Christian Sancho y Celeste Muriega hablaron del violento robo que sufrieron en pleno ensayo: “Prefería que me apuntaran a mí”
El martes por la tarde, mientras ensayaban para la obra No te vistas para cenar en el Centro Cultural de Teatro Alquimia ubicado en el barrio porteño de Palermo, Gladys Florimonte, Christian Sancho, Nacho Riera, Celeste Muriega y Lali González fueron víctimas de robo. Tras sustraer varias de las pertenencias del grupo, los delincuentes les obligaron a grabar saludos para “los pibes de La Matanza”. Esta mañana, la pareja del grupo contó detalles del violento momento.
“Hoy tenemos que agradecer que estamos bien porque la realidad es que al estar tan alcoholizados y tan drogados estos chicos, teníamos miedo. La pistola era en serio” , aclaró de entrada el actor en una extensa nota que junto a Muriega le dieron a Desayuno Americano, el ciclo que Pamela David conduce todas las mañanas. “Está la posibilidad de que sea un revólver de juguete y te das cuenta de que es una pistola que la gatillan y la cargan. Tienen apuntada a tu mujer, a tu esposa, a tus seres queridos, y ver cómo esa pistola entra a la sala y va directamente a la cabeza de tu esposa, y de ahí a su pecho... es una situación muy dramática, dolorosa y estresante”, describió.
Sancho hizo referencia además a la fantasía del público sobre cuánto ganan las personas famosas por trabajar en los medios o en el mundo del espectáculo. “Acá el actor en la Argentina gana más fama que plata . Y hay un inconsciente [colectivo] de que somos millonarios, y somos laburantes. A algunos nos va mejor que a otros”, explicó.
Consultada por lo que les robaron, Muriega detalló que los ladrones se llevaron su celular y su billetera con las tarjetas de crédito. “Luego nos pidieron que nos juntemos, nos acumulemos todos en un lugar porque querían pedirnos un saludo para ´Los chicos de La Matanza´ y estábamos, por un lado, con el arma y por el otro lado, con el teléfono”, repasó. “Y vos decís ´está concentrado haciendo un video mientras tiene un arma en la mano apuntándome a la cabeza´”, sumó.
Tanto Muriega como Sancho explicaron que ninguno se opuso a mandar el saludo y la actriz explicó las contradicciones que sintió ante el inesperado pedido: “Estás en un momento en el que no podés mirarlo a la cara porque se pone nervioso, pero me estás pidiendo un video y tengo que mirar al frente, nos piden que lo digamos fuerte, decían ´Sancho dale, gritalo´, con el susto... es espantoso”, explicó.
En ese momento, la actriz se quebró. “Hace dos noches que no duermo, tengo fiebre, no la estoy pasando bien. A los seis años tuve mi primer hecho de delincuencia, que lo pasé muy feo, y desde los 6 a los 14 años no pude salir de mi casa. Solamente para ir a la escuela. Me daba mucho miedo. Me perjudicaron mucho la infancia. Me costó mucho salir de todo eso para volver a la vida, para volver a caminar por la calle con tranquilidad. Nunca lo pude lograr. Pero cada vez que me pasan este tipo de cosas es un retroceso para mí. Y la verdad es que no se puede vivir así”, contó.
En relación con la denuncia, los artistas explicaron que el comisario de la comuna 14 se portó muy bien, que se presentaron de inmediato y le tomaron declaración a los presentes. “Sé que están trabajando, el tema es que lo que nos pasó a nosotros les pasa a todos”, lamentó Sancho. “Yo confío en la Justicia, en que se hacen las cosas bien y no condeno a nadie. Yo he hecho mucho trabajo social en cárceles -en Batán y en San Martín- y no creo que todo el mundo es delincuente y que todo el mundo sale a robar porque es humilde. Siento que hay mucha gente trabajadora que está en La Matanza, que están en muchos lugares, que obviamente no le gusta este tipo de gente porque embarra la situación”, reflexionó y agregó: “Por un puñadito de esta gente yo no voy a ensuciar ni a tapar”.
Cuando Pamela David le agregó que los delincuentes estaban drogados, el actor ratificó la información y dio una explicación sobre el abuso de sustancias en los robos. “¿Sabés por qué se drogan y por qué toman alcohol? Porque la condena es menor cuando están drogados o alcoholizados. Es por eso. Vos ahí te jugás la vida porque si se llegaba a escapar un tiro, yo me quedaba sin esposa”. En ese momento, Sancho contó lo que sintió al ver cómo los delincuentes apuntaban a Celeste Muriega. “Prefería que me pongan a mí la pistola en la cabeza. Yo iba a estar más tranquilo porque traté de controlar la situación. Y es triste naturalizar esto”, confesó.
Por último, Muriega contó que a partir de las cámaras de la calle pudieron ver que los delincuentes eran dos, que se bajaron de un auto rojo que dio varias vueltas hasta encontrar el momento para entrar, que la puerta estaba cerrada y que sabían que ellos estaban allí. “Violaron la puerta, no sé cómo hicieron, pero la abrieron como si nada, y la realidad es que sabían a dónde tenían que ir”, aclaró. Sancho, por su parte, contó que decidieron no volver a ensayar en esa sala.