Chofer conduce junto a su mujer con demencia porque no tiene quien la cuide
Mario Núñez tiene 71 años, es conductor de autobuses y vive en Coquimbo, Chile. Desde hace cuatro años su vida ha cambiado drásticamente, pues su mujer, Fresia Farías, de 65 años, fue diagnosticada con Alzheimer.
Desde ese entonces, y debido a su situación económica precaria, Mario no ha podido costear la internación de Fresia, ni tampoco ha podido jubilarse.
Su historia es un pedido de ayuda a las autoridades chilenas, quienes hasta el momento no le han dado una solución, para poder mejorar la calidad de vida de su mujer, y también, la de muchas otras personas que padecen esta enfermedad.
Mario trabaja conduciendo un autobús durante 10 u 12 horas al día en compañía de Fresia. Lamentablemente, este hombre no tiene donde ni con quien dejar a su esposa y se siente más seguro llevándola consigo.
En una entrevista para el diario chileno El Día, Mario narró la difícil situación que vive día a día, y entre otras cosas confesó que ya “no da más”.
Todos los días se levanta a las 5:30 de la madrugada y sale a trabajar junto a Fresia, ella lo acompaña durante todo su recorrido por La Serena y Coquimbo.
“Yo la he cuidado solo, pero se me ha hecho muy pesada la situación, esto me tiene realmente estresado y no doy más (…) hay veces que me dan ganas de autoeliminarnos”, expresó el hombre con dolor.
Y agregó: “Haga frío o calor, o como sea que esté el clima, tengo que levantarla. A mí me da pena hacerlo, porque la veo durmiendo y no quisiera. Le pongo su ropa, le lavo los dientes, tengo que llevarla al baño y limpiarla cuando hace sus necesidades porque ella no es autónoma para hacerse sus cosas”.
“Se me ha caído del micro, a veces va durmiendo o le da frío, tiene ganas de ir al baño y debe hacer en un tarro (…), yo tengo que agotar todos los medios para poder cumplir con mi obligación de pareja (…), he golpeado muchas puertas pidiendo ayuda, pero no he recibido ninguna respuesta”, dijo Mario a El Día.
Con respecto a los pasajeros, el conductor narró que por lo general se muestran amables, ya que entienden la situación de su mujer, pero también hay otros que se quejan o que se burlan y eso le causa un inmenso dolor.
Según el medio chileno, Mario y Fresia no están casados formalmente pero están juntos desde hace 28 años. Si bien no han tenido hijos en común, ella sí ha tenido cuatro durante su matrimonio anterior (tres mujeres y un hombre), pero por distintas razones, ellos no se pueden encargar del cuidado de su madre. Mario se siente muy solo y desesperado.
“Yo no me quiero deshacer de mi señora porque la quiero mucho. Nací de una mujer y por eso las respeto. Nos dan la vida, nos cuidan desde bebés hasta que pasamos a ser personas independientes, entonces, ¿cómo podría yo no quererla? Esto me nace a mí, desde adentro, no es una obligación”, expresó con mucho amor.
Mario está cansado y pidió ayuda: “Yo hago estas declaraciones para saber si pueden atender mi caso (…). No es posible que el ser humano que está enfermo no tenga ninguna garantía, esa es la rabia que siento. Le pregunto a las autoridades: ¿están dispuestos a atender un caso social? ¿O van a esperar a que se convierta en un caso policial para tomar acciones?”, finalizó.
¿Qué te ha parecido la historia de Mario? ¿Cómo crees que deberían ayudarlo? Envíanos tus comentarios.
@laraenlatierra
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