Brilló con su humor en la TV, luchó contra las adicciones y encontró un refugio para su arte en la iglesia
Nos hacen reír, nos hacen olvidar de nuestros problemas y, a veces, se convierten en un cable a tierra; sin embargo, poco conocemos sobre la historia detrás de las risas de cada humorista, ya que hasta sus inconvenientes pueden pasar desapercibidos detrás de un sketch, una cámara o una sonrisa. ¿Pensaste alguna vez por qué eligieron dedicarse al humor y cómo lo logran incluso en los peores escenarios? Salvador Maximino Ciliberto, más conocido como Toti, encontró en el humor un refugio para el bullying que sufría por parte de sus compañeros, quienes se reían de las marcas que tenía en su rostro a causa de su fuerte acné. “En mi época no se trataba. Yo no sabía que era bullying, pero todo el tiempo me cargaban. Era un momento donde lo carnal, lo físico y lo bello parecía ser lo primordial y único”, comenzó diciendo en diálogo con LA NACION.
Un día, Toti dijo basta y lo hizo a través del humor. “Dije ‘no se van a reír más de mí, se van a reír conmigo’. Empecé yo mismo a cargarme y, al hacer eso, las cosas del otro lado empezaron a tomar otro tinte. Ya era una sonrisa más compañera conmigo y no acosadora”, recordó.
Pero eso no fue solo un pasatiempo. Es que pasó de ser un refugio a querer dedicarse a ello, ya que fue tal el disfrute que le causaba, que, mientras ejercía como profesor de Educación Física en San Martín, provincia de Buenos Aires, decidió estudiar teatro en el Parakultural, el espacio indiscutido del off de su época. Un día vio en televisión un casting de Telefe y fue así que en 1992 llegó a VideoMatch, el clásico programa que condujo Marcelo Tinelli, en el que participó de distintos sketches y se convirtió en el gaucho Martín Fierro, uno de los personajes icónicos del ciclo.
Vestido y pintado de dorado, y con un tono de voz particular, Ciliberto no solo hacía estallar de risa al famoso conductor, sino a todos los televidentes. Su talento lo llevó a conducir Adivina adivinador (1997) y a recorrer otros ciclos como, Esta noche con Moria Casán (2011) y La peluquería de Don Mateo (2013). Además, incursionó en el cine con Vivir intentando (2003), Brigada explosiva: misión pirata (2007), Cuatro de copas (2012) y Los bastardos (2023).
Mientras transitaba uno de sus mejores momentos a nivel laboral, su adicción a la cocaína lo llevó a una etapa oscura en su vida, en la que la salida parecía ocultarse día tras día. Sin embargo, nunca dejó de hacer humor. “He transitado momentos difíciles, donde tuve que hacer humor, enfermedades de gente querida, como mi madre muriéndose, y yo haciendo eso. Fue una cosa compleja para mí”, admitió.
Asimismo, destacó que en su época más dura recibió mucho apoyo por parte de su entorno laboral: “Se me han acercado muchos de mis compañeros de trabajo, mi jefe, todos a apoyarme. Sentí mucha contención, pero era muy difícil manejar la situación”. Pero la cocaína no fue su único problema, dado que en varias oportunidades habló de su adicción a la comida y brindó detalles de estricto tratamiento al que se sometió para bajar de peso, con el que logró perder 25 kilos.
La religión cumplió un rol importante en su recuperación. Hace dos años, Toti se convirtió al cristianismo y, desde entonces, participa activamente en las actividades de la iglesia a la que asiste. “Mi acercamiento a la iglesia cristiana desde hace dos años tiene que ver con una cuestión de fe y con mi creencia. A medida que voy leyendo e interiorizándome en la Biblia, cosa que no hacía, voy afirmando mis creencias”, confió.
“Me convertí y no entiendo nada” es el evento cristiano que hace junto al pastor Felipe de Stefani en la iglesia de WAIO, ubicada en Villa Martelli, en Vicente López. Ese no es el único refugio para su arte, dado que también trabaja en la Municipalidad de Tigre con la dirección de las clases de teatro gratuitas y colabora con el Teatro de Pepe Soriano, en Benavídez, donde este año hará junto a sus alumnos la obra “La Nona”, en homenaje al director argentino que falleció en 2023; mientras tanto, se prepara para irse de gira con la obra “La Coartada”.
Además del teatro, Toti está en pleno ensayo con su banda de rock “Toti y los Cilibertos” y realiza eventos junto a algunos compañeros humoristas, como el Mago Hernic y Alfredo Silva. Como si esto fuera poco, está a la espera del estreno de Esa semana juntos, la película en la que participó, la cual está dirigida y protagonizada por Pablo Yotich, con un elenco que incluye a figuras como Alejandro Muller, Gerardo Romano, Matías Ale y Alejandro Fiore, entre otros.
Quizás sin saberlo, uno de los humoristas más reconocidos de la televisión argentina se convirtió en un ejemplo para muchos. El hacerle frente a las adversidades, con humor y fe, depositada en lo que sea que cada uno elija creer, es una buena manera de salir adelante, incluso cuando todo parece desmoronarse alrededor.