Cuando Hollywood y la crítica se equivocaron odiando a un clásico de Al Pacino

1983:  Actor Al Pacino stars in 'Scarface'.  Photo by Michael Ochs Archives/Getty Images
1983: Actor Al Pacino stars in 'Scarface'. Photo by Michael Ochs Archives/Getty Images

El día que Al Pacino fue a ver un clásico de 1932 probablemente no se imaginaba que marcaría un antes y un después en su carrera. Porque ni bien salió de la proyección llamó a su manager. Estaba convencido de que la historia pedía a gritos un remake. Y que él tenía que protagonizarlo. Con cinco nominaciones a los premios Oscar a sus espaldas (recién lo ganaría en 1993), tenía contactos e influencia suficiente como para mover hilos en Hollywood y su insistencia convenció al productor, quien sumó a Brian De Palma como guionista y Oliver Stone en la silla de director. Esa película era Caracortada.

La producción final no terminó siendo un remake exacto de la película de Howard Hawks, ni tampoco una adaptación fiel a la novela de 1929. Digamos que Oliver Stone se tomó sus licencias, cambiando la historia original sobre un inmigrante italiano que ascendía rangos en el mundo criminal de Chicago durante la era de la prohibición de los años 1920s. Y lo hizo trasladando la trama al Miami de los 70s, el narcotráfico y con un inmigrante cubano llegado del éxodo de Mariel en 1980.

Stone, que ya había trabajado en los guiones de Expreso de medianoche y Conan, el bárbaro, escribió el libreto mientras batallaba su propia adicción a la cocaína. Convencido de que no podía superar su problema si se quedaba en EE. UU., cortó toda comunicación con Los Angeles y se mudó a un departamento en París. Y escribió el guion mientras se desintoxicaba. “Lo escribí del tirón, lo que fue bueno porque no creo que la cocaína ayude en la escritura. Es muy destructiva para las células cerebrales” dijo en 2003 a Total Film.

Al Pacino insistió desde un principio que el papel debía ser suyo, entrenó con expertos en combate, cuchillos y boxeo, y trabajó el acento cubano con un entrenador de dialecto. Aunque el resultado terminara siendo algo dudoso para el oído hispano. El rodaje no fue fácil. Duró más de cinco meses y sufrieron varios accidentes que retrasaron el proceso. Por ejemplo, Al Pacino terminó con una mano quemada por culpa de un accidente con el barril de un arma (Vulture), además de daño nasal permanente por esnifar la cocaína falsa que utilizaban en las secuencias: laxante en polvo para bebés (Business Insider).

Sin embargo, si bien hoy la consideramos como uno de los grandes clásicos del cine de gánsteres y la celebramos como una de las interpretaciones más recordadas de Al Pacino, hace 40 años no tuvo la misma suerte. No solo gran parte de la crítica la detestó. La propia industria se quedó fría y boquiabierta al verla por primera vez. El propio Martin Scorsese advirtió al actor Steven Bauer (Manny, el compañero criminal del protagonista) al verla por primera. A mitad de la proyección se giró y le dijo: “Chicos son geniales, pero prepárense porque van a odiarla en Hollywood” (The Age).

Y tenía razón. Entre el despliegue visual de violencia con disparos, cuchillos y motosierras y la recreación de excesos sangrientos, dentro de una epopeya épica que no terminaba de distinguir entre glorificación y condena moral, Hollywood se quedó sin habla. Literalmente. Y Liza Minelli lo sabe muy bien.

Así lo contó Al Pacino hace unos años al recordar una proyección para la industria a la que asistieron varias estrellas y los jefes de dos estudios. Tras ver la película todos fueron a Sardi’s, un restaurante considerado como una institución en la historia de las celebrities. Pero al llegar se encontró con un panorama lúgubre. “¿Sabes esa película The Producers, cuando entran y cantan la canción nazi? La gente en el restaurante parecían estatuas, como figuras de cera. Así que entré y estaba Liza Minnelli que no había visto [Caracortada] y se me acercó y me dijo: "Al, ¿qué le hiciste a esta gente?’” reveló hace tiempo, vía Movieline. El único que se acercó con una sonrisa y aprobó su película aquella noche fue Eddie Murphy.

Pero eso era solo el principio. Un primer indicio de lo que estaba por venir. Porque cuando la crítica la vio, la reacción fue más vocal y visceral. Un par de críticos incluso abandonaron las proyecciones tras ver la -ahora famosa- escena de la motosierra. Otros la calificaron de “vacía” y “de serie B exagerada” (The New York Magazine), de ser una película que caía en los clichés (The Washington Post) o de contar con un personaje de cartón (The Globe and Mail). “Se revuelca en el exceso y el desagrado durante casi tres horas, y no ofrece nuevos conocimientos, excepto que el crimen no paga. Al menos la película de 1932 conmovía" escribió otro crítico.

LOS ANGELES, CA - AUGUST 23: Al Pacino arrives at the launch of
LOS ANGELES, CA - AUGUST 23: Al Pacino arrives at the launch of "Scarface" on Blu-Ray at the Belasco Theater on August 23, 2011 in Los Angeles, California. (Photo by Gregg DeGuire/FilmMagic)

Sin embargo, el público reaccionó de forma diferente. Ya sea porque Al Pacino se había consagrado como un actor favorito entre la audiencia, por la curiosidad ante el despliegue de violencia prometido o la reacción de los críticos, la historia del inmigrante cubano Tony Montana y su ascenso por los bajos fondos del crimen organizado llamó la atención. El resultado fue una recaudación de $65 millones en todo el mundo. No fue la película más taquillera de 1983 pero su impacto se hizo notar. Porque años después, entre reestrenos y lanzamientos en DVD, pudimos comprobar la huella enorme que había dejado en la historia del cine convertida en clásico mundial. Solo en 2003 vendió 3.7 millones de unidades de DVD y solo en EE. UU., recaudando $78.2 millones.

Y lo demás es historia. Brian De Palma y Al Pacino crearon una epopeya tan visceral como elegantemente sangrienta. Un verdadero baño de hemoglobina que no deja a nadie indiferente. Ni por la violencia ni por las actuaciones de sus estrellas. Y si bien cada uno es libre de opinar y percibir cada película a su manera -como fue el caso de Hollywood y esos primeros críticos- 40 años después la recepción ha cambiado radicalmente con un aprobado del 81% de la crítica en RottenTomatoes y el 93% del público. Ahora es un clásico de culto.

Caracortada llega al catálogo de Netflix a partir del 1 de abril.

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