más malos que buenos?
Los esteroides anabolizantes, o anabólicos, como la dihidrotestosterona y la nandrolona, entre otros, son sustancias sintéticas, hechas por el ser humano, derivadas de hormonas sexuales masculinas (por ejemplo: testosterona), que se usan para estimular el crecimiento de los músculos. En medicina se recetan para el tratamiento de retraso en la pubertad, así como para enfermedades en las que existe gran pérdida de la masa muscular como el cáncer o el SIDA.
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Sin embargo existe gente que se automedica o aconseja a los demás tomar estas sustancias para tener una mejor apariencia física, para aumentar la fuerza física o para mejorar el rendimiento en actividades deportivas (esto último es lo que suele llamarse dopaje). A los anabólicos se les puede conseguir comercialmente con facilidad, en forma de suplementos alimenticios, inyecciones, pastillas y cremas cutáneas.
El uso de estos productos no debe realizarse de manera continua y prolongada: pueden ocasionar efectos secundarios de larga duración, e incluso irreversibles, en nuestra salud. Además de complicaciones que especialmente se presentan a nivel de nuestro hígado, corazón y cerebro.
Posibles daños
A continuación mencionaremos algunos de los efectos adversos que la administración inapropiada de anabólicos puede ocasionar en nuestro organismo:
Personalidad agresiva. La persona es más propensa a faltar al respeto, a ofender o a provocar a los demás. Hay quienes presentan alucinaciones y delirios, así como episodios maníacos; por ejemplo, tener una autoestima exagerada, careciendo incluso de autocrítica.
Retraso en el crecimiento. El consumo de estas sustancias hace que los cartílagos de crecimiento en adolescentes se vean afectados, y el individuo tenga una estatura baja. Razón por la que debe evitarse el consumo de esteroides en púberes.
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Masculinización en las mujeres. Las mujeres que usan anabólicos tienden a desarrollar características masculinas en su persona; por ejemplo, su voz se vuelve más grave, presentan crecimiento excesivo de vello en el cuerpo, el tamaño de sus senos disminuye y el clítoris se agranda. Estos efectos secundarios suelen disminuir y desaparecer después de suspender la toma de anabolizantes.
Ginecomastia. Es decir, un aumento anormal en las glándulas mamarias de los hombres llegando a tener la apariencia de senos femeninos, esto se da por un exceso de estrógenos debido a una función en el organismo llamada aromatización, por medio de la cual la testosterona se convierte en estrógenos y estradiol (hormonas femeninas).
Encogimiento de testículos (atrofia testicular). Debido a la “aromatización” la testosterona se convierte en estradiol y esta causa una disminución en el tamaño de los testículos y una baja en la producción de espermatozoides.
Calvicie. Los esteroides anabólicos aceleran el proceso de caída de cabello en el hombre que tenga predisposición genética a ser calvo. Los niveles altos de testosterona en el varón ocasionan que éste vaya perdiendo cabellera. Si a ello le agregamos la dihidrotestosterona, que igualmente tiene una reacción severa sobre la piel cabelluda, la calva se presentará antes de tiempo.
Acné. La hormona dihidrotestosterona estimula las glándulas sebáceas de la piel por lo que existe mayor producción de grasa cutánea.
Infartos al corazón y al cerebro. Los esteroides anabólicos tienen la capacidad de aumentar el colesterol en la sangre haciendo que se vayan formando placas de grasa duras dentro de nuestras arterias, disminuyendo la cantidad de sangre que nutre nuestro corazón lo que nos puede llevar a tener infartos cardiacos o cerebrales. De igual manera se puede padecer agrandamiento del corazón (hipertrofia cardiaca) ya que al ser éste un músculo, los esteroides también lo estimulan y provocan que su tamaño aumente haciéndolo propenso a un infarto.
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Aumento de la presión arterial. Los anabolizantes hacen que retengamos líquidos en el cuerpo lo que influye en que la presión arterial aumente.
Daños en hígado. Al ser el hígado un filtro de las sustancias que ingerimos, se puede ver afectado dependiendo qué tipo de éstas le estamos dando para trabajar. Los anabólicos provocan estancamiento de la bilis en el hígado, lo que puede llevar a la persona a tener color amarillo en piel y en ojos (ictericia), más grave es aún es que este tipo de individuos que abusan de este tipo de hormonas sintéticas pueden desarrollar tumores hepáticos.
Daños en riñones. Los esteroides se eliminan a través de la orina creando un sobreesfuerzo en el trabajo de los riñones, pudiendo llegar a provocar que estos ya no puedan filtrar las toxinas del cuerpo es decir: padecer insuficiencia renal.
Agrandamiento de la próstata. El tamaño prostático aumenta al haber un incremento en los niveles de testosterona y dihidrotestosterona.
Debemos reconocer los efectos nocivos que provoca el tomar sin conocimiento los esteroides anabolizantes. Es mejor acudir con un médico para que nos dé alternativas de nutrición y sugiera los ejercicios y actitudes para que tengamos un cuerpo sano y con energía.
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Dr. Omar Luja es Médico Cirujano y Homeópata. Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía. I.P.N. Cédula 7719134.